El vienes de la anterior
semana visité la Feria del Libro de Madrid. La lluvia intermitente hizo que se
pudiera acceder a los mostradores con comodidad, aunque conllevaba el incomodo
de sortear paraguas en los pasillos. Iba con intención de buscar un libro, pero
ya se sabe que vienen a las manos otros hasta que la bolsa va pesando lo
suficiente como para dar por finalizadas las adquisiciones.
Comencé con el psiquiatra
Guillermo Rendueles y su Las falsas
promesas psiquiátricas, en que plantea la utilidad de buscar alternativas
colectivas basadas en el apoyo mutuo y las redes sociales para afrontar
problemas que nos angustian ‒acoso laboral, crisis económica, violencia en las aulas,
cárceles, angustia del paro, etc.‒ y rechaza los psicofármacos como mercancía.
El malestar no depende de la psique individual sino de las relaciones de
explotación y sumisión.
Paseando paseando topé con
numerosas “celebridades” de las letras que estaban firmando en las casetas.
Quise saludar a Marta Sanz, pero (me) parece que si no compras alguno de sus
libros no tiene sentido ocupar su tiempo. Así que me detuve en donde firmaba
Pilar Adón y compré los relatos de La
vida sumergida (además de uno de poemas para regalar), en el que me estampó
«Para Ignacio, con todo mi afecto, este libro de sueño, aprendizaje, lecturas,
entre árboles y casas. En este Retiro de lluvia, un fuerte abrazo».
Iba buscando la biografía
que Chalotte Gordon ha elaborado sobre Mary
Wollstonecraft - Mary Shelley. Madre e hija han tenido uno de los nacimientos
más emblemáticos del territorio de la literatura, sucedido en 1797. La autora
de Vindicación de los derechos de la
mujer (1792) murió 10 días después de dar a luz a la autora de Frankestein (que estoy leyendo) a causa
de unas fiebres paurperales que le indujo el médico que le extrajo la placenta
por no haberse lavado las manos. En el fondo del escenario, William Godwin con Disquisición sobre la justicia política y su
influencia en la virtud y felicidad de la gente, y Percy B. Shelley con La revuelta del Islam ‒Laon y Cythna,
or The Revolution of the Golden City.
Y, ya se sabe, algo
desconocido para cultivar la sorpresa: Saturno
de Eduardo Halfon (Guatemala, 1971), carta amarga de un narrador algo
desquiciado a un padre severo y devorador.
[Salud. A la espera de que
la Vida enseñe a leer a quienes gobiernan la res publica].
Un agradable paseo, sin duda, bajo la lluvia. Ahora se necesita tiempo para leer.
ResponderEliminarSaludos.
Ya, Anónimo, tiempo para leer. Siempre sale algo por ahí.
EliminarSaludos.
Una buena selección de lecturas. Yo estuve la primera semana de la Feria y también compre algo además de ver a Cartarescu (no me animé a buscar su firma y no era difícil, pero me da pudor,,, ajjaja).
ResponderEliminarQue interesante es Mary Wollstonecraft, he leído su "Vindicación..." y conozco algo su vida. Me alegra esa publicación (el trío da para mucho, eso seguro).
Un abrazo.
Ya lo creo que da, Laura. Le dedicamos una sesión del club de lectura, pero apenas pudimos asomarnos a su vida.
EliminarAbrazos.