Las
flores fúnebres
que llaman
tembladeras
harán
crecer del todo
tu risa
terrosa
y los
miosotis
esas flores de mazmorras…
Me atraen las historias montadas sobre poemas, y más
todavía si estos últimos son elípticos. Ya sabemos que un poema no se explica,
pero sí se interpreta y estas historias a las que me refiero son eso, una
interpretación de los versos que tiene delante quien la escribe. Es lo que
hacen ‒hicieron en 2002‒ Rubén Pellejero y Denis Lapière en Un poco de humo azul… montado sobre seis
versos del simbolista Tristan Corbière (1846-1875), extraídos de su obra Los amores amarillos, ‘Les amors jaunes’ (con los que
iniciamos esta anotación), que Velaine lanzara a la fama al incluirlo en sus
poetas malditos.
Digamos que este humo
azul es un cómic, evocador del sufrimiento y amor que sucede en una
dictadura en la que se tortura. Un escritor (de teatro) es arrestado y en el
trayecto de la prisión al cuartel que cada tres semanas recorren quienes están
detenidos, son esperados por mujeres en las cuestas serpentinas donde el camión
que los transporta sube lento. Allí les pasan cigarrillos, y una de ellas
escribe cada vez un verso del poema "Pequeña muerte para reirf" de Tristan Corbière, que mantiene con esperanza a uno de
ellos en el acuerdo tácito de que aguantará hasta que termine el poema. Antes
de llegar al final… se produce la salida. El cómic tiene el añadido que anexa
un dossier mostrando la génesis y desarrollo del mismo y las figuras
principales.
“no te pongas pesado: ataúdes de poetas para los
enterradores son siempre juegos, estuches de violín que suenan el vacío… te
creerán muerto –los burgueses son tontos‒, ¡ve presto, ligero peinador de
cometas!, las hierbas al viento serán tus cabellos...”.
[Salud. A la espera de que la Vida haga aterrizar a
quienes gobiernan la res publica].
¡Vaya cigarrillos! ¿Cómo sabrán los versos entre las heridas?
ResponderEliminarSaludos.
No sé, Anónimo, tiene que ser un humo especial el que entre en los pulmones.
EliminarSaludos.