lunes, 5 de julio de 2010

Tristeza de la bibliotecaria

«Se queda en un rincón. Ella, que siempre gusta de asomarse al mostrador de préstamo cuando alguien llega. Hace días que prefiere el silencio. Ella, que no desperdicia ocasión de jugar con las palabras. Está seria. Ella, que con frecuencia arranca una sonrisa de quien pregunta por algo sin sentido. Viste de oscuro. Ella, que combina colores en cascadas imposibles. Camiseta de cuello alto y pantalón liso. Ella, que es amiga de sugerencias, de leves volantes, de pañuelos cruzados, de rosas.
Cuando me acerco alguno de estos días a la biblioteca, la veo: está triste.Aprovechando uno de los escasos momentos en que sale a colocar por las estanterías, figuro despistarme, nos encontramos y le digo que estoy con Mendel, el de los libros y… apenas esboza una mueca de deferencia. Ella, que en cualquier otro momento tremolaría ante título tan sugerente y me hubiera hablado de no se qué novedad fantasiosa para camelarme y forzar que le contara lo que ocurre en esas páginas, para que le hablara de cómo van cayendo dentro de mí las palabras que estoy leyendo.

No sé bien qué es lo que le pasa (ni tengo confianza para preguntarle). Solamente le he escuchado, hablando a lo lejos, algo parecido a que la familia es una desgracia como otra cualquiera.

¡Me encuentro tan perdido en estas circunstancias! El silencio se me adueña. Sólo he acertado a posarle un instante la mano -nervioso pajarillo- en el hombro. La miro en su rincón y me duele».

6 comentarios:

  1. Puede ser...:

    - la resaca de las fiestas

    - el desaire que nos hacen los usuarios al cambiar la biblioteca por la playa, la piscina, el pueblo...

    - una buena galbana, este sol que tan poco nos ha visitado este año en Burgos, cuando viene lo hace con ganas y pone mucho empeño en hacerse notar.

    Mi receta para esto, una tumbona a la sombra de un árbol, un buen libro entre las manos y una copita para añadir esa chispa de alegría que falta.

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  2. Precioso relato, he podido escuchar el silencio de esa biblioteca y mirar de reojo tu mirada sobre ella.
    Te felicito, me ha encantado.

    Un beso.

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  3. Para psicóloga, no tienes precio, Ayla. Tal vez lea estas propuestas y se anime...

    Gracias, Elena. Un beso también para tí.

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  4. Qué la va a pasar... está jodía fijo!!!!... a qué yo tb valgo como piscóloga???? ayyyyy!!! selaví!! como diría aquí, la vida tan maja ella con sus vaivenes, sus tira y afloja, sus sinsentidos, sus inconveniencias, sus sorpresas...
    lo que la bibliotecaria no ha descubierto es su poder de bibliotecaria, ahí, ahí está el quiz!!! :)

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  5. Muy bonito el relato, como siempre

    No se si será por la familia, como comentas, porque hay veces que solo te apetece gritar a los cuatro vientos que estás cansada y harta de todo, pero no sabes como hacerlo y quizás su forma de expresarse sea esa el silencio

    Pero ahora que hay tanto sol yo la animaría a que se diera un paseito por la playa, sino por un parque y que se tome una cervecita a la sombra para que se la olviden todos los males, que como dice el proverbio si no tiene solución para qué preocuparse y si la tiene para qué preocuparse ya se solucionará, no??

    Vala rollo he cascao, jejeje
    A disfrutar del veranito que este invierno hemos pasado mucho frio

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  6. Seguro que con el poder de bibliotecaria de Mafi y el paseo al sol de Nadia, quedará como una rosa. Se lo diré (¡Menudo corte!).

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