miércoles, 29 de diciembre de 2010
As, rey, dama
Ahora, paseando por la vega que se extiende al noroeste del Moncayo, se me aparecen los paisajes londinenses de la Gran Helada, en la que los gestos se paralizaron por unos días. Al tiempo que baja corriendo un muchacho con pasamontañas, con la cartera escolar debajo del brazo y sabañones en los dedos de las manos. El tiempo a nuestro antojo en las páginas de un libro o en la memoria. Y aquí, en el barbecho coloreado del mediodía, junto al incipiente verde del trigo temprano, releo los versos de Leopold Staff (incluidos en Ébano, de Kapuscinski):
Con el sol de la mañana centellea el prado
y las hojas susurran melodías soberbias,
el silencio acaricia la esbeltez de cada árbol,
suaves soplos de aire mecen briznas de hierba.
Y todo es tan dulce, silencioso, desvaído,
y hoy es tan extraño el mundo circundante,
como si pasases por aquí hace un instante,
rozando la hierba con el borde de tu vestido.
Que los días sean propicios.
miércoles, 22 de diciembre de 2010
Deseos de Oriente a Occidente
Pero dejémoslo. Hoy estamos aquí para hablar, no del deseo cínico ni del inconsistente, sino del deseo que vive dentro de nuestro ser y, en buena medida, nos hace vibrar. Sugawara na Michizane (845-903, Japón), hombre ligado a la palabra (pues era funcionario, para lo cual debía dominar el arte de la poesía, y escritor) y a los documentos (pues sus expedientes personales fueron reiteradamente destruidos, restituyéndose su memoria casi cien años después de su muerte), sufrió los vaivenes de las administraciones públicas a las que servía. Dos años antes de su muerte, fue exiliado por última vez. Todos los amaneceres salía al jardín de Chikuzen, recordaba el blanco cerezo de su casa y deseaba ardientemente estar junto a él. Una mañana, el árbol florecido salió de la tierra, se elevó y voló hasta donde estaba Michizane.
Y aquí dejamos una canción, navegando al otro extremo del planeta:
Felices días.
[El cuadro de mujer con laúd es de Ana Gladys Falcón]
lunes, 20 de diciembre de 2010
Palabras de rocío
E. Allan Poe, por su parte, afirmó que un poema breve puede producir una «excitación que sea capaz de elevar el alma» con mayor fortuna que uno extenso, pues «toda excitación, por mera necesidad física, es transitoria».
El rocío es uno de los símbolos de la transitoriedad, de esta nuestra esencia, del devenir. Kobayashi Issa, tan citado en la moda actual del haiku, sufrió la muerte de su madre a los tres años; después, la indiferencia de su madrastra, teniendo que abandonar el hogar a los catorce para realizar sus estudios entre constantes privaciones. Al comenzar su éxito literario, falleció su padre (y tuvo problemas para heredar). Se casó, tuvo cuatro hijos… y vio cómo morían las cinco personas que le acompañaban. Al desaparecer su último hijo escribió:
El mundo de rocío
es mundo de rocío.
Y sin embargo…
viernes, 17 de diciembre de 2010
Prostitución (y III)
»Marina tomó a la Bibliotecaria del brazete y salieron del puente en dirección sur. Atravesaron la antigua plaza de tierra, cogiendo la senda que serpenteaba por la suave ladera que miraba hacia la ciudad. A mitad de cuesta se toparon con el hotel. Entraron en la cafetería. Estaba animada. El mostrador rebosaba de color, con apetecibles texturas, en las que se adivinaba su sabor. Se sentaron junto a un ventanal, que pudieron entreabrir, y Marina se acercó a la camarera a pedir un vaso de agua. La Bibliotecaria, al quitarse el abrigo y doblarlo en el respaldo de la silla, rozó un papel; era la carta que había olvidado echar en Correos.
Se levantó de repente y corrió hacia los servicios. Marina puso la mano, con amorosa firmeza, en la blanquecina frente de la Bibliotecaria cuando ésta se inclinó hacia adelante».
Añorando a mi amado (Según la melodía Soñando con el sur)
Ya me marcho de la Isla de la Garceta,
dejando la hoja esmeralda del loto,
sola, con la flor rosada.
Amorosa pareja de desamor.
Amentos del sauce revolotean
Para juntarse en la pena de mi cítara.
El viento roza la cortina de brocado.
Me sorprende la pronta llegada del otoño.
¿Dónde estaba él? A la clara luz de la luna.
Media noche. Le agarré de los brazos,
De los adornos de oro que llevaba.
¡Cuánto nos encantaban
Aquellos lotos lozanos!
Y ahora, mi corazón en las nieblas.
