Se ha publicado en España el libro de Ray Bradbury (1920)
Ahora y siempre, el cual contiene dos novelas cortas (
En algún lugar y
Leviatán). El visionario autor –conocido sobre todo por
Farenhait 451 y
Crónicas marcianas– dice que decidió ser escritor a los tres años, a los doce comenzó a escribir y que, desde entonces, no ha dejado de hacerlo. Manifiesta, además, algo interesante: que la escuela donde aprendió a hacerlo fueron las bibliotecas. En ellas, Poe le
insinuó que escribiera y le enseñaron a ello Verne y Shakespeare. Allí se encontró, entre otras sorpresas, con Edgar Rice Burroughs, con H. G. Wells y con
El hombre invisible. En sus mesas y estanterías hizo amistades de papel que le alentaron en todo momento, mostrándole cómo puede manejarse la pluma. No tuvo magisterio de escuela ni redacciones que presentar para ser corregidas. Solo un lema: «Ama lo que escribes y escribe sobre lo que amas».
En Farenhait 451, la revolución pasa por aprenderse un libro de memoria para preservar su contenido, ya que el Orden social exige la quema de estos. Fue una idea que tuvo al ver cómo Hitler ordenaba a sus huestes nazis que lanzaran a la hoguera los libros prohibidos. Era la acción con que Bradbury contribuía a apagar esas aberrantes llamas. Nacida la idea, una vez que la plasma, que la encarna en los personajes, deja que la narración vaya desarrollándose por sí misma. Es el modo que tiene de elaborar historias.
Hoy, a los ochenta y nueve años, defiende estos lugares –las bibliotecas– contra viento y marea. Él, creador de antiutopías, se posiciona contra la publicación de libros en internet y contra el libro electrónico. «Los libros solo tienen dos olores: el olor a nuevo, que es bueno, y el olor a libro usado, que es todavía mejor», sentencia.
[Por nuestra parte, celebramos muchas de las ideas de Bradbury, aunque pongamos algún reparo a eso de los olores a libro usado.]
Basado en entrevista de Rocío Ayuso, «Palabra de Bradbury», Babelia-El País. La fotografía es de la escuela de escritura del centro cívico La Asunción.