miércoles, 9 de junio de 2010

De huelgas, bibliotecas, salarios y... peones

Pasada la jornada de ayer, día 8, correspondería hoy que hiciéramos una entrada en la bitácora sobre la huelga en las bibliotecas –el resto de sectores no nos concierne valorarlo–, pero no disponemos de datos sobre la misma. Únicamente sabemos de nuestra frustración ante lo útil o inútil del gesto. Únicamente comprendemos las razones para acudir o no a la misma. Pero desconocemos los motivos de fondo que llevaron a su convocatoria. Nadie nos preguntó; ninguna asociación trató de reunirnos para ver qué podía hacerse, qué medidas de protesta estábamos con disposición de llevar a término, qué alternativas proponíamos a la pérdida directa de nuestros derechos. Los sindicatos mayoritarios, esos entes de maquinaria jerarquizada, habían decidido en nuestro nombre. Y como desconocemos los motivos que les llevaron a (intentar) movilizarnos ayer, pues no podemos escribir sobre la huelga en las bibliotecas.

Con la que nos viene encima, tendríamos que elaborar una anotación sobre la bajada de nuestros salarios –los de la gente que estamos en los mostradores de las bibliotecas; los del resto de personal, no somos quién para hacerlo–, y aquí sí que disponemos de información para ello. Los medios de masas (en esas prosaicas y, con frecuencia, procaces tertulias) y la gente de la calle se despachan con aquello de que tenemos el privilegio de un puesto fijo, cumplir los horarios no es nuestro fuerte y, además, «no damos golpe». De poco sirve que argumentemos que en las bibliotecas desarrollamos nuestro trabajo (frente al público) con solvencia, tenemos un salario nada voluminoso (que nos permite vivir sin grandes dispendios) y sufrimos la sujeción de turnos semanales de mañana y tarde (que condiciona cualquier proyecto).

Pero pintan bastos. Desde dentro de nuestras instituciones siempre nos niegan el pan y la sal, poniendo especial empeño en mantener diferencias. Ahora, desde fuera, sí que nos equiparan a la hora de las rebajas.

Somos peones. De ahí que difundamos nuestra protesta por ello.

3 comentarios:

  1. Mi humilde opinión es que la unión hace la fuerza y muy por encima de sindicatos, partidos políticos y demás entes, salí a la calle a protestar y a quejarme por lo mío, por lo que considero injusto. Nadie más lo va a hacer por mi y menos teniendo en cuenta que somos funcionarios.
    Desgraciadamente un día después estoy desilusinada porque creo que la oportunidad de quejarse pasó de largo, el tren pasa una vez en la vida, si nos hubiéramos subido todos...
    No obstante respeto todas las posturas, cada uno piensa de una manera, respeto a todos y espero que se me respete a mi. No es mi deseo entrar en polémica con nadie.

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  2. A mí también me parece que si no luchamos nosotros, nadie lo va hacer, porque la opinión pública no nos tiene mucho aprecio, supongo que la envidia nunca fue buena y la desinformación menos, porque creen que cobramos una millonada y que conseguir un puesto es una tontería, en fín, tendremos que hacer lo que esté en nuestras manos para hacerles saber la verdad y el poder adquisitivo que se ha estado perdiendo estos años de atrás, que no es sólo lo que nos descuentan ahora.

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  3. Tenéis razón en lo de que hay que protestar por lo que nos sucede (y por eso escribimos hoy aquí y la gente se manifestó). Pero si lo hacemos bajo las órdenes de unas ejecutivas y comisiones nacionales, no sacaremos gran cosa, pues ellas están haciendo su trabajo. En mi opinión, parecemos sus peones.

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