(Liu Rushi [1618-1664] fue vendida a los ocho años. Compuso veinte poemas cuando fue expulsada de la casa del poeta Chen Zilon, su amante, después de que éste emprendiera un viaje. Vuelta al burdel, de nuevo se emparejó con el también poeta Quian Quianyi y, al morir éste, se suicidó).
miércoles, 15 de diciembre de 2010
Prostitución (II)
―Ya ves que habla en la introducción de que en China se compuso poesía algunos siglos antes que en Grecia. (¡Hasta constituyó, a lo largo del tiempo, la prueba central para hacerse funcionario!). El número de poetisas supera allí las diez mil y, entre ellas, las prostitutas conocidas pasan de doscientas. ¡No es para ponerse así ahora! Además, algunas se casaban con gente poderosa o con poetas de su tiempo.
Pero era inútil el consuelo. La cabeza de la Bibliotecaria ardía y las palabras le caían incendiadas hacia el pecho, el vientre, los muslos… –quebrado el pecíolo de la razón– al igual que desciende una irregular procesión de bacantes con su evohé camino del fondo de la gruta.
Flores del peral, en soledad, igual que la luna.
La Vía Láctea baja a lanzar su luz
a la ventana de seda bordada.
Noche larga, larguísima.
La paso, como siempre,
encendiendo inciensos perfumandos,
aunque nunca pido nada al azul del cielo.
(Zhang Hongqiao, siglo XVI, concubina del poeta Lin)
lunes, 13 de diciembre de 2010
Prostitución (I)
―Mira: An to lo gía de poet as pro s ti tu tas chi nas (Si glo cin co – Siglo diez no veinti uno) –leyó despaciosamente–, creo que pone.
―Cómpralo –le dijo Marina, después de que, de puntillas, alcanzara a leer el título con claridad―. Es una recopilación de Guojian Chen.
Dudó un instante, pues estaba acostumbrada a tomar los libros prestados, pero lo adquirió. Salieron a la calle. Era una tibia mañana de diciembre, con sol algo opaco en el cielo deshilachado. La gente visitaba las tiendas, cargaba con bolsas e iba llenando las aceras. La Bibliotecaria abrió el libro y lo fue hojeando de adelante hacia atrás y de atrás hacia adelante. Era bilingüe y, en las páginas impares, destacaban los negros ideogramas. “Lee en alto”. Sorteando a los viandantes, se detenía de manera aleatoria en los poemas y recitaba a Gu Hengbo, Wang Wei, Zhao Luanluan…: «Mi amado dice que la flor rosada es mi rostro […] Mi corazón, igual que la luna, helado […] Ataviada así, mi marido / me mira con una sonrisa». E iba diluyéndose el vocerío del alrededor.
La Bibliotecaria notó que poco a poco el libro comenzaba a quemarle entre las manos. Se sentía incómoda y se sorprendía de lo pensaba: “¿Acaso es menos cruel nuestro refinamiento, al editar y exponer esta obra, que el de las matronas de los burdeles que obligaban a leer y escribir poesía a estas mujeres (esclavas) para cobrar más dinero por sus servicios?”. Bajaron hacia el río.
Para mis padres, pesa más
el dinero que su hija.
Y así, con el laúd entre los brazos,
recorro sola mil y mil leguas.
Al claro de la luna,
tras mi interpretación,
no cesan de aplaudirme.
No saben que no han escuchado música,
sino los sollozos de mi alma rota.
(Lu Huinu, siglo XIV, en Hangzhou)
[Continuará... esta semana]
viernes, 10 de diciembre de 2010
La sencilla pluma de Orígenes
Autora de versos con los que puede dialogarse en cualquier época (según nos parece). Escritora de las menudencias de los días, deja testimonio de la caducidad, incluida la de cada cual. Por ello se detiene en una cuchara, una camisa o un amarillento periódico. Son apariciones extraordinarias en la sencilla existencia. Y, así, lo efímero puede pasar a la eternidad.
Ay, y que lo único
que quedará de mí sea lo escrito
por mí, lo dicho por mí.
Yo que hallé en lo escondido una extraña familia.
Es el instante raro (según lo llamara José Martí) lo que emociona de algo. Lo esencial es lo que asombra. Lo abstracto le pasa desapercibido si es que no se alía con el detalle. Aunque sea algo tan serio como la muerte:
Lo más raro, después de todo,
no es morirse. Es
no haber podido terminar
el dobladillo de la saya
que dejamos sobre la mesa,
oh, qué confiados.
[Fina García Marruz, El instante raro (Antología poética), Pre-Textos, Valencia, 2020, 464 págs.]
lunes, 6 de diciembre de 2010
Heroínas en papel. Guldaban
La finalidad perseguida al reproducir ahora estas hazañas es mostrar la iniciativa femenina; imaginar la posibilidad de revertir la desventajosa situación de la mujer en estas sociedades; la sumisión (física y psicológica) al todopoderoso varón.
