Algo perezoso y ocupado, los días desde la anterior entrada han transcurrido sin que me parara a elaborar en profundidad una nueva, según era mi intención, con algunos comentarios sobre la obra Ojos que no ven, que mi paisano J. Á. González Sainz publicara en 2010 (y que vino a presentar en una librería de Burgos cuatro años después). Lo deseaba hacer porque en estos días el club de lectura Palabras contra el olvido de la biblioteca María Teresa León –obra, a su vez, de Almudena y Lola– lo están leyendo y tienen intención de entablar una charla (por videoconferencia) con José Ángel y con la gente del grupo.
El asunto del que trata la
novela es la migración interior española que se produce en pueblos del Sur
español de los años sesenta hacia el Norte. En este caso, de una familia. Y,
sobre todo, de la forma en que asimila y le asimilan en el lugar en donde se
asientan. Ya la primera paradoja se da cuando la pobreza obliga a este
desplazamiento en los años del desarrollismo. Para ampliar el contenido del
libro, las bibliotecarias aludidas me comentan: «Ojos...
trata el tema de Eta y sus terribles consecuencias, sin usar en ningún momento
esa palabra y, sin embargo, utilizando otras, tremendamente acertadas, que
consiguen sacudir».
Pero no es fácil sentarse a comentar en unas líneas la escritura de este autor (que cruzó el umbral de lo desconocido con Un mundo exasperado en 1995). Tienes la sensación de que no hay demasiados referentes en los que asirse, al igual que no los has tenido para leerlo. Es como si escribiera para él y te preguntas qué haces tú con ese libro entre las manos. Además, con construcciones que desconciertan –¿qué demonios pintan tantos gerundios en ese párrafo?–. Hasta que escuchas un rumor conocido a tus espaldas, El viento entre las hojas –otro de sus títulos–, y sabes que está describiendo situaciones que te conciernen.
Ojalá no fuera tan actual.
Desearíamos que la indignidad no hubiera campado a sus anchas. Las amenazas
continúan hacia quien escribe y hacia quien disiente.
Salud.
Una maravilla de libro, muy recomendable. Tiene pocas páginas, pero como bien nos recomendó su autor, hay que leerlo despacito
ResponderEliminarGracias, Almudena. Das con una de las claves para leer el libro: hacerlo despacico. Ponerse en la piel de los personajes y contrastar sus experiencias. Y reflexionar sobre ello.
EliminarSaludos
Pues sí que estáis animando a leerlo entre el post y el comentario.
ResponderEliminarSaludos.
Me alegro que te anime lo que lees por aquí. Al menos, nos ha gustado.
EliminarSaludos.
En estos tiempos tan difíciles, es normal ausentarse del blog. Lo importante es volver y con un tema muy interesante, no conocía el libro. Pero el tema duele y sacude como bien mencionan las bibliotecarias.
ResponderEliminarSaludos
Karin, Tiempos difíciles.
EliminarPara mucha gente, no creo que se superen tan fácilmente, en parte por lo doloroso de lo que cuenta el libro. Eso es tener mala suerte en la vida.
Saludos.
Hola Ignacio! pienso que este libro me va a encantar leerlo, no conozco al autor pero voy a comenzar por "Ojos que no ven". Gracias por tu recomendación.
ResponderEliminarUn abrazo.
Pues es una persona muy agradable José Ángel. Nos conocemos desde hace años y siempre es un placer encontrarse con él.
EliminarAbrazos.