No habíamos hecho mención expresa del otoño en la bitácora en esta temporada. Debido, fundamentalmente, a que en Burgos ha llegado hace escasos días y no hemos viajado en demasía. Es ahora cuando se muestra más visible en ciertas zonas y cuando, con las jornadas ventosas, el suelo se está tapizando de amarillo, siendo que el vuelo de los árboles continúa verde en otras.
[El cuadro es de Manena Moure]
Camino del trabajo, necesitamos salir de casa media hora antes que en verano. A nuestra derecha, el río; a nuestra izquierda, paseos y parque. Aquí, el otoñar triste de tilos y abedules; allí, el esplendoroso de chopos y arbustos. Las hojas, concentradas en un primer círculo en torno a un grueso ejemplar, van desparramándose en regueros por el césped, alejándonos cada vez más de nuestro destino laboral. Con la avaricia de la belleza, las cogeríamos todas, las palparíamos, las aventaríamos de nuevo. ¡No puede ser! ¡Aquellas copas anaranjadas que sobresalen por el fondo! ¡Si ayer apenas refulgían! Y hacia ellas dirigimos nuestros pasos, olvidando el reloj, desconociendo la obligación.
Moreras (nuestras preferidas) y arces llegarán a hechizarnos dentro de poco. Al caer la hoja, van quedando desnudos los brotes que se abrirán en la próxima primavera (un castaño, despistado, ha florecido en un par de ramas al abrigo).
Llegamos −sin saber muy bien cómo− al trabajo. Nos preguntan en el mostrador por algo sobre nanociencia. Sin vacilar, nos levantamos, vamos a la tercera estantería, tomamos uno de sus volúmenes y se lo prestamos mientras le decimos (bajo su acogedor asombro) que este libro enseña igual que las hojas de otoño.Moreras (nuestras preferidas) y arces llegarán a hechizarnos dentro de poco. Al caer la hoja, van quedando desnudos los brotes que se abrirán en la próxima primavera (un castaño, despistado, ha florecido en un par de ramas al abrigo).
[El cuadro es de Manena Moure]
¡qué bello!
ResponderEliminarotoño maravilloso
ya no hay románticos que guarden hojas ni pétalos en los libros
¿imaginas LVB en ese libro de nanotecnología un "pensamiento"?
:)
Mi estación favorita. No encuentro más sosiego que en ella, acaba de llegar y ya la echo de menos.
ResponderEliminarUn beso y felicidades por la descripción.
Es verdad que es una estación bonita y que los paisajes que nos ofrece nuestra ciudadson impresionantes, yo subiría 5 graditos por las mañanas y todo perfecto.
ResponderEliminarBuen día, Bipo. Entonces seré de los pocos que coge hojas (y pétalos, cuando los hay) para meterlas en los libros [ahora tengo seis en Todo fluye, de Grossman]. Después, cuando escribo cartas, envío alguna.
ResponderEliminar:)
Entonces, Elena, estás de suerte, de una inmensa suerte.
ResponderEliminarUn beso.
Claro, Ayla. ¿Y el gusto que da el calorcico de la bufanda?
ResponderEliminarPero, para ti, subimos esos cinco grados.
que envidiaaaaaaa.... amo el otoño y el invierno, aquí el sol me deja atontada.... besos desde un caluroso Chile...
ResponderEliminarjijijiji... yo creo que la nanotecnología se permitiría guardar entre sus páginas unos granitos de polen, aunque puede que su duración sea la de las hojas en otoño.
ResponderEliminarCon la llegada tardía del otoño se nos pasó felicitarnos a nosotros mismos por nuestro "cumpleblog", tres años ya!!! que mayores, ya podemos ir al cole y todo.
Lavela como dice una amiga mía L.F. (lo flipo), qué bien describes tu sensación otoñal al ir al curre, poeta más que poeta.
Bip quiere unas cañitas jejejeje
Cumpleaños feliz, cumpleaños feliz..., a lo que vamos que yo también quiero unas cañitas,Mafi te ha tocado poner día y hora, y allí estaremos.
ResponderEliminar¡Queremos cañitas!
¡Queremos cañitas!
¡Queremos cañitas!
¡Queremos cañitas!
En fin, Bibliotekaro, podrás disfrutar de la playa, ¿no?
ResponderEliminarOtros besos.
Mafi, pues feliz cumpleaños (tú eres la que lleva la cuenta). Cada día más jóvenes.
ResponderEliminarAyla, a ver eso de la caña!