A veces, se daba el caso de mujeres que, dentro del harén, empleaban el tiempo adiestrándose en actividades reservadas a los hombres: la arquitectura −Nur Yaján−, el comercio −Zebunisa− y, lo que aquí más nos interesa: la literatura. En esta disciplina nos hallamos con Gulbadan Begum (ca.1523-1603), hija del Gran Mogol que inicia la saga, considerada la primera escritora del subcontinente indio. Elaboró, con lenguaje sencillo, la crónica histórica de su hermano Humayún, segundo Gran Mogol. A la narración de hechos, añadió sutiles observaciones de la vida en la corte y de la conducta masculina (así, el enamoramiento y posterior casamientos de su maduro hermano con una adolescente de trece años). Guldaban fue casada a los diecisiete años y pasó la vida en el harén, exceptuando los seis años (venturosos) que transcurrieron en su peregrinación a la Meca.
jueves, 2 de diciembre de 2010
Crisis en política, sociedad. Y Literatura
Y, en llegando a Oriente, se encontraban con la gran obra de la japonesa Murasaki Shikibu (¿978-1014?), La novela de Genji −’Genji Monogatari’−, en la que el devenir y la historia se dibujan como un sueño o ilusión. (Cuatro mil doscientas páginas, no obstante, cuya lectura recomendamos, que ya están traducidas al español; tal vez el estudio psicológico más antiguo de que disponemos en literatura).
No puede extrañarnos, pues, que la Política (de hoy) prefiera la imagen de las cosas a las cosas mismas. Y tienda a reproducir el universo pictórico de Watteau (1684-1721), de cuyo artificio decía Gautier (1811-1872) que «ninguna nota desentona en su encantadora falsedad».
Las crisis son como los crisantemos de hace un siglo, que le hicieran escribir a Victor Català (1869-1966): «Son las flores de los grandes sueños misteriosos, plácidos, sin esperanzas, sin deseos ni fiebres…». Y de miserias, añadimos.
[Puede verse parte de estas contribuciones en Josep M. Rodríguez, Hana o la flor del cerezo (Pre-Textos, 2007)].
martes, 30 de noviembre de 2010
EL LIBRINO
Se trata de “el librino” un nuevo formato de libro de bolsillo que permite la lectura horizontal, gracias a un cuerpo de página mayor al habitual y está elaborado en papel biblia, para ser más ligero. Todo esto hace que el libro se “más cómodo, más pequeño, más ligero y más ecológico”, o al menos esto nos dice la editorial.
Lo que si podemos asegurar es que cabe en el bolsillo de un vaquero, mide 8 por 12 cm y pesa 145 gr (tapa dura incluida).
En algunos países como Holanda, el éxito ha sido rotundo, en España hay grandes expectativas de venta, pero de momento son sólo seis títulos los que han salido a la venta hace tan sólo 6 días.
No se si el éxito está asegurado, pero si veo servido en bandeja de plata, un nuevo debate sobre la lucha entre el papel y las nuevas tecnologías.
Para mojarme un poco diré que yo me inclino por el papel y que la idea me parece estupenda, pero hay que hojearlo, ojearlo y dejarlo reposar para ver cómo resulta.
Para más información: http://www.librinos.com/
lunes, 29 de noviembre de 2010
Biblioteca Nacional, trabajo asalariado y Antonio Gamoneda
Antonio Gamoneda −el poeta leonés− era uno de quienes tenían que intervenir en el acto, leyendo un poema de Miguel Hernández, y no dudó en expresar sus simpatías a los motivos de la interrupción −según podemos apreciar aquí−, declarando que, por encima de todo, la poesía del de Orihuela «escribe y canta desde el mundo del trabajo y desde la pobreza».
No hemos encontrado la forma de casar la igualdad que promueve la cultura con la jerarquización y privilegios de quienes la habitamos. Seguramente porque no lo pretendemos.
Salud.
jueves, 25 de noviembre de 2010
Sueños en La rima del anciano marinero
Samuel Taylor Coleridge (1772-1834) participó en la idea de una sociedad igualitaria: la Pantisocracia. Desde Inglaterra, su país de nacimiento, marchó a Pensilvania para ponerla en práctica, en unión de varias mujeres y de los poetas Robert Southey y Robert Lowell. Era una persona ocurrente y comunicadora, que podía convencerte fácilmente de lo que había ideado. Pero no le sonreía la realidad. Fracasaba con frecuencia. De hecho, se casó con una de las jóvenes con las que probaba la Pantisocracia, Sara Fricker, y…, al día siguiente de esta unión, se dieron cuenta de que no congeniaban. Al no ser partidario del divorcio, tardó en formalizarlo, a pesar de que llegaron a tomarse auténtica manía. (Su amor, Sarah Hutchinson, no le prestó demasiada atención.)
Tal vez huyendo de estos dos fracasos –el social y el del matrimonio–, colaboró estrechamente con Wordsworth (1770-1850), dando nacimiento en 1798 al influyente Baladas líricas, en la que Coleridge incluye «La rima del anciano marinero», poema en siete cantos, antecedente de otros textos de la literatura universal, tal Moby Dick de Melville. Más adelante, se daría al estudio de la filosofía y continuaría con el consumo de laúdano –opio líquido–; pero esa es otra historia y pertenece al tiempo en que Eliot diría de Coleridge que «ya era un hombre echado a perder. A veces, sin embargo, ser un hombre echado a perder es por sí mismo una vocación».
