Como todo en esta vida está sujeto a escala no es lo mismo hablar de una humilde y pequeña biblioteca de barrio, que de una biblioteca central a nivel municipal o provincial, una biblioteca central de una autonomía cualquiera que una Biblioteca Nacional de algún país ... el tamaño en este caso si que importa porque también es diferente la densidad de la población a la que atienden.
Pero en todas ellas se da o se produce un mal endémico y es no sólo el de los hurtos indiscriminados del material público, o sea del material de "TODOS", si no también su "mutilación" indiscriminada.
En nuestra humilde biblioteca de barrio las mutilaciones se suelen realizar cúter en mano de fotografías de revistas (la falta de precisión se hace evidente porque al cortar la página que les gusta, rajan la tres o cuatro siguientes) las más pero también de imágenes de libros en las que el infractor despiadado ha puesto su mirada y probablemente hayan terminado pegadas en el trabajo que presentó en el colegio.
Otras veces son los cupones de los periódicos, si, esos que últimamente ofrecen como gancho las publicaciones diarias para atraer al público con la adquisición de cualquier material que nada tiene que ver con la publicación diaria, desde un edredón a un tdt o una toalla... lo que ocurre es que estos son arrancados de cuajo llevándose una cuarta parte de la hoja del diario.
El que se entretengan haciendo el crucigrama del periódico ya no importa.
Otras veces se llevan tranquilamente las hojas centrales o aquéllas que contienen la información que les apetece...
En todas estas actitudes el componente principal es el egoísmo, hasta qué punto uno puede ir a lo suyo que le importe tres pimientos el destrozar los libros, revistas, periódicos, carátulas... del material público, del material que entendemos es de TODOS.
La última sonada ha sido en la biblioteca Nacional Británica donde un distinguido bibliófilo, exiliado iraní, Farhad Hakimzadeh que acudía de continuo a la Biblioteca se dedicó escalpelo en mano a mutilar auténticas joyas, mapas, grabados durante siete años...
No podemos olvidar el caso de la Biblioteca Nacional de España en la que César Gómez Rivero, el español de origen uruguayo fue identificado el año pasado como el autor de la sustracción de dos mapamundis grabados e ilustrados del siglo XV .
Sólo le pediría a aquel usuario que tiene perro y viene habitualmente a la biblioteca a prestarse dvds para todos los cachorrillos de su casa que intente que el can no se entretenga mordiendo las cajas de los dvds... antes pensaba que era un niño pero ante la gran cantidad de carátulas mordidas con unos incisivos como alfileres mi mente detectivesca ha deducido que el culpable es un chucho de tamaño pequeño y con unos dueños para sujetar con correa... paciencia nos de Dios y más presupuesto el erario público.
Pero en todas ellas se da o se produce un mal endémico y es no sólo el de los hurtos indiscriminados del material público, o sea del material de "TODOS", si no también su "mutilación" indiscriminada.
En nuestra humilde biblioteca de barrio las mutilaciones se suelen realizar cúter en mano de fotografías de revistas (la falta de precisión se hace evidente porque al cortar la página que les gusta, rajan la tres o cuatro siguientes) las más pero también de imágenes de libros en las que el infractor despiadado ha puesto su mirada y probablemente hayan terminado pegadas en el trabajo que presentó en el colegio.
Otras veces son los cupones de los periódicos, si, esos que últimamente ofrecen como gancho las publicaciones diarias para atraer al público con la adquisición de cualquier material que nada tiene que ver con la publicación diaria, desde un edredón a un tdt o una toalla... lo que ocurre es que estos son arrancados de cuajo llevándose una cuarta parte de la hoja del diario.
El que se entretengan haciendo el crucigrama del periódico ya no importa.
Otras veces se llevan tranquilamente las hojas centrales o aquéllas que contienen la información que les apetece...
En todas estas actitudes el componente principal es el egoísmo, hasta qué punto uno puede ir a lo suyo que le importe tres pimientos el destrozar los libros, revistas, periódicos, carátulas... del material público, del material que entendemos es de TODOS.
La última sonada ha sido en la biblioteca Nacional Británica donde un distinguido bibliófilo, exiliado iraní, Farhad Hakimzadeh que acudía de continuo a la Biblioteca se dedicó escalpelo en mano a mutilar auténticas joyas, mapas, grabados durante siete años...
No podemos olvidar el caso de la Biblioteca Nacional de España en la que César Gómez Rivero, el español de origen uruguayo fue identificado el año pasado como el autor de la sustracción de dos mapamundis grabados e ilustrados del siglo XV .
