Escribir sobre un símbolo entraña sus peculiaridades. La figura pública del mismo queda entreverada con anécdotas y sucesos que le atribuye la memoria colectiva y, al tiempo, aureolada de cualidades en consonancia con los valores que pretende transmitir (o preservar). En muchas ocasiones, este proceso es propiciado por la protagonista, que se cuida de velar su existencia. Estudiar una de estas figuras simbólicas requiere la determinación de desvelar su existencia (aún a costa de derribar altares) y una considerable dosis de paciencia, que no puede llegar si no con el tiempo empleado. Es lo que sucede cuando se desea biografiar a Lucía SánchezSaornil (Madrid, 1895 / Valencia, 1970), trabajadora de Telefónica, que se labra una cultura estimable.
Lucía,
sin ser una mujer conocida del gran público, es un emblema en 3 ámbitos. En el literario, por ser la única mujer que se implica en el ultraísmo (1919-1923),
el primer movimiento literario vanguardista de España, y por hacerlo (en parte)
con la firma de Luciano de San-Saor, a veces con textos sensuales. En el anarquismo, por haber tomado como
misión la inclusión de las mujeres en primera línea de los sindicatos y de la
arena pública, en concreto con la coautoría en la creación de la revista Mujeres Libres (1936-1938) y del
movimiento homónimo de agrupaciones femeninas. En la cuestión de las mujeres,
por insistir en el derecho que tienen sobre su vida y sus cuerpos, basado en el
ser persona y no en el ser madres, y en concreto en su existencia al estar
unida a otra mujer, América Barroso García Mery,
con lo que se le tiene como pionera del lesbianismo.
A su alrededor circulan una serie de leyendas, multiplicadas en internet, adheridas en semblanzas que, incluso, confunden su retrato en numerosas ocasiones (con el de Antonia Fontanillas, Simone Weill o el de Mery): que se cria en el barrio madrileño (pobre) de Peñuelas, que su madre muere siendo niña, que estudia en la Real Academia de Bellas Artes, que vive clandestina cuando vuelve del exilio francés entre 1942 y 1954…
Varioslibros van ocupándose en los últimos años de indagar en la vida y obra de esta
mujer polifacética: telefonista, poeta, periodista (bajo diversos seudónimos),
sindicalista, organizadora, etc. Un compendio de ello lo vemos en Lucía Sánchez Saornil, entre mujeres anarquistas
(La Linterna Sorda, 2022), cuya lectura constituye un viaje sugestivo y
sugerente.
[El
dibujo es de Lucía, al recordar a su madre, Gabriela (1870-1908)].
Salud