jueves, 25 de febrero de 2010

El Cerebro. La solución ansiada

Hace un tiempo, la psicología vino a resolver todos los problemas. Ya sabemos, esos que nos traen de cabeza y no se sabe cómo explicarlos y, sobre todo, cómo encauzarlos. ¿Qué proceder tomamos ante las personas que pintan las paredes del edificio que habitamos, que dan patadas a las papeleras o que rompen los cristales de las cabinas telefónicas? Bueno, pues la psicología nos explicaba que era gente con unas determinadas carencias (afectivas) y que con un tratamiento adecuado el asunto podría arreglarse. Pero… siguen apareciendo cabinas desvencijadas en la madrugada.

Y es que, claro, nos habíamos olvidado del cerebro. Eso es lo que vienen a decirnos ahora toda esa gente (con su buena dosis de oportunismo) que se ha volcado en los análisis de la neurociencia durante los últimos diez años (aproximadamente). En lo que llevamos de siglo, las resonancias magnéticas permiten observar, resaltadas en rojo, las partes del cerebro que se activan cuando realizamos ciertas actividades. O permiten verlas en azul cuando nos relajamos. De ahí a concluir que todo está en el cerebro, hay un paso (que mucha gente se atreve a dar).

Por ello, no debemos de alarmarnos. Si alguien perturba el silencio de la biblioteca con grandes risotadas, si nos desaparecen las fotografías de las publicaciones ilustradas, si nos preguntan qué escribió un tal Caldero…, pues nada. Es que la madre Naturaleza le ha obsequiado a esas personas con una forma de ser sobre la que ellas no tienen ningún poder de cambio. Además, ¿No es de gente sabia el seguir los dictados naturales?

[Y para saber la diferencia de por qué unos no regalan flores el día del aniversario y por qué otras lo esperan, pues se puede acudir a libros como el de Louann Brizendine, El cerebro femenino (RBA, 2009, ya la 11.ª edición).]

8 comentarios:

  1. Ayer vino un niño a la biblioteca, se dió unas carreras tremendas, por la hemeroteca, por la sala de estudio..., vamos por cuantos lugares pudo escapar.
    Cuando su madre consiguió atraparlo vino con el al mostrador y le dijo:
    -mira cariño nos vamos a hacer el carné para poder venir a la biblioteca.
    -si, si, a correr dijo el niño.

    Consultaré tu libro a ver si adivino qué le pasaba al niño por la cabeza..., por cierto, será este de los que regalan flores cuándo sea mayor?, con flores se perdona todo.

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  2. El cerebro humano es sumamente complicado... no hay duda.
    Hay tantos puntos de vista como personas en el mundo y nadie vemos las cosas igual.
    ¿qué puede pasar por la mente del comunmente denominado "vandalus estupidus"? no se... pero algo si se, no ha leído un libro en su vida.
    La lectura aporta valores, conocimiento y reduce la estupidez.
    "Stultitia delenda est" º[º?

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  3. Pero, Mafi, a lo mejor la pregunta sería: ¿por qué no leen libros esos vandalus stupidus?

    Ayla, seguro que te regalan flores .

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  4. Menuda pregunta... si te la contesto hago una tesis doctoral, en la que la conclusión es que la culpa de todo siempre la tienen los mismos, ya sabes los que manejan el cotarro que invierten grandes sumas en cultura...

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  5. Menuda pregunta... si te la contesto hago una tesis doctoral, en la que la conclusión es que la culpa de todo siempre la tienen los mismos, ya sabes los que manejan el cotarro que invierten grandes sumas en cultura...

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  6. Quiero decir que, tal vez, los libros no tienen tanto poder como se llega a afirmar a veces.

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  7. No se si los libros, pero ampliando un poco más diría que la educación en general, desgraciadamente todos no podemos acceder a la misma educación y eso marca nuestras vidas para siempre.

    Las flores preciosas, gracias Lavela.

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  8. La mente es muy complicada y también depende del momento, de la edad, porque no pensamos lo mismo o no actuaríamos igual ante una situación con 15 que con 35 o no???, aunque luego cada uno somos de una madre y un padre como se suele decir.

    Lo de los vandalus estupidus, supongo que la culpa la tenemos todos, los padres por no inculcar valores, los profesores por no saber hacerles llegar la importancia y el valor de la cultura, y el entorno por creer que la responsabilidad siempre es de otro

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