domingo, 10 de marzo de 2019

Lluvia de haikus (Sendas de Oku)


Esta mañana llueve lentamente en la ciudad. Hay quienes van sin paraguas. El ruido del tráfico se ensordece y, sobre él, se escucha el gorjeo de los pájaros desde los árboles próximos. Pareciera una lluvia oriental. En la ciudad vegetal, todavía de invierno, sobresale el verde de los sauces llorones y, aquí o allá, el blanco de algunos arbustos.
También los haikus se han extendido en nuestra civilización occidental. Escribe la poeta Luisa Castro (1966):
Como rama en invierno
así amanezco,
deshojada.
No sé apreciar en su vertiente formal estos poemas (pues desconozco, por ejemplo, la utilización correcta del kigo u otros elementos del mismo), pero he tenido la suerte de que me hayan regalado un ejemplar de la primorosa edición de Sendas de Oku, de Matsuo Basho (1644-1694), traducido por Masateru Ito y revisado por Elena Gallego Andrada ‒obra que tuviera una conocida versión de Octavio Paz y Eikichi Hayashiya en 1957‒, publicado en Japón en edición bilingüe por la editorial Taiseido.
Los peregrinos japoneses solían escribían sobre su sombrero: "No hay tierra tranquila para vivir en la tierra. Solo mi compañero de ruta y yo". Basho, en uno de sus conocidos viajes (del que dejó este diario, Sendas de Oku), estuvo acompañado por Kawai Sora hasta que este enfermó. En el momento en que Sora lo dejó, le regaló este haiku:
Viajando he de caer,
viajando. Mas con todo
será sobre tréboles.
Se ve que Sora se tomaba la existencia con alegría. Basho, afectado por la ausencia del amigo, escribió:
Desde hoy,
el rocío borrará
lo escrito en mi sombrero.
(Son las lágrimas, la lluvia y la impermanencia. ¿Por qué tanto empeño en marcar los territorios?).

17 comentarios:

  1. Qué gran regalo este libro de Matsou Basho. Es mi referente en los haikus que me atrevo a escribir. No sé si conocerás mi libro:" Haikus para niños" que publiqué allá por el 2006, en la editorial Verbum. Desde entonces no he dejado de intentar hacer alguno que merezca la pena y por ahí los voy dejando.

    Luisa Castro, otra de las diosas blancas que ahí sigue en la literatura.

    En cuanto a tu pregunta final, te diré que para mí, es intentar atrapar el relámpago en la tormenta, o como decía el autor del libro que te han regalado: "Haiku es simplemente lo que está sucediendo, en este lugar en este momento"
    Un abrazo .

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    1. La verdad es que sí en un gran regalo. Además, lo primorosamente que está editado.

      No conozco el libro "Haikus para niños". Veo que en las bibliotecas de Burgos no está en ninguna (salvo Aranda). Siendo autora local, tendría que estar.

      Haces una definición precisa de lo que es el haiku. Gracias.

      El pasado jueves estuve en la presentación de dos libros de Takuboku, que se hizo en el Teatro Principal. Una de las traductoras, Elena Gallego, recitó en español y japonés. Fue muy sugerente.

      Un abrazo.

      Ignacio

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  2. Sí, la verdad que los haikus salen ahora hasta en la sopa. Todo el mundo se pone a ello.

    Según dices, el dominio formal necesitará de práctica y saber. Pero...

    Saludos.

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  3. Hola hace poco leí este libro, a veces perdido en sus propia lógica interna que aún desconozco, a veces prendado de su belleza maravillosa. Siempre me encanta leer Haikus, me parece un ejemplo de secreta hermosura: Basho me parece tan puro que hay veces que me es muy difícil entender todos sus poemas. El que más comprendo de todos los grandes maestros del haiku es Kobayashi Issa, es simplemente fuera de lo común.
    gracias cuídate

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    1. Seguro que esta edición que comentamos aquí, entonces, te encantaría.

      A mí también me gusta leerlos desde que los descubrí en los años setenta. Fue en un libro de ensayo sobre la cultura, que no he logrado encontrar después.

      Saludos e, igualmente, procura el cuidado.

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  4. Me cuesta mucho escribir a anonimos con un bote de vela sin cara Saludos desde Miami

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    1. ¿Crees que una fotografía dice más de alguien que una imagen?

      Saludos.

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  5. No se si eres hombre o mujer joven o viejo jajaja
    chau suerte

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  6. Mi nombre es Ignacio (como suelo firmar a veces) y viví La Transición.

    Saludos.

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  7. Una edición preciosa, cuidada y traducida con todo el mimo, erudición y sentimiento. Abrazos

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    1. Cierto, Esther. Por lo que comentas, también eres de las afortunadas que lo tienen.

      Abrazos.