…
Se retorció mi cuerpo en ese instante,
con dolorosa angustia,
que me obligó a contar toda mi historia;
y después me dejó libre de pena.
Desde entonces, en horas imprevistas,
esa angustia me vuelve:
y hasta que no se cuente mi relato espectral,
me quema el corazón.
Paso, como la noche, de país en país;
tengo un poder extraño de lenguaje;
…
Su biznieta, Mary Elizabeth Coleridge (1861-1907), fue poeta -Anodos- y profesora en el Colegio para mujeres obreras de Londres.
[La traducción –enorme– es de José María Valverde y está en Poetas románticos ingleses (BackList, 2010). La ilustración, de G. Doré].
lunes, 22 de noviembre de 2010
Las duendes cambian nacimientos. La escritura permanece
Pero no nos quedemos ahí, en la anécdota. Dice Ana María Matute que ella nació escritora, que nadie le ha enseñado a serlo. Es lo mismo que nos relata Jorge Luis Borges (Buenos Aires, Argentina, 24 de agosto de 1899 / Ginebra, 14 de junio de 1986) en el prólogo a una recopilación de sus obras:
«Como De Quincey y tantos otros, he sabido, antes de haber escrito una sola línea, que mi destino sería literario. Mi primer libro data de 1923; mis Obras Completas, ahora, reúnen la labor de medio siglo. No sé que mérito tendrán, pero me place comprobar la variedad de temas que abarcan. La patria, los azares de los mayores, las literaturas que honran las lenguas de los hombres, las filosofías que he tratado de penetrar, los atardeceres, los ocios, las desgarradas orillas de mi ciudad, mi extraña vida cuya posible justificación está en estas páginas, los sueños olvidados y recuperados, el tiempo....La prosa convive con el verso; acaso para la imaginación ambas son iguales».
Seguramente es así. Aunque no se contradice con sentirse en deuda literaria con quienes les antecedieron; así lo hace Virginia Woolf (1882-1941) en el prólogo a su estimable Orlando.
[Las imágenes son de Cecilio Pla y Berthe Morisot].
miércoles, 17 de noviembre de 2010
Diccionario de desenfados
Anómalo: Hemorroides
Barbarismo: Colección exagerada de muñecas Barbie.
Berro: Bastor alemán.
Cacareo: Excremento del preso.
Cachivache: Pequeño hoyo en el pavimento que está a punto de convertirse en vache.
Chinchilla: Auchenchia de un sitio para crencharte.
Diademas: Veintinueve de febrero.
Dilemas: Háblale más.
Elección: Lo que expelimenta un oliental al vel una película polno.
Manifiesta: Juerga de cacahuetes.
Meollo: Me escucho.
Polinesia: Mujer policía que no se entera de nada.
Sorprendida: Monja en llamas.
Telón: Tela de 50 metros… o más.
Telepatía: Aparato de TV para la hermana de mi mamá.
Zampoña: Instrumento musical venenoso.
Siempre es conveniente renovar vocabulario.
Salud.
lunes, 15 de noviembre de 2010
La lágrima en la cerveza
A media mañana regresó a casa y terminó de esculpir en la plancha de madera, con la gubia mediana, los adornos que llevaría su tarjeta cuando la imprimieran. Cada cual en la familia tenía derecho a elegir un texto (que ella grababa). Darían a la luz seis modelos. El suyo era éste:
Recógeme en tu voz, pues me cerca el silencio, /
y tiéndeme un azahar de lectuarios, una /
alberca prolongada que crucen surtidores, un seto /
de arrayanes.
No hubiera sido propio /
dedicarles la vida. Pero este instante sí, /
como una última puerta abierta a la hermosura, /
mientras la tarde cierra, ya con su luz en vilo, /
el pétalo final de una rosa de piedra.
(María Victoria Atencia, El encargo (de Elena Stelmokaité), en el Libro De pérdidas y adioses)
Comió cerca de las cuatro, se adormiló en la mecedora y se acerco al mar, esta vez al muelle. Paseó durante un par de horas y, algo cansada, entró en La sirena. Le sirvieron la cerveza de trigo, se acercó a la gramola, introdujo la moneda y pulsó la canción. Sentada en el taburete, recostada en la pared, según sonaban las notas fue inclinándose hacia la mesa, colocando la mejilla izquierda sobre la mano con el brazo acodado. La voz le iba subiendo desde las piernas, anestesiando los músculos, hasta que una lágrima resbaló al alto vaso de cerveza. Era Innocent when you dream, de Tom Waits (claro), que, por extraño que pareciera, a ella le sonaba a villancico».
