lunes, 27 de septiembre de 2010

Librerías, espacios de amor

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Estábamos en lo del amor. En aclarar si es verdadero o no. Es fácil que no lo hagamos, pues se ha intentado desde que existe la escritura, sin llegar a un acuerdo general. Eso sí, tenemos los sentimientos. Y ahí, en muchos momentos, notamos la invasión de presencias que nos llenan; de ligeros estremecimientos que recorren nuestra columna y nos transportan a la gloria. No lo podemos disimular: el rostro es el espejo de ello.
Como aquí, en la bitácora, apreciamos los libros, pues nos sumergimos en este amor recorriendo las estanterías de una librería.

Recorro los espacios que frecuentas
sabiendo de antemano
que no te encontraré. Me ayuda
que sean tan fijos tus horarios.

Tu aroma es lo que yo persigo,
el aire que te vas dejando
y se mantiene intacto hasta que llego,
y marco sus contornos
con el detenimiento que necesita
un ritual tan íntimo.
Mucho más que las tardes de amor y caramelos
que a veces tú y yo nos regalamos.

Observo tu silueta en el espacio
que antes ocupabas −callada
quietud entre los libros−
y voy acariciando el sitio exacto
donde tus dedos eligieron
el que te llevarás.

He aprendido a hacerlo
de manera que aquellos que me miran
imaginan que yo busco también
un libro de poemas. Y no saben
de qué manera exacta
veo la trayectoria de tu índice
desde Silvya Plath a Pound,
de izquierda a derecha, como prefieres
hacer tan a menudo.

Más tarde perfilo muy lentamente
la curva de tu mano
cuando pasas las hojas de ese libro
que has guardado bajo el brazo,
y que, un poco más tarde,
cuando llegue con retraso al café,
comentaremos.
[Nos lo cuenta Elena Escribano Alemán en Residencias (Soria, Diputación, 2007)]

miércoles, 22 de septiembre de 2010

Los cuerpos, libros de vidas

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Para saber de amor, para aprenderle,
haber estado solo es necesario.
Y es necesario en cuatrocientas noches
–con cuatrocientos cuerpos diferentes–
haber hecho el amor. Que sus misterios,
como dijo el poeta, son del alma,
pero un cuerpo es el libro en que se leen.
(Jaime Gil de Biedma)

Aquí sí que no hay libros electrónicos. Desde el despertar abrimos (o continúa nuestro empeño en dejar cerrado) el libro del cuerpo. Leído a la luz o a la oscuridad, así es de agradecido. Expuesto al aire o cubierto de tela, vive en la piel de modo constante. Proclive a la curiosidad, su índice de contenidos es inagotable. Es manantial, río, prado y volcán. Se nos figura que una de las asignaturas más difíciles de la educación familiar es la enseñanza sobre el cuerpo. Quien, desde la niñez, lo entienda bien, calmará con maestría las ansiedades y angustias venideras.

«Nadie sabe lo que puede el cuerpo», escribía Baruch Spinoza (1632-1677), nuestro vecino filósofo. Por ello, se le somete. Las tiranías y las autoridades, aun disfrazadas de cariño, lo reducen, lo encadenan, lo engalanan…
La escritura es asemejada en numerosas ocasiones con el cuerpo. Es más, se dice que escribir es construir cuerpo. La palabra somete, pero también abre un campo de batalla contra lo instituido. De ahí que no viene nada mal la lectura de antologías de poesía femenina –cuerpo con capacidad de reproducción de cuerpos– como El poder del cuerpo, a cargo de Meri Torras, que la editorial Castalia (2009) tiene en Biblioteca de Escritoras.

El cuerpo que ahora veis
viejo y decrépito tiene el valor
de un antiguo pergamino.
[…]
Con la pátina siempre
presente de este deseo intenso
de querer estar......... junto a vosotros.
(Montserrat Abelló)

lunes, 20 de septiembre de 2010

Fomento de la lectura en estado puro

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Nunca daremos con la fórmula perfecta para el fomento de la lectura. Por ello, es conveniente ir tanteando métodos. Este que aquí presentamos, sin dudar, tiene sus valores.





