Contemplo yo a mi vez la diferencia
entre el hombre y su sueño de más vida,
la solidez gremial de la injusticia,
la candidez azul de las palabras.
No hemos llegado lejos, pues con razón me dices
que no son suficientes las palabras
para hacernos más libres.
Te respondo
que todavía no sabemos
hasta cuándo o hasta dónde
puede llegar una palabra.
Quién la recogerá ni de qué boca
con suficiente fe
para darle su forma verdadera.
Haber llevado el fuego un solo instante
razón nos da de la esperanza.
Pues más allá de nuestro sueño
las palabras, que no nos pertenecen,
se asocian como nubes
que un día el viento precipita
sobre la tierra
para cambiar, no inútilmente, el mundo.
[Tomado el poema de elalmadisponible. Gracias, Ana].
Indiscutiblemente las palabras son necesarias... al igual que las vacaciones!
ResponderEliminarUn saludo desde Gumiel.
Igualmente Celtas. Que disfrutemos el calor y las palabras, el calor de las palabras y las palabras calurosas.
ResponderEliminar"Vacaciones de la bibliotecaria", como suena...hmmm a miel en los labios, yo me voy hoy, pero volveremos con ganas en Septiembre.
ResponderEliminarFelices vacaciones
Bueno, Ayla, que las disfrutes.
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