Hoy nos detenemos en una pintoresca localidad zaragozana: Tarazona, a medio camino entre la sierra del Moncayo y el valle del Ebro, que no hace mucho que ha comenzado a recuperar su (también) pequeña catedral, con tintes mudéjares y grisallas renacentistas. Allí tiene su sede una asociación cultural de nombre Olifante, Ediciones de Poesía, proveniente de la editorial de este nombre fundada en 1979 por Trinidad Ruiz Marcellán. La calidad y calidez de sus textos (incluidas las traducciones) la sitúan entre las de mayor sencilla exquisitez que conocemos. Papeles ahuesados, tipos Bodoni, cartulinas de color, diseño, marcapáginas y postales en cada libro, etc.
Podemos leer, por ejemplo, a M.ª Ángeles Pérez López:
La mujer sueña un día de avellanas
y se unta el cuerpo en savia como leche.
Después se lame con la boca entera
convertida en hocico de tapir,
herbívoro paciente y silencioso
que es lento en el amor y en las ortigas.
En la mujer, sobre su lomo ágil
se posa el pajarito que miniaron
los monjes medievales en los libros
para medir el tiempo en sus azares,
y guarda en equilibrio y timidez
la tarde y su palito de avellano.
«Es de Atavío y puñal», le digo a la Bibliotecaria después de leerle el poema y simular la llamada a la tertulia con el colmillo de elefante.
Pues sí, gracias a veces a esas pequeñas editoriales muchas obras ven la luz y no quedan en el olvido. Me ha gustado la idea de llamar a la tertulia con un cuerno, quizá también podría servir una caracola...
ResponderEliminarPues sí, Esther. Si lo prefieres, llamamos a tertulia con caracola.
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