"Volverán las oscuras..."

jueves, 16 de septiembre de 2010

Los suicidios de la cultura. Foxconn

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Lejos quedan en Occidente aquellas fábricas en las que mujeres, hombres, niñas y niños vendían la vida por un salario de miseria. Los arrabales de nuestras ciudades han dejado de ser barrios infectos. Sin embargo, el tinglado económico que hemos montado para proveernos sí que pende sobre nuestras cabezas. Está necesitado de productos que consumir. En buena medida, hemos tranquilizado nuestra conciencia poniendo etiquetas verdes y ecológicas a esta parafernalia de supermercado. Pero, simplemente, lo que hemos hecho es alejar el problema; cerrar los ojos y desconocer de dónde viene lo que necesitamos. De ahí que se den noticias como la siguiente:


“El pasado 8 de junio, coincidiendo con el lanzamiento mundial del teléfono iPhone de Apple de cuarta generación, tuvieron lugar en Hong Kong, China continental, Taiwán y en otros lugares del mundo diversos actos de solidaridad para celebrar la Jornada Mundial en Recuerdo de las Víctimas de Foxconn. Y es que desde el pasado 27 de mayo, 10 trabajadores de entre 18 y 24 años se han suicidado en las instalaciones de producción de Foxconn Technology Group, y otros 2 se encuentran en estado grave tras intentarlo. Foxconn, con sede en Shenzhen y propiedad de Taiwan es proveedora de Apple, Nokia, HP, Dell, Sony, Sony Ericsson, Nintendo y Motorola, marcas en feroz competencia y con unos plazos de entrega cada vez más cortos, lo que redunda en unas condiciones laborales inhumanas”.

¿Qué nos pasa?

lunes, 13 de septiembre de 2010

Aleluyas. El tiempo por los aires

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La aleluya es un pliego en el que están dibujadas unas escenas, distribuidas en columnas y filas, con texto debajo de ellas, por lo general de dos versos. Vienen a ser las herederas de los carteles o cartelones de ciego y serán precursoras de cine mudo. Podemos decir que tienen carácter costumbrista. Suelen tener cuarenta y ocho escaques (seis columnas de ocho filas), cuadros en los que se representa toda una vida o historia. Tuvieron gran expansión desde el siglo XVIII hasta mediados del XX.

El nombre puede venir de “alabad al Señor”, grito de alegría dado el Sábado Santo; de ahí nació el arrojar (esa misma noche) dentro de la iglesia trozos de papel o vitela con imágenes y la palabra escrita aleluya. Después se hacía en la procesión de Pascua (y otras). Se compraban en Sábado Santo, se recortaban y se tiraban en la procesión del domingo de pascua, siendo recogidas por la chiquillería que bullía en torno a esta improvisada lluvia. Los vendedores/as gritaban Aleluyas, Aleluyas finas, que pasa la procesión. Existían también tiendas especializadas, que anunciaban su producto con un Cartelón de nueve cuadros, a la entrada de las mismas.

Comenzando, por ejemplo, con “Si tenéis buena memoria / aprended aquesta historia”, pretenden un mensaje moral educativo (son tradición) y en ella aparecen personajes, adelantos técnicos, conductas (borrachera, juegos, etc.)… Lo que más abundan son las vidas. Dar cuenta de lo nuevo, conservando lo viejo. Además de moralismo, destilan marcado sentido burlesco, que se construye mediante elementos deformadores: defectos y caracteres de la figura.

Benavente dice que ahí inició su afición a la literatura. He aquí algunas:
“Las Marías son muy frías / y de puros celos rabian; / las Franciscas vocingleras, / perezosas las Tomasas, / las Isabeles altivas, / casamenteras las Juanas…”

“Ingratos, falsos, arteros, / inconstantes, bailarines, / son Danieles, Valentones, / Vitorianos y Valeros. / Los Juanes y Baldomeros, Andreses y Celestinos, / son amigos de los vinos, / aguardientes y licores”

[Más de ello en Julio Caro Baroja, Ensayo sobre la literatura de cordel, Madrid, Revista de Occidente, 1969]

jueves, 9 de septiembre de 2010

Poesía en la realidad

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Decía T. S. Eliot (en The Sacred Wood, 1920) que Blake (a quien no tragaba) tenía una honestidad aterradora, de esas que te hacen sentir incomodidad al notar tu egocentrismo. William Blake (1757-1827) fue poeta, pintor y grabador inglés. De temperamento apasionado y tendencia polemista, no dejaba títere con cabeza cuando se trataba de denunciar a quienes ejercen la represión social y política. Era un incómodo iconoclasta. Y la poesía le servía para ello. Es lo que hace en su poema Jueves Santo (incluido en Canciones de inocencia y experiencia), al denunciar los préstamos que las (piadosas) personalidades pudientes condedían a las instituciones de beneficencia a un desorbitado interés:

¿Qué tiene de sagrado ver, decidme,
sobre una tierra rica y floreciente,
niños que la miseria ha encadenado,
nutridos con mano usurera y fría?

