Con tanta literatura actual
pendiente de leer, no es fácil dedicar el tiempo ocioso a una obra del siglo
XIX, sobre todo si esta es tan voluminosa como Tiempos difíciles. Comienza, además, de una forma hosca, con una
voz narrativa incómoda en los primeros capítulos, algo que convierte en más heroica la lectura, pero que resulta ser
una virtud literaria, pues describe en el comienzo lo que sería una sociedad de
«hechos», en la que la imaginación o los sentimientos quedarían desterrados.
Atravesar esta dificultad lectora y continuar en sus páginas nos acerca a la
satisfacción (que ya dijera Byron que el placer es enemigo de la comodidad).
Ya que es una novela del siglo diecinueve, la voz que la guía intenta congraciarse con quien lee desde el capítulo segundo con ese «Dinos…». Somos parte de la obra. Algo en lo que se ocupa de que no olvidemos, por lo que de cuando en cuando vuelve a hacernos cómplices de la narración. También tiene, por supuesto, esos pasajes en los que se cuenta más de una historia, o en los que, si prestamos atención, descubrimos algo más que lo evidente: «Amablemente [James] se había apoderado de la sombrilla de Louisa y la había alzado para ella; la joven caminaba bajo su sombra, aunque allí no brillaba el sol». Sí, era un día nublado y el galán desplegaba su caballerosidad. Pero, también, el galán tenía unas segundas intenciones (ocultas) y en aquella casa, la del industrial, marido de Louisa, no había lugar para las personas sennsibles.
Y más que hay. Tres
ambientes sociales: el magnate industrial-banquero, el proletariado, el circo…
Hola Ignacio, la lectura me parece interesante, tomo nota para otro momento, pues ahora tengo pendientes más de uno. Gracias.
ResponderEliminarUn abrazo.
De acuerdo, Conchi, la verdad que es entretenida la novela, siempre que vayas pensando que es una obra del siglo XIX.
EliminarAbrazos.
Pues resulta que podríamos animarnos a leerla, pues en mi caso no la he leído.
ResponderEliminarGracias y Ánimos en estos tiempos...
Saludos
Ya sabes, Anónimo, tienes entretenimiento para el confinamiento perimetral y los toques de queda.
EliminarSaludos.
Fabulous blog
ResponderEliminarGracias.
EliminarPlease read my post
ResponderEliminarLa revolución industrial ha sido siempre mi tema preferido para exponer a mis compañeros de clase en el colegio.
ResponderEliminarMe apasiona esa época. Así que este libro creo haberlo leído o consultado en algún momento de mis estudios.
Pero es bueno en estos tiempos tan tristes, leer a Dickens, es una buena recomendación.
Saludos 😷
Pues seguro que lo pudiste leer, Karin.
EliminarEs entretenido y clásico, a su manera.
Saludos.
Hola Ignacio justo al leer el título de tu entrada y de la novela de Dickens he pensado justo en lo que tú comentas, que le vendría muy bien a los tiempos que vivimos.
ResponderEliminarMe gusta ese recurso de interpelar al lector,de intentar hacerlo participar en lo que se cuenta. Gracias por la propuesta.
Un abrazo y cuídate mucho
Uno de mis favoritos, Dickens, y toda la novela del XIX.
ResponderEliminarHe leído algunas de las obras de Dickens, pero esta en concreto, me parece que no. La recordaría seguro,porque son inolvidables las obras de este gran autor inglés que tan bien ha retratado la sociedad del siglo XIX.
ResponderEliminarLa tendré en cuenta.
Un abrazo
Enhorabuena Ignacio, por este espacio dedicado a autores y sus obras literarias. Está lleno de sugerencias inteligentes y de autores que en algún momento hay que leer o mejor, releer. Lo seguiremos con interés renovado. Salud...
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