[La oportunidad de la canción viene de Isabel. Gracias].
miércoles, 10 de noviembre de 2010
Te quiero con el corazón
Inútil decirle que aquellas palabras salían de su cerebro. Para él, María vivía en su corazón.
Si leemos (o escuchamos) con cierta atención las obras de Shakespeare, notaremos que a los sentimientos los hace anidar en este órgano central de nuestro cuerpo, y no metafóricamente sino físicamente. Era creencia popular y culta en aquel siglo; venía de tiempos pasados y no ha sido corregida hasta hace poco más de un siglo. Y ello, a pesar de que Hipócrates había dejado sentado que el centro conductor de nuestra persona no es el corazón sino el cerebro.
Pero era (y es) tentador pensar lo que pensaba el mismo Aristóteles: dar la primacía a un órgano que es caliente, que se mueve, que bombea sangre, que se ubica en el centro del cuerpo. De igual modo, se creía, en la Edad Media, que los músculos son unos conductos huecos por los que viajan una serie de humores (o casi espíritus) que condicionan nuestro estar.
Así que (por si acaso) diremos sólo: te quiero.
lunes, 8 de noviembre de 2010
Lo sagrado, lo profano y... la monja (Documento)
Esto es lo que cuentan las leyendas aúreas. Y así parece indicarlo el documento que mostramos a continuación, firmado por Mariana de Austria, madre y regente de Carlos II, dirigido a Francisco Fernández de Madrigal, gobernador de Filipinas. Pero… casi nada es lo que parece. La referida monja viajó bajo la protección de reinas (entre ellas, Cristina de Suecia), conoció países, cortes, personalidades y parece que trabajaba de espía, eso sí, con mucha devoción.
«Madrid, 9 de junio de 1671.
Mariana Paulosca, de nación polaca, que dice ser monja profesa de San Bernardo, me ha representado que tiene hecho voto de peregrinar 33 años por el mundo, de que hasta ahora ha cumplido los 28 por diferentes provincias próximas y remotas, y por lo que desea pasar a esas Islas.
He tenido por bien el concederle la licencia que pide, para que pueda hacer su viaje a la Nueva España, suplicándome la mandase dar cédulas de recomendación para que, luego que llegue a ellas, le deis los despachos que fueren necesarios para que desde esas Islas pueda encaminarse a las partes donde la guiare su devoción, sin que en ello se le ponga impedimento alguno, pues su ánimo no es otro que el de hacer estos viajes en fe de la caridad y limosna de los fieles, como le ha sucedido en los que hasta ahora ha hecho, alentada de la salud y fuerzas que Dios le ha dado para ello, fiando de su divina misericordia se la continuará hasta terminar el tiempo de su romería.
Por vuestra parte, la alentaréis y consolaréis para que pueda continuar su peregrinación, que así es mi voluntad. Yo la Reina».
[Si se desea disfrutar un rato de documentos y de monjas, se puede leer a Jesús Moya, El compás de Santa Clara. Viaje entretenido por un Archivo de Monjas castellano, Villarcayo, 2010]
viernes, 5 de noviembre de 2010
CUMPLEBLOG
Poco a poco unos cuantos nos fuimos animando, al principio con miedo, temor a lo desconocido y por qué no decirlo vergüenza al qué dirán, a ver si meto la pata…, que nadie sepa quién soy yo..
En un par de meses el hielo estaba roto, y de vergüenza ni rastro, qué bien lo hemos pasado, algunos post tenían hasta 60 comentarios, ¡como nos hemos reído!
Con el paso del tiempo el asunto se ha ido enfriando, las redes sociales nos han traído nuevas aportaciones y los blogs se han ido quedando en el olvido.
Ya somos pocos los que seguimos comentando, aunque seguro que muchos más los que nos siguen día a día.
Pero gracias a la frescura de Lavela y a sus valiosas aportaciones ahí seguimos con tres añitos de andadura y listos para empezar el cole. Ah no eso no, es que parece que va acompañado a lo de los tres años, no?
Felicidades
El blog no sólo nos ha aportado buenos ratos ante el ordenador, también nos ha permitido conocer a gente muy especial, con la que hemos podido compartir algún ratillo fuera de la pantalla. Hoy uno de nuestros más fieles seguidores nos ha traído un regalo y, de ahí, esta reflexión.
Gracias Miguel
jueves, 4 de noviembre de 2010
Papel y sorpresa en Samarcanda
Por entonces, no solamente viajaron Salim y la Muerte de Talas a Samarcanda. También lo hizo la fórmula de elaboración de papel que en China se había mantenido en secreto durante siglos. Se dice que fue el funcionario –para que luego digan– Tsai-Lung quien diseñó el invento, al pretender dar con un soporte de escritura más barato que la seda, que era donde se escribían en aquella tierra los documentos de la corte imperial de cierto valor. Tsai-Lung observó con curiosidad en modo en que las avispas construían las paredes de sus nidos: arrancado filamentos de las plantas, masticándolos y reblandeciéndolos con saliva hasta formar una pasta (a la que daban forma hexagonal) que, al secarse, quedaba muy resistente.