¿Es una canción ese llanto trémulo?
¿Tal vez una canción de regocijo?
¿Con tantos nichos miserables?
¡Qué tierra de pobreza!

Además, Blake era lo que hoy llamaríamos una persona espiritual, que concebía la poesía como voz inspiradora, como parte divina de cada cual. El carácter Poético era la fuente de toda filosofía y religión (así lo desarrolla en su conocido libro El matrimonio del Cielo y del Infierno). Por si fuera poco, su escritura es con frecuencia enigmática; diríamos deliciosamente enigmática, así en esta “Segunda canción de la señorita Gittipin” en Canciones de una isla en la luna:

Oh, dejadme, dejadme con mis penas;
aquí sentada he de esfumarme
hasta no ser más que un espíritu,
perdida esta forma arcillosa.

Y si al azar en este bosque
alguien camina sin camino,
en la sombra verá mi sombra,
oirá mi voz sobre la brisa.

Gracias, Blake, por tus palabras.

lunes, 6 de septiembre de 2010

Clara y Francisco, amor y dolor entre oraciones

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Clara (1193-1256) y Francisco (1182-1226) se amaban. Él era trovador en las rondas nocturnas por las calles de Asís, visitaba balcones, y coqueteaba –si se terciaba– con la pendencia. Actitudes que, unidas a su esbelto porte, le situaban en los sueños de las muchachas de su tiempo. Clara era una de ellas. Pero, cierto día, Francisco cambia de vida y, unido a otros compañeros, se retira de la vida mundana. Ella lo ve cuando le entrega la ropa a su padre. ¿Qué hacer con aquel amor de los ojos? Con dieciocho años, Clara escapa de casa y se refugia en la morada de Francisco. Allí le rapan el pelo, la despojan de sus delicadas vestiduras y la visten de sayal. No pueden arriesgarse a vestirla de hombre y dejar que permanezca entre ellos [tal vez otro día contemos alguna de estas historias]; es mujer de buena familia y podrían localizarla. Por ello, Clara queda en un convento de damianitas situado en las afueras de la ciudad.

Su enamoramiento era algo admitido por quienes les conocían. Se encontraron en alguna ocasión, sabiendo de su íntima unión. Francisco se le aparecía a Clara en sueños y le daba de mamar de su pecho. Dos años antes de su muerte, Francisco fue quedándose ciego, con crisis dolorosas, y permanecía –cecuciente– en la choza de esteras que Clara le preparaba. En los días que precedieron a su expiración, ella creyó morir de dolor antes que él. Pero falleció veintiséis años más tarde, «como enferma crónica incurable». En este tiempo, Clara seguía viendo a su santo. Una Nochebuena (encontrándose ella postrada en su convento) llegó incluso a oir los cantos de la misa que se estaba celebrando en la catedral y vio cómo Francisco le mostraba –risueño– el belén (es así que, en 1952, fue proclamada patrona de la televisión, ¡vivir para ver!).

jueves, 2 de septiembre de 2010

Papel higiénico, el reservado papel de la cultura

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Estábamos cavilando qué entrada podríamos elaborar para nuestra bitácora (y hemos de confesar que, recién llegados de vacaciones, no nos hallamos con demasiada soltura), cuando nos hemos topado con la noticia del éxito obtenido en Japón por una novela corta impresa sobre papel higiénico. Por lo visto, en este país se ha puesto de moda emplear el tiempo pasado en el reservado para culturizarse (entre otras actividades), por lo que están proliferando rollos de papel higiénico con escritos diversos: historietas manga, pedagógicas, etc.

En este caso se trata de la novela Drop −’gota’− del conocido escritor Koji Suzuki. Y no ha sido una editorial la que lo ha publicado, sino la papelera Hayashi, por lo que la novela se vende tanto en librerías e Internet como en la sección de productos de limpieza de cualquier supermercado. Por ahora lleva vendidos 80.000 ejemplares y parece que no haya tocado fondo. Al contener unas 2.000 palabras, ocupa 88 centímetros, por lo que en un mismo rollo se repite el texto 34 veces.

El problema será para las casas que tienen un solo baño.

La noticia de Efe la encontramos desarrollada en
http://bibliomistico.blogspot.com/2009/09/google.html