Sólo le pediría a aquel usuario que tiene perro y viene habitualmente a la biblioteca a prestarse dvds para todos los cachorrillos de su casa que intente que el can no se entretenga mordiendo las cajas de los dvds... antes pensaba que era un niño pero ante la gran cantidad de carátulas mordidas con unos incisivos como alfileres mi mente detectivesca ha deducido que el culpable es un chucho de tamaño pequeño y con unos dueños para sujetar con correa... paciencia nos de Dios y más presupuesto el erario público.
Ellos no lo harían.
Más información: El País
Creí que no se podía acceder con perro a una Biblioteca... si le da por mear...
ResponderEliminarLo de mutilar los libros es increíble, egoísmo, mala educación y sacrilegio...
Encima esta gente es luego la que más se queja de la falta de civismo del resto..
Sip!, rápido se nos llena la boca con "yo sólo pido respeto", ejem,ejem...
ResponderEliminarYo ya por pedir LA LUNAAAAAAA XDDD
Tenemos un país muy bruto al que aun le queda mucho camino por recorrer: somos la octava potencia económica mundial, pero no cultural.
ResponderEliminar´Sí, Bipolar. Yo también lo creía, hasta que tuve uno delante de mis narices y no me enteré hasta que el pobre animal se puso a lloriquear.El chucho en cuestión estaba metido en una especie de bolso azul que su dueña llevaba al hombro como si nada. Claro, te puedes imaginar el tamaño del pobre bicho...y la cantidad de mimos y carantoñas que su dueña le hizo delante mío cuando por fin lo descubrí. Hay que ver. Animalito....
ResponderEliminarLos otros animales que vienen, esos que mencionáis, son peores. Esos son los que piensan todo-es-mío-y-por-eso-hago-lo-que-me-sale-de-los..(piiiiiiiii)porque, después de todo, esto lo pago yo con mis impuestos...
Qué pais!!
EGOISSSTTASSSSS!!!! MALOSSSSS!!!! XD
ResponderEliminarYo tampoco entiendo eso de mutilar los libros, no creí que se llegara a tanto en nuestras bibliotecas.
ResponderEliminarLo de llevarse páginas de la prensa, ya lo he visto hacer a más de uno sin el menor sonrojo y aunque mal al menos no es tan tremendo, lo cual no quiere decir que tenga disculpa.
No se si estos "delitos" se cometen mas entre pequeños o mayores, pero me gustaría saberlo.
En fin esperemos que se vaya evolucionando y ésto ocurra cada
vez menos.
Me río yo de la "educación para la ciudadanía": educar para respetar lo ajeno -y más si es de todos- todavía es una tarea pendiente y ha de batallarse en todos los campos.
ResponderEliminarOs cuento una historia, verídica, de una amiga mía: estuvo en una universidad de Bélgica 3 meses con un proyecto de investigación y vino asombrada porque en la sala donde trabajaba, con montón de ordenadores y montón de alumnos había folios, tijeras, bolígrafos... para utilizar libremente y NADIE SE LOS LLEVABA. ¡INCREIBLE en esta España nuestra!
Se me ocurre que podemos hacer incapié en ésto a adultos y escolares cuando vengan de visita. Y a los que pillemos "in fraganti" les hacemos una foto con un cartel que diga: "NO VOLVERÉ A RECORTAR LIBROS NI REVISTAS NUNCA JAMÁS" y la ponemos en la puerta de entrada pa' que tol mundo se entere: ¡Hala!
A mi me marcó el señor mangacupones, que estuvo haciendo un montón de colecciones gracias a nosotros, un día le pillé y cuando entró por la puerta al día siguiente, amablemente y con mi mejor sonrisa le dije:
ResponderEliminar- hoy he recortado los cupones.
Resultado: hemos perdido un usuario, se ve que las noticias no le interesaban.
En fin, ver para creer
El mejor fué el que decidió arrancar las dos últimas páginas de un libro de 500 hojas.
ResponderEliminarPara este no hay nombre...
Je,je Ayla, ya sabía yo que tocaba su punto débil...XDDDD
ResponderEliminarLas mutilaciones de libros, revistas... Me parecen intolerables!!! Sobre todo desde el punto de vista de que por 10 céntimos puedes fotocopiarte aquello que te interesa!!! Prefieres estropear algo que es de todos a pagar 10 céntimos!!! Creo que ello deriva de un enorme egoísmo que hace que no queramos pensar en las consecuencias de nuestros actos. Primero soy yo, mis necesidades, mis caprichos... Quien venga detrás y sufra las consecuencias de mis actos, no me interesa para nada.
