En estos días iniciales de
año nuevo, no tengo cuerpo para sumergirme en un novelón, así que me paseo con
relatos cortos. Los dos últimos me han llevado de Santiago de Chile a Beirut.
Se trata de Chilean Electric, de NonaFernández (1971), y de Beirut “mish huna”,
de Pilar Salamanca.
Chilean
Electric ─apenas 106 páginas, en formato de bolsillo─ comienza
cuando la Plaza de Armas de la capital chilena es iluminada por vez primera, lo
que sucede en 1883, según le contaba su abuela a la autora. Lo curioso es que
aquella aseguraba que estuvo en la inauguración (pues su padre era uno de los
ingenieros alemanes de la compañía eléctrica), sin que le diera importancia al
hecho de que había nacido en 1908, es decir, quince años después del acto. Ahí
es donde Nona Fernández se pregunta qué es lo que pretendía transmitirle su
abuela, qué iluminación podía extraerse del relato familiar. Comienza,
entonces, un recorrido por la historia del pasado siglo en Chile, tan transida
de oscuridad, de desapariciones, y de aquel presidente que clamaba por «más
pasión y más cariño». Todo ello, dentro del ambiente familiar, en el que la
abuela mencionada trabajó de secretaria con su máquina de escribir, y en una
sociedad en la que el reverso de los recibos de la luz llevan rostros de “locos”,
de se busca.
Distinto escenario es al que
viajamos en Beirut “mish huna”, una
ciudad que ya no existe, arrasada por la guerra que se inició en 1975 y se
extendió hasta 1989, reconstruida, o así se asegura, pero que ha servido para
llevarse por delante más edificios tradicionales que los que derribó el
conflicto armado. Pilar Salamanca iba en busca de la ciudad que ella había
conocido antes de los bombardeos, y va de decepción en decepción, pues esta
desapareció. Pero nos deja (al igual que tantos relatos de viajes escritos por
mujeres) la reescritura de sus estancias, el antes y el ahora, con pinceladas
inesperadas, con apuntes de lugares cercanos ─Biblos, Batroun, Mar Antonios
al-Kabir, etc.─, que nos remiten al pasado cultural de la zona, a su importancia
y a la grandeza que se nos escapa. Claro, y también los cedros..., el mar... El libro se completa con ilustraciones de
Pedro Sainz Guerra, en diálogo con las palabras, que por sí mismas merecen mención
destacada.
Recomendables.
La verdad es que no sé cuál de ellos escoger. ¡Con lo que está cayendo en las dos ciudades! Ha sido algo de casualidad lo de los dos libros.
ResponderEliminarSaludos.
Tienes razón, Anónimo, no había caído, cuando realicé la entrada, en que los dos territorios están ahora con manifestaciones.
EliminarSaludos.
El primero me parece muy original en el planteamiento y el segundo me interesa porque Beirut siempre me ha interesado. No conocía ninguno de los dos.
ResponderEliminarAbrazos de nuevo año!!
En efecto, los dos son curiosos en la forma en que abordan el contenido.
EliminarAbrazos.
Dos ciudades, dos países tan distintos, tan distantes....Para mí creo que es más atractivo el primero, porque sé más de ese lugar y conozco a personas que son de allí y tuvieron que venir hasta acá, después que el presidente de "más pasión y más cariño", se suicidara, antes de que lo hicieran los tiranos que le querían doblegar.
ResponderEliminarBeirut, me queda más lejos, pero puede estar también interesante.
Un abrazo
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