En el año 751, a las puertas de Talas, se enfrentaron los ejércitos árabes (en expansión hacia Oriente) con los Chinos (en expansión hacia Occidente), saliendo vencedores los primeros y aprendiendo, de unos prisioneros, el arte de la fabricación de papel. De allí pasó a Samarcanda, que se convirtió en un importante centro productor, llegando en 793 a Bagdad. En esta época se añadieron fibras de trapos a las fibras vegetales anteriores y se utilizaron molinos de agua. Ya podían nacer las mil y una noches.
[Alguna de estas cosas (y otras muchas) aparecen en el libro de Rebeca García Palomeque, Historia de… el papel, que publica la editorial La mar de fácil, la cual sigue las indicaciones de IFLA para quien tiene dificultades de comprensión lectora].
lunes, 1 de noviembre de 2010
Hojas (vivas) de otoño
Moreras (nuestras preferidas) y arces llegarán a hechizarnos dentro de poco. Al caer la hoja, van quedando desnudos los brotes que se abrirán en la próxima primavera (un castaño, despistado, ha florecido en un par de ramas al abrigo).
[El cuadro es de Manena Moure]
jueves, 28 de octubre de 2010
Las manos de Juana María
Entre sus cartas figuran las escritas a Démery, conocida una de ellas como Carta del vidente, en la que manifiesta las dificultades de aprehender la realidad, que calificaba de rugosa, precisamente por el peso que en su vida tiene el cristianismo. Para él, una de las figuras en que se expresa esta religión es la Virgen María, prototipo de mujer idealizada, mediadora de las gracias, alejada de la realidad. A esta mujer divina, Rimbaud contrapone la figura de Juana María, comunera [Comuna de París, 1871], luchadora de una sociedad justa en la tierra, defensora con fusil en la barricada contra el ejército imperial [las 120 mujeres masacradas en Plaza Blanch], a cuyas manos dedica uno de sus poemas más emotivos:
Un tinte del populacho
las curte como un seno viejo
el dorso de sus manos es el lugar
que besa todo revolucionario altivo.
Maravillosas han palidecido
al gran sol de amor cargado
en bronce de ametralladoras
que cruzan el insurrecto París…
lunes, 25 de octubre de 2010
Manuscrito para un lunes de otoño
Márcame el corazón (Bete iezaduzu)
Márcame el corazón con tu caligrafía.
Insiste hasta que se encienda algo.
Y si se enciende, cachéame,
mira a ver si tengo letras en la piel:
soy un valioso manuscrito
sellado con tatuajes de humo.
[Lo hallamos en Miren Agur Meabe, Anzalaren kodea / El código de la piel, Barcelona Bassarai, 2000, traducido por autora y Kepa Murua].
jueves, 21 de octubre de 2010
Despertar... en este día, en tu día
Volver a los diecisiete, después de vivir un siglo /
es como descifrar signos, sin ser sabio competente. /
Volver a ser de repente, tan frágil como un segundo, /
volver a sentir profundo, como un niño frente a Dios. /
Eso es lo que siento yo en este instante fecundo. /
Se va enredando, enredando /
como en el muro la hiedra /
y va brotando, brotando, /
como el musguito en la piedra, /
como el musguito en la piedra sí, sí, sí... /
Mi paso retrocedido cuando el de ustedes avanza, /
el arco de las alianzas ha penetrado en mi nido, /
con todo su colorido, se ha paseado por mis venas, /
y hasta la dura cadena, con que nos ata el destino, /
es como un diamante fino, que alumbra mi alma serena.
[…]
http://www.youtube.com/watch?v=QYNx1D74mtQ&feature=related
[El cuadro es de Caroline]
lunes, 18 de octubre de 2010
Organdí, para heridas más allá del cuerpo y del alma
Tras unos momentos de punzante desazón, comenzó a tomar conciencia en aquella confusión. ¡Era ella misma! El hueco, la luz eran su esencia. Había algo anterior al cuerpo y al alma, a los deseos y a los sentimientos, al cerebro y al corazón. No, no tenía origen divino. Era humano. ¡Nunca lo hubiera sospechado! Al tiempo que aceptaba su origen, los minutos le fueron trayendo optimismo. Sabía que estaba en su núcleo, en su ser, y no sentía (como en otras ocasiones) miedo ni compasión de sí misma. La ligera brisa que entraba por una de las ventanas que había quedado entreabierta en el lado sur de la biblioteca la estremeció ligeramente, y –perezosa– se acurrucó un poco más dentro del delicado organdí que la cubría en esa tibia noche de otoño».
jueves, 14 de octubre de 2010
Relatos de adentro (en Sierra Morena cordobesa)
También, por este nuestro gusto en escapar a las luces de escaparate librario, leemos con frecuencia relatos de gentes que no están en el candelero literario. Preferimos, además, los que tienen alguna relación con el campo y los pueblos. Los de la ciudad nos resultan más vacuos, sin arraigo, escritos a veces con formalismo de escuela de escritura, basados en argumentos algo forzados. Es por ello que estos días disfrutamos de Relatos de Sierra Morena cordobesa (Cerro Muriano, 2010). Cada narración se entronca en detalles de la tierra –extinción del lobo, persecución a familias judías, amores perdidos, guerra civil, despoblación, etc.– y la protagonizan personajes que nos transmiten vivencias que te encuentras en el ambiente de las aldeas. Gentes ni felices ni desdichadas. Sabemos, al leerlo, que tiene una antigua relación con nuestra persona.