ResponderEliminarLo de los libros y materiales cartográficos no tiene nombre; lo de las revistas tampoco, en realidad es el mismo comportamiento a distinta escala, pero la pérdida es menos irreparable.
ResponderEliminarRecuerdo el día que un compañero dejó los cupones adrede y casi casi se apostó tras las algas para sorprender al infractor..
Prefieres estropear algo que es de todos a pagar 10 céntimos!!!
ResponderEliminarEstooo...sí. El problema es que no tienen el concepto "de todos". Circulan por la vida según la ley del embudo.
Cuando tuvimos la dicha de trabajar en el archivo de Salamanca -hoy ya le han quitado ese nombre (¡en fin, no sigo por ahí!)-, nos encontramos con unas preciosas revistas naturistas (anarquistas) de los años treinta del pasado siglo. Los guardias civiles y bedeles que habían estado custodiando el archivo durante cuarenta años, habían recortado las fotografías de las chicas desnudas.
ResponderEliminarTeneís razón en casi todo lo que decís, pero creo que más que egoismo es incultura.
ResponderEliminarPero ¡ojo¡daros una vueltecita por vosotras/os y pensad si alguna vez no habeís hecho algo así.
¿Tal vez cuando eraís más jovencitas y más locuelas?
Ya de los talluditos no hablo, esos no tienen perdón, pero no seaís tan duras con los chavales.
Eso si, si se les pilla in fraganti, se les llama la atención,
pero lo de la foto..... me parece que es pasarse 13 pueblos
Ay Ginebra! en lo más recóndito de mi memoria he buscado y nunca se me ocurrió mutilar nada que no fuera mío y lo mío tampoco recuerdo habérmelo cargado tenía poco pero lo cuidaba... y no creo que sea una persona rara ni especial.
ResponderEliminarLa impotencia y la rabia que te da cuando recoges la biblioteca y te encuentras los restos de estas operaciones es tremenda...
Y lo siento pero NO LO PUEDO COMPRENDER sino es desde el punto de vista del EGOISMO, grandísimo y supino, porque al fin y al cabo es, yo me llevo esto porque lo quiero y me da la gana y los demás que arreen... y si, ha habido Mamás que se llevaban parte de revistas infantiles en el bolso y no era la primera vez... etc.
Se me ocurre que podemos hacer incapié en ésto a adultos y escolares cuando vengan de visita. Y a los que pillemos "in fraganti" les hacemos una foto con un cartel que diga: "NO VOLVERÉ A RECORTAR LIBROS NI REVISTAS NUNCA JAMÁS" y la ponemos en la puerta de entrada pa' que tol mundo se entere: ¡Hala!
ResponderEliminarComprensión también para los piratas que llevan una vida muy dura de saqueos, robos y hurtos... XDDDD
Están tan acostumbrados a aparecer en carteles de "SE BUSCA"... XDDD
Que si Mafi, que tienes toda la razón del mundo, que yo nunca me
ResponderEliminarhe apropiado de nada que no fuera
mío y mucho menos en una biblioteca
donde de lo que se trata es de no dejar mutilados libros y revistas.
Pero desgraciadamente me acabas dando
la razón cuando me dices que más de
una vez has pillado a una mamá metiendo una revista en el bolso.
¿Y eso que te dice, que te sugiere?Que la educación de nuestros hijos la reciben en casa y hacen lo que ven.
Y no me interpretes mal, nunca disculparé el vandalismo, la mala
educación y todos los actos que no
estén de acuerdo a los cánones de
nuestra sociedad.