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  8. Muchas gracias, Ignacio, por tu generosa reseña y por tu gran experiencia como lector y como bibliotecario.
    Gracias también a ti, Esther, por tu mirada experta y por sus palabras tan entrañables y elogiosas y a quienes escriben para dar su opinión sobre el haiku.
    Cuando era joven y llegué a Japón por primera vez, hace un cuarto de siglo, ya había leído la versión del entrañable y erudito ex-embajador Eikichi Hayashiya, quien nos dejó hace casi tres años, tras una larga vida dedicada al intercambio cultural entre Japón y el mundo hispánico, y Octavio Paz. Esta traducción me causó tal impacto y emoción que dediqué más de un mes a recorrer (a veces a pie, a veces en tren o bus) los lugares por donde había viajado Basho componiendo sus poemas, para tratar de experimentar en propia piel las vivencias y el sentir de Basho, pero nunca pude imaginar que yo misma, pasado el tiempo y tras estudiar sobre haiku, literatura japonesa y vivir la mitad de mi vida en Japón, tendría la oportunidad de colaborar en la traducción de esta obra universal que tanto nos aporta al comparar la vida humana con un viaje poético por rutas desconocidas, ofreciéndonos lo mejor de la naturaleza y el concepto de la estética japonesa.
    Un fuerte abrazo con mi agradecimiento,
    Elena Gallego Andrada
    www.elena-gallego.com

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    1. Estimado Don Ignacio:
      Aquí en Tokio las flores de cerezo están cayendo ya deshojadas. Tras haber esperado tanto tiempo, su vida ha durado tan sólo un par de semanas. He leído con gran interés y admiración su magnífica reseña sobre “Sendas de Oku” de Matsuo Bashô. Me alegra mucho también saber que los haikus se han extendido tanto en el mundo occidental.
      Como usted dice, las lágrimas, la lluvia y la impermanencia son cosas universales y eternas, comunes para todos los seres humanos, y no conocen fronteras.
      Dentro de dos semanas, debido al retiro del Emperador actual y el ascenso del Príncipe Heredero al trono, se cambiará el nombre de la era japonesa. La nueva era se llama
      “Reiwa”, escritos en dos caracteres ideográficos, sacados de la antología de la poesía japonesa Man’yoshu (759) y significan más o menos “la cultura florece en medio de la espléndida aportación de cada alma”. Por pura coincidencia, la profesora Elena Gallego Andrada y yo acabamos de traducir los cien mejores poemas de Man’yoshu y se publicará, si Dios quiere, dentro del presente año, en edición bilingüe por la editorial Taiseido, la misma que publicó “Sendas de Oku”.
      Un fuerte abrazo desde el Japón con agradecimiento,
      Masateru Ito


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    2. Gracias, Elena, por la narración de tu experiencia con el deambular de Basho. Entra un poco de envidia, al no poder andar aquellos caminos.

      Un fuerte abrazo.

      Ignacio

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    3. Saludos, don Masateru Ito.

      Al igual que a Elena, agradezco su aportación a la entrada sobre "Sendas de Oku", que, repito, resulta un libro espléndido.

      Ya imagino lo excelente que será el "Man’yoshu" que anuncia.

      Venturosos días de Reiwa.

      Abrazos desde Burgos.

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    4. Ooh, qué sorpresa. Elena Gallego. A veces las cosas suceden de una manera... Justo estoy esperando ese libro. Creo que es la única versión de Okunohosomichi que me falta en castellano. Muchísimas gracias por el esfuerzo, y al señor Masateru también. Y por su extensa labor de traducción. Mi enhorabuena de verdad.

      Qué cosas. Y justo estoy esperando ese libro porque yo mismo "como jirón de nube que cede a la invitación del viento" me sucedió algo parecido a lo que usted comenta que le pasó tras leer la traducción de Paz y Hayashiya.

      He estado varias veces en Japón, caminando por diferentes rutas y senderos pero nunca, al menos completamente, por el Tohoku de Bashô.

      Quizá parezca absurdo en estos pesados y solitarios días tan extraños que nos ha tocado vivir, pero encerrado en casa he vuelto a retomar ese proyecto acariciado ua y otra vez desde mi primera lectura de Okunohosomichi. El viaje mítico a Tohoku. No sé cuándo será. O si será. Quería ir en agosto pero ya no sé... Ya quién sabe nada.


      Es ya demasiado tiempo para un sueño, seguir la ruta de Bashô, y escribir mis propias Oku no hosomichi.

      Estoy recabando información. Aliento quizá. De hecho así he llegado casualmente a esta web.

      El recorrido es muy largo y no se puede hacer entero caminando. No tengo tanto tiempo. Me resulta complicado elegir los tramos para caminar. He mirado campings y lugares de acampada. La mochila y una tienda, y mis pies. Peregrinaje de un mes más o menos.

      Estoy pergeñando mi propio mapa a través de mymaps. Es ya de por sí una manera de comenzar el viaje.
      Aún hay muchas dudas que me surgen, algunas solventadas sobre la marcha, otras no.

      No sé si la ruta está señalizada de alguna manera? Por ejemplo en el Kumano Kodô recuerdo que había señales de madera jalonando el camino. En el Camino de Santiago están las famosas flechas amarillas. No sé, hay algo parecido en la ruta de Bashô? Completa, solo a tramos....?

      Bueno. Espero que esté usted bien. Que estéis bien, todos aquellos que lean esto. Todos. Al fin y al cabo somos pavesas de un mismo fuego.

      En fin. Necesito planear este viaje. En estos días oscuros es como una lucecita allí al final de la noche, justo antes del alba.

      Dômo arigatô gozaimasu

      pd. ni sé por qué he soltado esta parrafada, en fin, días extraños sí...

      Un abrazo grande


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