jueves, 12 de enero de 2012

Monodias en el título. Incipit


Omniun expetendorum prima est sapientia, in qua perfecti boni forma consistit [De todas las cosas que se han de buscar, la primera es la sabiduría, donde reside la forma del bien perfecto]. De semejante manera, tan evocadora de Boecio (480-525), comienza el Didascalion –Arte de la lectura–, de Hugo de San Víctor (1096-1141), escrito hacia 1128, enraizado en la tradición agustiniana. Según sabemos, los manuscritos medievales no tienen título (por lo general) y son citados por las primeras palabras de su texto, lo que llamamos el Incipit (complementadas con las últimas, Explicit). Es decir, no se les asigna una palabra clave o expresión –el título−, que resumiría (supuestamente) la obra, sino que es un monocorde de una pieza musical por la que cualquier intérprete avezado la reconoce.

Los notas primeras de esta obra no solo nos remontan a Agustín de Hipona (354-430) o Boecio, sino que evocan al mismísimo Terencio Varrón (116-27 a.n.e.), bibliotecario de César y de Augusto, autor de la primera gramática normativa del latín (pero al que el vulgo conocemos como el primero en nombrar la mortadela), que definiera el aprendizaje como búsqueda de la sabiduría. Porque la sabiduría a la que se refieren no es algo, sino alguien. Una realidad que salvará al mundo de su decaimiento. Y para acercar esta emancipación hay que aplicar remedios, entre los que se encuentra la Lectura, concebida así como técnica curativa (de carácter ontológico, para Hugo).

En fin, no nos extendemos más; quien lo desee, puede embeberse la obra de Iván Illich, En el viñedo del texto (Fondo de Cultura Económica, 2002), hermosa e ilustrada disertación sobre el místico medieval francés, del que escribe Ghellinck: «El estilo de Hugo es de una energía delicada con un discreto fervor que le permite representar el funcionamiento interno del alma [scruter les états d’âme]».

12 comentarios:

  1. De este sitio siempre se sale sabiendo algo nuevo, y eso es de agradecer.
    Gracias Lavela, por el dato sobre los manuscritos medievales.

    Un abrazo.

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  2. Bueno, Elena, nos alegramos de que te sea provechoso.

    Un abrazo para ti.

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  3. Perdonadme si soy una pesada, pero es que los incipit indican una monodia (son en gregoriano), no pueden ser acordes sino monocordes. Bueno ya vale. Por cierto que en el archivo en la puerta de entrada pone "camoenarum secessus sapientiae" el rincón de sabiduría de Cameno (o de las musas) algo bueno teniamos que tener. Gracias por vuestro blog.

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  4. Este Hugo tenía vocación de docente, sin duda. Si la sabiduría es tal como él dice, el maestro sería la llave para llegar a ella.

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  5. Qué bonito empezar con música... los títulos venden una obra, es la belleza que engancha en el primer momento, luego igual la conoces más a fondo y te espanta.
    Y que la lectura cura es muy cierto, pero también enferma... a ver lo que leemos... XD

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  6. Gracias, Esther, por tu sabiduría musical (lo que apunta directamente a nuestra [mi] ignorancia). Y por la indicación sobre la inscripción de las musas;forzosamente, tiene que ser acogedor el lugar.

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  7. Realmente, era un docente este Hugo, ebge. El Didascalion es uno de los textos que lo muestran.

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  8. Amalia, curar y enfermar son acciones que nos suceden a menudo. Cuando ocurren con la lectura, estamos practicando una vocación. (¡Uf!, casi confundo lo que me digo).

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  9. A mi me encanta lo de la lectura como técnica curativa.
    Creo que también es bueno leer cosas que no te gustan, despierta el estado crítico de las personas y te ayuda a despertar y a pensar. A mi me gusta leer periódicos de distintas ideologías por ese motivo, aunque a veces me den ganas de llorar.
    Como siempre gracias por la aportación Lavela

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  10. Las lecturas son curativas sobre todo si te gusta lo que lees, te engancha y te olvidas del dolor, a mí me ha pasado esta mañana a eso de las 7.30 cuando los dolores no me dejaban dormir y me he puesto a leer hasta que se me ha olvidado todo hasta la hora que era, jeje

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  11. Pues sí, Ayla. Ya sabes que si deseas crecer, no solo debes leer cosas que te gustan. ¡A nustros años y hacia arriba!

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  12. Nadia, si es que no hay nada como una agradable lectura para no ir a trabajar los viernes.

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