La pintora Paula Becker (1876-1907) muere después de dar a luz, tras una hemorragia, y al expirar
susurra «¡Qué lástima». La convención literaria nos ha legado un poema de Rilke
como muestra de amistad con la fallecida, un hermoso requiem for a friend («Tengo muertos y los dejé partir / […] tan
solo tú regresas, / me rozas, me rondas, quieres topar con algo / que a ti
suene y te delate».)
Pero Adrienne Rich (1929),
escritora y poeta (acostumbrada a «oir y escuchar a los demás, guardando dentro
de mí el lenguaje de experiencias distintas a las mías […] he sido
transformada, mi poesía ha ido transformándose, en este proceso sin fin»),
reescribe los hechos (al igual que otras hacen con la mujer ideal de Becker o la paciente espera de Penélope). Para ella, la amistad, profunda amistad, de Paula se daba
con la mujer de Rilke, Clara Westhoff (1878-1954). Ambas se conocen en
Worpswede, colonia de artistas cercana a Bremen, en el verano de 1899; después viven
en París el primer medio año de 1900, tiempo en que Clara asiste a clases de
escultura con Rodin –«¡Qué bien trabajábamos juntas!»–; en el verano vuelven a
Alemania; en 1901 es cuando Clara y Rilke se casan y, poco después, Paula lo
hace con el también pintor Otto Modersohn (1865-1943).
A. Rich escribe entre 1975 y
1976 Paula Becker a Clara Westhoff,
un poema, simulando el tiempo del embarazo y el sueño de su muerte –«No quería
este hijo. / Eres la única persona a la que se lo he dicho […] Siento que
avanzo / con paciencia, e impaciencia, dentro / de mi soledad […] Sé y no sé
bien / lo que busco»–. Habla de las relaciones entre las dos mujeres y el
poeta, del que Paula está celosa por separarla de Clara, razón por la que la
primera también se casa, pero «el matrimonio es más solitario que la soledad».
Termina recordándole sus primitivas conversaciones y propósitos, fundamentados
en su ser de mujeres, «nuestra vieja promesa de no sentirnos culpables», en la
lucha por la verdad.
[Salud. Nos van hurtando la alegría de ser de una tierra a cambio del
deber de pertenecer a una (o dos) estrecha(s) nación(es)].
[Las pinturas corresponden a Clara Westhoft y Autorretrato a las camelias de Paula].
Saludos. ¡Qué casualidad! Acabo de ver una película sobre ella, titulada precisamente así: "Paula".
ResponderEliminarhttps://elpais.com/cultura/2017/05/24/actualidad/1495630140_757090.html
Saludos.
Pues agradezco la información, Anónimo. Soy un ignorante cinéfilo.
EliminarSaludos.
Uy qué triste me ha sonado esa frase el matrimonio es más solitario que la propia soledad y es que no hay nada peor que la soledad acompañada y parece que esa decisión no fue muy adecuada.
ResponderEliminarUn abrazo Ignacio
Sí, Conxita, la sensación que da no es muy optimista. Ya sabes, cada afirmación tiene su sentido, aunque lo tenga también la afirmación contraria.
EliminarAbrazos.
Después de un buen descanso veraniego, paso a saludaros, a partir de ahora comienza el nuevo curso bloguero.
ResponderEliminarAbrazos.
Bienvenida, Conchi, a este espacio.
ResponderEliminarAbrazos.