La Fuerza de las Palabras es el nombre de la biblioteca de La Nueva Gloria, barrio situado al sur de Bogotá (Colombia). Pero destaca no solo por este sugerente título ni por su particular ubicación, sino porque, en buena parte, sus más de ocho mil ejemplares han sido recogidos de la basura, de lo que la gente vamos tirando, de lo que ya no nos atrae nada, de lo que creemos vetusto o, simplemente, de lo que nos estorba. José Alberto Gutiérrez trabajaba de camionero en la empresa recogedora Lime, que efectúa recogidas a domicilio, cuando su afición a la lectura le llevó a ir recopilando los libros que estaban desechados dentro de cajas cuyo destino era los fosos municipales. Comenzó con el descubrimiento de Ana Karenina, de Tolstoi, asustada, escondida entre juguetes desvencijados, temiendo sus últimas horas de vida. Felizmente, fue rescatada.
El volumen de lo recogido fue creciendo, hasta plantearse la posibilidad de abrir una biblioteca en la que pudiera compartir todos esos hallazgos con la gente del barrio. Y así fue como se creó La Fuerza de Las Palabras, la primera biblioteca de La Nueva Gloria (que ahora sí que tiene un ligero motivo, válido y entrañable, para llamarse así). Con la intención añadida de poder multiplicarse en otros barrios y ciudades. Por ella pasan, sobre todo, criaturas infantiles y jóvenes, que necesitan asesorarse para sus estudios. Y va incorporando, además, internet, clases de inglés y francés, tertulias literarias, etc.
Aquí puede verse un breve video sobre el asunto:
http://www.citytv.com.co/videos/151/biblioteca-reciclada-la-fuerza-de-las-palabras
La información nos llegó vía Tántalo.
Excelente iniciativa, el nombre no puede ser mejor.
ResponderEliminarFaltan los tejuelos, si la vela nos quisiera llevar en su barco, podemos ir a visitarla y echar una mano en lo que humildemente podamos.
Lavela siempre está dispuesta a llevar tan agradable compañía. Además, con una causa tan altruista...
ResponderEliminarSolo hay que apuntarse y esperar a que suba la maea.
....echar una mano en lo que humildemente podamosSi, si, que ahora tenemos guantes anti guarradilla... lo que haga falta!!! XDDD
ResponderEliminarComprendo la motivación de esa persona a la hora de recoger libros... algun salvado del contenedor tengo en casa.
ResponderEliminarPreciosa iniciativa, claro que sí.
Desde luego que es para aplaudir a este señor y darle las gracias por difundir el amor a los libros de esta manera.
ResponderEliminarY si hay que ir a ayudar, yo me apunto, eso si con mis "super guantes"
En Callejeros, salió un reportaje sobre los mercadillos que se montan de lo que la gente tiramos a la basura.
ResponderEliminar"cuentan que un sabio un día..."
Cuentan de un profe que un día
ResponderEliminartan ufano se gloriaba
que solo se contentaba
con suspender a porfía
"¿Habrá otro -entre sí decía-
que suspenda más que yo?
Y, cuando el rostro volvió,
halló la respuesta, viendo
que otro iba supendiendo
los pocos que el aprobó.
(¡Vaya, me ha salido sin querer!)
Bravoooo lavela! XDDD
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