Cartas de amor y rebeldía
están reunidas por la mexicana (naturalizada española en 2021) Lydia Cacho
(1963) en los dos últimos años para conjurar la muerte, la muerte violenta de
quien es perseguida por las mafias mexicanas del narcotráfico y la trata de
mujeres, y que en 2019 se salva por casualidad de un atentado en el que ya iban
a por ella –y en el que mataron a sus perras–, del que escapa por un retraso imprevisto.
Puede intuirse en ello el motivo por el que cogí prestado esta vez el libro
presente.
Es
fácil encontrar información sobre esta periodista y escritora, y sobre todo
activista de los derechos humanos, reconocida internacionalmente por investigar
crímenes, por desarrollar herramientas sociales y, en especial, por enseñar técnicas
de cómo enfrentar la esclavitud y la trata de personas. Fundó un refugio para
mujeres de alta seguridad en México: el Centro Integral de Atención a las
Mujeres CIAM Cancún. Y Logró una sentencia pionera por tráfico sexual de niños
y pornografía infantil en la América hispana.
Ya en 2005 es detenida y maltratada en las cárceles oficiales, con anuencia de policías, jueces y políticos corruptos. Ahora, en 2019, tiene que escapar de su tierra, vivir exiliada y, lo más fundamental, se da cuenta de es una más de las que tienen que burlar el destino de victimaria, de quedar atrapada en la situación de violada, y conseguir ser una sobreviviente, una mujer con futuro, que pueda "vivir desde la resiliencia con dignidad y cierto grado de felicidad intermitente".
Salud
Hola Ignacio! me parece un libro interesante, así que, tomo nota para ve si lo encuentro en alguna de las bibliotecas de mi ciudad. Gracias por la reseña.
ResponderEliminarUn abrazo.
Seguro que lo tienes a mano, Conchi. Ha sido bastante comentado en los medios.
EliminarAbrazos
Escuché una entrevista hace unos meses, cuando iban a editar el libro. Ya entonces me resultó una historia dura.
ResponderEliminarGracias por recordarlo
Saludos
Pues sí, Anónimo, sí es dura la historia. Pero, al ser real, se nos muestra presente. No podemos escapar de ella y de otras como ella. ¿Seremos cómplices?
EliminarSaludos