Por si fuera poco, la obra está editada por la asociación para el desarrollo de esta comarca. Nos trasladan a Adamuz, Espiel, Hornachuelos, Montoro, Obejo, Villaharta, Villanueva del Rey y Villaviciosa de Córdoba. Otro más de los intentos de los pueblos pequeños y alejados de las urbes por evitar la desaparición.
Saludos, pues, a la gente cordobesa.
lunes, 11 de octubre de 2010
Medianoche en la posada
Por nuestro lado, creemos que la poesía es una forma como otra cualquiera de expresión (con sus peculiaridades, por supuesto, como cada hija/o de vecina/o). Y que una de estas singularidades es su capacidad de conectar con la infancia de quien escribe y de quien lee e, incluso, con los orígenes de nuestros ancestros. Josep Carner (1884-1970), entrada la noche, llega a una posada; cuando se acerca a Recepción, el dependiente (algo contrariado por la inoportunidad nocturna del solicitante) le muestra un formulario para que se registre. El poeta escribe:
Difícil registro
Quién soy no sé, ni adónde voy. Sólo sé que quisiera
reclinar la cabeza en un regazo
de mujer y dormirme
al ritmo –aún– de una canción de cuna.
Podemos imaginar la cara que pondría el somnoliento recepcionista ante semejante registro.
jueves, 7 de octubre de 2010
El alfabeto digital en burra y burro
La burra Alfa y el burro Beto son sus autopistas de la información.
Y recordamos, con ello, la entrada que realizó Mafi en esta bitácora hace algo más de dos años (tempus fugit).
A su salud.
domingo, 3 de octubre de 2010
Abuelas/os, nombres, libros y memoria
El abuelo materno de Winétt −políglota y gramático− era irlandés; traducía a Safo y Ovidio; tenía un puesto técnico aceptable en las minas del norte de Chile (explotadas por capital extranjero). Él fue quien le inculcó a su nieta el amor a la literatura. En reciprocidad, ella lo recuerda en Oniromancia:
Tres o cuatro fechas y en la memoria de algunas /
estampas, una visión equívoca, /
eso, de Domingo Anderson, el políglota, /
libros, y libros a la espalda, con ellos de casa en casa, /
libros y libros y libros, /
con ellos de pensión en pensión, encajonados, llovidos, /
rodando, acumulados como piedras de piedra, /
dolor y cansancio y libros, escrituras y escrituras en /
caligrafía de dolor y sueños.
[…]
Abro los brazos estrechando lo inútil inconmensurable: mitos, libros, ríos, libros, desengaños, libros, libros, libros, tú y yo entre los doscientos crepúsculos. [Historias que nos cuenta María Inés Zaldívar en Winétt de Rokha, Fotografía en oscuro. Selección poética, Madrid, Colección Torremozas, 2008].
lunes, 27 de septiembre de 2010
Librerías, espacios de amor
Como aquí, en la bitácora, apreciamos los libros, pues nos sumergimos en este amor recorriendo las estanterías de una librería.
Recorro los espacios que frecuentas
sabiendo de antemano
que no te encontraré. Me ayuda
que sean tan fijos tus horarios.
Tu aroma es lo que yo persigo,
el aire que te vas dejando
y se mantiene intacto hasta que llego,
y marco sus contornos
con el detenimiento que necesita
un ritual tan íntimo.
Mucho más que las tardes de amor y caramelos
que a veces tú y yo nos regalamos.
Observo tu silueta en el espacio
que antes ocupabas −callada
quietud entre los libros−
y voy acariciando el sitio exacto
donde tus dedos eligieron
el que te llevarás.
He aprendido a hacerlo
de manera que aquellos que me miran
imaginan que yo busco también
un libro de poemas. Y no saben
de qué manera exacta
veo la trayectoria de tu índice
desde Silvya Plath a Pound,
de izquierda a derecha, como prefieres
hacer tan a menudo.
Más tarde perfilo muy lentamente
la curva de tu mano
cuando pasas las hojas de ese libro
que has guardado bajo el brazo,
y que, un poco más tarde,
cuando llegue con retraso al café,
comentaremos.
