martes, 5 de enero de 2021

Dinero (con la Poniatowska y Annemarie Schwarzenbach)

Nos construimos en base a diversos elementos que se desarrollan en relación a los distintos factores que inciden sobre ellos. Genética, cultura… y algo más, pues ahí está el Dinero, poderoso caballero. ¿De dónde sale? Es lo que pensaba estos días al leer Las indómitas (2018), de Elena Poniatowska (1932), y ver las diferencias en las condiciones de vida que hay entre la autora y alguna de las mujeres a las que visita para hacer el libro, entre ellas la Jesusa Palancares (o Josefina Bórquez), una de aquellas Adelitas de la revolución mexicana, ahora viviendo en la pobreza extrema, de la que Poniatowska ya escribió en 1969 la novela Hasta no verte Jesús mío.

Y, todavía, ello se me ha hecho más patente con el cómic Annemarie (2019), elaborado primorosamente por María Castrejón y Susanna Martín, que relata la vida de Annemarie Schwarzenbach (1908-1942), nacida en Zúrich, en el seno de una familia adinerada, gracias a las fábricas que posee. Doctora en filosofía, periodista, fotógrafa, viajera en medio mundo, de lo que son testigos los libros que ha dejado, cuyos textos apoyan las escenas de esta novela gráfica –Muerte en Persia, Todos los caminos están abiertos, El milagro del árbol–, más los que aquí no se citan (pero sí se han consultado): Ver a una mujer, El valle feliz, Con esta lluvia, etc. No extraña que para ambas autoras el proceso de elaboración del cómic haya sido una travesía personal.

Annemarie era lesbiana –Ella, tan amada– y morfinómana. Pasó buen número de temporadas en clínicas de desintoxicación, a veces con tratamiento psiquiátrico. ¿Qué papel jugó el Dinero en ello? Lógicamente, no construyó su carácter rebelde, pero, lógicamente, sí le permitió la vida regalada desde joven en Berlín, París… y salir de las situaciones en que se hallaba tirada. Lo sorprendente de su final es que, después de todas las épocas en que corrió diversos peligros, que la podían haber llevado a la tumba, fue a morir a causa de una caída en bicicleta (y algunas negligencias médicas) en la apacible mansión familiar suiza cercana al lago.

8 comentarios:

  1. Antes de comentar esta entrada, permíteme decir de la penúltima, que dijiste cosas de Harper Lee que yo ignoraba y que me dejaron con la boca abierta.

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    1. Vaya, Alí, siempre podemos aprender de los lugares que visitamos.

      Saludos.

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  2. Vaya entrada que propones. Dos grandes escritoras y la cuestión de hasta dónde influye el disponer o no de dinero para encarar nuestras rebeldías.

    Sin duda que influyen en el modo en que lo hacemos, pero creo que no son determinantes a la hora de decidir si nos saltamos las convenciones sociales o no.

    Saludos.

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    1. Tiene bastante lógica lo que comentas, Anónimo. Ser y tener.

      Saludos.

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  3. Que interesante, no la conocía. Lo bueno de leerte es que me haces viajar, aprender y crecer con tanto material que compartes.
    Tal vez que Anmarie, haya estado temporadas internada era por su situación personal. En aquellos tiempos era todo tan complicado....
    Saludos

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    1. Pues sí, Karin, en aquellos tiempos era bastante complicado el desenvolverse con situaciones de convulsiones nerviosas.

      Me alegro que encuentres aquí incentivos lectores.

      Saludos.

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  4. Pues me los voy a mirar ya que me han resultado muy interesantes Ignacio. Gracias.

    Un abrazo.

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    1. De acuerdo, Conchi, casi seguro que te van a gustar.

      Abrazos.

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