domingo, 27 de enero de 2019

Adiós a los caballos (amazonas y centauros)


La amazona Hipólita, ‘la que desata sus caballos’, se enrolló con Teseo y de esa unión nació Hipólito, que falleció cuando su carro, tirado por caballos, se estrella contra un olivo al desbocarse estos. Se trata de una imagen que se repitió con frecuencia durante la época dorada del caballo, la segunda mitad del siglo XIX, ampliada en el medio siglo anterior y el posterior. La visión marxista ─centrada en el desarrollo técnico industrial─ ha eludido la importancia del «motor de avena» en esos ciento cincuenta años, algo que ahora aporta la documentada obra de Ulrich Raulff, Adiós al caballo. Historia de una separación (2018). Su entidad puede colegirse de datos como el de que en Londres, hacia 1890, había unos 300.000 ejemplares, de los que 26.000 eran sacrificados cada año, convertidos en fertilizantes o comida para gatos.
El médico ─Hipócrates, ‘domador de caballos’─ rural más famoso de la literatura, Charles Bovary, empleaba el caballo para sus desplazamientos, y, tirado por caballos, se desplaza el simón (cerrado) en el que Emma se abraza a su amante (¿humillando a su bovis, ‘buey’?). No lejos quedaba otra ciudad extensa, París, en la que los equinos también sufrían; no en vano resucitaron el dicho de ser «cielo para las mujeres, purgatorio para los hombres e infierno para los caballos».
Hoy en día se asocia el caballo a estímulos sentimentales o estéticos, ligados en notable parte al estatus social e, incluso, a actividades terapéuticas. Pero antes se definía por su carácter centáurico, de conquista, algo que se perdió cuando el automóvil proliferó y las personas nos escondimos en las máquinas.
De las 472 páginas del libro, 70 lo son de notas bibliográficas. Con guiños frecuentes a la cultura clásica y el arte. Para disfrutar.
[Las imágenes son La trilla, de Rosa Bonheur, y Centauro en la herrería, de Arnold Böcklin].

6 comentarios:

  1. Sin duda, es un animal de gran nobleza. Gracias por los datos sobre su importancia en la historia reciente.

    saludos.

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    1. De nada, Anónimo. Realmente, es un libro apetecible.

      Saludos.

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  2. Este comentario ha sido eliminado por el autor.

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    1. No recuerdo muy bien lo que he puesto en el comentario. Tampoco hay que buscarle lógica. Tu entrada pretender serlo, ¿no?

      Saludos.

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  3. Curioso planteamiento... Me sorprendió el uso que se dio a los caballos durante la I Guerra Mundial, murieron a miles, los ingleses que son muy suyos, como bien sabemos, inventaron un mazo para rematar a los caballos malheridos.
    En la II Guerra Mundial era impensable usar los caballos, claro.

    Un abrazo.

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  4. El caso es que se les pinta con nobleza pero tanto los caballos, sus primos las mulas y los sufridos pollinos llevaban unas vidas muy duras.
    Una obra, la que comentas, interesante.

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