[Nos lo cuenta Elena Escribano Alemán en Residencias (Soria, Diputación, 2007)]
miércoles, 22 de septiembre de 2010
Los cuerpos, libros de vidas
haber estado solo es necesario.
Y es necesario en cuatrocientas noches
–con cuatrocientos cuerpos diferentes–
haber hecho el amor. Que sus misterios,
como dijo el poeta, son del alma,
pero un cuerpo es el libro en que se leen.
(Jaime Gil de Biedma)
Aquí sí que no hay libros electrónicos. Desde el despertar abrimos (o continúa nuestro empeño en dejar cerrado) el libro del cuerpo. Leído a la luz o a la oscuridad, así es de agradecido. Expuesto al aire o cubierto de tela, vive en la piel de modo constante. Proclive a la curiosidad, su índice de contenidos es inagotable. Es manantial, río, prado y volcán. Se nos figura que una de las asignaturas más difíciles de la educación familiar es la enseñanza sobre el cuerpo. Quien, desde la niñez, lo entienda bien, calmará con maestría las ansiedades y angustias venideras.
«Nadie sabe lo que puede el cuerpo», escribía Baruch Spinoza (1632-1677), nuestro vecino filósofo. Por ello, se le somete. Las tiranías y las autoridades, aun disfrazadas de cariño, lo reducen, lo encadenan, lo engalanan…
La escritura es asemejada en numerosas ocasiones con el cuerpo. Es más, se dice que escribir es construir cuerpo. La palabra somete, pero también abre un campo de batalla contra lo instituido. De ahí que no viene nada mal la lectura de antologías de poesía femenina –cuerpo con capacidad de reproducción de cuerpos– como El poder del cuerpo, a cargo de Meri Torras, que la editorial Castalia (2009) tiene en Biblioteca de Escritoras.
El cuerpo que ahora veis
viejo y decrépito tiene el valor
de un antiguo pergamino.
[…]
Con la pátina siempre
presente de este deseo intenso
de querer estar......... junto a vosotros.
(Montserrat Abelló)
lunes, 20 de septiembre de 2010
Fomento de la lectura en estado puro
"Volverán las oscuras..."
jueves, 16 de septiembre de 2010
Los suicidios de la cultura. Foxconn
“El pasado 8 de junio, coincidiendo con el lanzamiento mundial del teléfono iPhone de Apple de cuarta generación, tuvieron lugar en Hong Kong, China continental, Taiwán y en otros lugares del mundo diversos actos de solidaridad para celebrar la Jornada Mundial en Recuerdo de las Víctimas de Foxconn. Y es que desde el pasado 27 de mayo, 10 trabajadores de entre 18 y 24 años se han suicidado en las instalaciones de producción de Foxconn Technology Group, y otros 2 se encuentran en estado grave tras intentarlo. Foxconn, con sede en Shenzhen y propiedad de Taiwan es proveedora de Apple, Nokia, HP, Dell, Sony, Sony Ericsson, Nintendo y Motorola, marcas en feroz competencia y con unos plazos de entrega cada vez más cortos, lo que redunda en unas condiciones laborales inhumanas”.
¿Qué nos pasa?
lunes, 13 de septiembre de 2010
Aleluyas. El tiempo por los aires
El nombre puede venir de “alabad al Señor”, grito de alegría dado el Sábado Santo; de ahí nació el arrojar (esa misma noche) dentro de la iglesia trozos de papel o vitela con imágenes y la palabra escrita aleluya. Después se hacía en la procesión de Pascua (y otras). Se compraban en Sábado Santo, se recortaban y se tiraban en la procesión del domingo de pascua, siendo recogidas por la chiquillería que bullía en torno a esta improvisada lluvia. Los vendedores/as gritaban Aleluyas, Aleluyas finas, que pasa la procesión. Existían también tiendas especializadas, que anunciaban su producto con un Cartelón de nueve cuadros, a la entrada de las mismas.
Comenzando, por ejemplo, con “Si tenéis buena memoria / aprended aquesta historia”, pretenden un mensaje moral educativo (son tradición) y en ella aparecen personajes, adelantos técnicos, conductas (borrachera, juegos, etc.)… Lo que más abundan son las vidas. Dar cuenta de lo nuevo, conservando lo viejo. Además de moralismo, destilan marcado sentido burlesco, que se construye mediante elementos deformadores: defectos y caracteres de la figura.
Benavente dice que ahí inició su afición a la literatura. He aquí algunas:
“Las Marías son muy frías / y de puros celos rabian; / las Franciscas vocingleras, / perezosas las Tomasas, / las Isabeles altivas, / casamenteras las Juanas…”
“Ingratos, falsos, arteros, / inconstantes, bailarines, / son Danieles, Valentones, / Vitorianos y Valeros. / Los Juanes y Baldomeros, Andreses y Celestinos, / son amigos de los vinos, / aguardientes y licores”
[Más de ello en Julio Caro Baroja, Ensayo sobre la literatura de cordel, Madrid, Revista de Occidente, 1969]