Pero a ver si nuestros mayores dan ejemplo o mejor dicho demos ejemplo a los peques, nos lo agradecerán y lo agradeceremos-
Había un señor en el pueblo de una amiga que cuando veía a los chiquillos mangando fruta de sus árboles salía con la cachaba gritando: "estarse quietos manos del demonio".... lo cual provocaba en los chavales tal hilaridad que alguno acababa cayéndose del árbol y en las garras del paisano. Cuando veo algún hurtador o un mutilador de documentos me dan ganas de sacar la cachaba y decir como aquel buen hombre: "estarse quietos manos del demonio".... a ver si así alguno cae en mis zarpas XDDDD
ResponderEliminarÚltima hora: desde esta redacción informamos de la última fechoría en la sala infantil: un desalmado ha marcado con un círculo en boli la localización exacta en cada página del conocido personaje Wally; me lo ha mostrado un niño desolado por no poder buscarlo él mismo por sus propios medios... hace falta tener mala leche.... manos del demonioooooo :(
¡Angelico! es un spoiler de la literatura infantil, ya todo el mundo desde este momento sabrá donde está Wally... XDD
ResponderEliminarA mi juicio lo más razonable sería aplicar un castigo proporcionado: pena de muerte inmediata al que se pille haciendo el animalito con los libros. Total, para lo que sirve la ley... En el Arxiu del Regne de Mallorca había bicho, vamos, que el hurto era interno y a un ordenanza le han encontrado 35 cajas y 50 piezas de museo, todas de procedencia non sancta. Resultado: le aplican unas eximentes incompletas de trastorno compulsivo, paranoico y obsesivo que condiciona ligeramente su capacidad de actuar aunque no resulta anulada su capacidad intelectiva ni volitiva, y todo se queda en ocho meses de cárcel -de los que es de suponer que no cumplirá ni un día si no tiene antecedentes-, un año de multa a razón de 4 euros por día, así como cinco años de inhabilitación para trabajar en archivos y bibliotecas...
ResponderEliminarhttp://tinyurl.com/6kgjzs
http://tinyurl.com/5lpr8l
¿No hay una corriente bibliotecaria que defiende el hurto -no sé si tb la mutilación- por aquello de que así se fomenta la lectura?
Dos o tres ejemplitos. Ojo con las fundas de los portátiles. A una señora, este que escribe le hizo sacar un librito que se llevaba en la funda del portátil...
En una biblio universitaria, tuvieron que poner ventanas fijas porque los estudiantes robaban los libros tirándolos por las ventanas...
En una Pública, las pasaron... canutas. Un animalito les recortaba textos e imágenes de periódicos antiguos. Un día, seguros de que era él, avisaron al vigilante de seguridad, que al salir cacheó al chorizo y le encontraron los despojos... Hubo denuncia y el ayuntamiento en cuestión pedía que se le impidiese el acceso a esa biblioteca. El juez dijo que nones, que la biblioteca es un servicio público y el ayuntamiento debe contar con medios suficientes para impedir que el animalito haga de las suyas. Porque volvió, y como esto de mutilar publicaciones les debe dar un gustazo que ni os cuento, se volvieron a detectar las faltas. Cada vez que venía, subía a la biblioteca el vigilante de seguridad, que se paseaba por la sala, pero el ínclito continuaba con su labor en cualquier descuido del vigilante. Los responsables de la biblioteca decidieron que cuando llegase el animalito, el vigilante de seguridad se sentaría frente a él en su misma mesa, como así ocurrió. Resultado: el chorizo dijo que o bien le retiraban al vigilante, o denunciaba a la biblioteca por acoso. Consultado el asunto con los servicios jurídicos municipales, confirmaron que efectivamente, había que retirar al vigilante de la mesa a todor correr, que el puro podía ser gordo si hacía una denuncia... En fin, ¿que os voy a contar que vosotras no sepáis?
Y ya me pasé de largo (para variar).
Qué de cosas más interesantes nos has contado Miguel... alguna nos es familiar como lo de las ventanas, en nuestro caso de los baños... Guardas de seguridad... tenerlos sería un sueño... nos conformamos con el arqueo de cejas y cara de pocos amigos que nos fuerzan muchas veces a poner.
ResponderEliminarLo de la funda del portatil, interesantísimo, vamos! que desde ahora lo voy a tener muy en cuenta.
¡Qué dificil!
A diario mi marido acude al Círculo de la Unión léase "Casino", allí desde luego de chicuelos, nada de nada, todo "señores y señoras", muy encoopetados ellos/as.
ResponderEliminarOa digo ésto porque me gustaría que
vierais las atrocidades que cometen
estas personas.
Es cierto que se paga una couta mensual por ser socio, lo cual creo yo, no da derecho a llevarse la prensa a casa y sobre todo, y ésto es lo peor, a escribir en los
diarios una serie de improperios e
insultos que sacarían los colores al más templado.
Por eso os digo, que no os enfadeís tanto con los peques, son peor estos personajes que presumen
de civilizados y yo me pregunto,
¿Enseñarán esos modales en sus casas a sus hijos y nietos?, pues ahí teneís sino todas, alguna respuesta.