Hoy disfrutaremos de la mañana. La rivera del Arlanzón va decreciendo en caudal y convirtiendo al río casi en riachuelo. Las ánades reales ya encabezan el desfile con sus criaturas en fila. En la ribera quedan todavía algunos narcisos de tallo alto. El blanco se entremezcla con el verde en los matorrales; se ha pasado al pan y quesitos de las acacias, a las flores de los rosales silvestres, al espino blanco -ya no volverá a helar hasta el próximo invierno-, a los hinojos y ya comienza a poblar los saúcos.
Así que hoy nos toca la música de trompeta
Seguro que ya no va a helar???, yo no estoy tan segura.
ResponderEliminarNi yo este Burgos es "asín" el sábado un calor infernal y el domingo un frío que te pasas... contrastes, ay!
ResponderEliminarBueno, eso dicen los espinos blancos (de no ser que en Burgos también sean de una especie autóctona desconocida para mí).
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