Hace unos días releí varios artículos de cuando
Ishiguro fue premiado con el Nobel. Una de ellas se felicitaba por la variedad
literaria de que goza la novela inglesa, al tiempo que se lamentaba de la
esterilidad a que está llevando el realismo a la española. Yo no soy tan
determinante; creo que hay piezas valiosas en la creación patria actual. El
teatro (experimental) es otro cantar; bebe mucho de cotidianidad. Es lo que
sucede al presenciar la obra de teatro Arma
de construcción masiva, interpretada por el grupo barcelonés José y sus
hermanas, dentro del Festival Escena Abierta.
Una amiga, a la salida, mostraba la
indignación que le habían provocado ciertas referencias a la actualidad
catalana. Yo le quité hierro, por aquello de no desperdiciar la noche del
viernes en estados de ánimo vacuos e inútiles. La obra, centrada en la
educación a la que estamos sometidos en diferentes ámbitos del desarrollo
personal, tiene sus reflexiones válidas, aunque es cierto que aquí y allá ─no
sé si de manera consciente─ suelta afirmaciones que se asemejan a un mandala
simple soterrado en su territorio escénico.
Así, es el gobierno central (y no el
autonómico u otro) el que manipula los métodos pedagógicos; o resulta que
algunos políticos han sido obligados a salir del país; o el referéndum
represaliado de octubre deviene en noticia clave de la existencia. Además, es
un empresario barcelonés de apellido García el que se ha lucrado, en
connivencia con las autoridades franquistas, en la construcción de material
escolar durante la época en que a Cataluña se la llamaba la novena provincia
andaluza. (Por no hablar de que a Ferrer y Guardia se le ha sacado del
anarquismo y lo han convertido en socialista y republicano).
En fin, el este teatro es asunto de proximidad y
se construye en cada calle. Es lo que hay.[La fotografía es el Grupo José y sus hermanas].
Es cierto, el teatro sirve para mostrar la calle, al tiempo que para movernos a actuar.
ResponderEliminarSaludos.
Así es, Anónimo. Todo suma.
EliminarSaludos.
Hay momentos y obras para todo, y sí el teatro también tiene que mostrar lo que está pasando y servirnos para imaginar otras realidades. La libertad para expresarse, para poder decir sin miedo a ser represaliado y acabar en prisión por letras de canciones o viñetas que tocan a lo intocable, creo que aunque no nos guste es importante respetar la libertad de expresión.
ResponderEliminarPor desgracia la manipulación de los ciudadanos es una constante, nos "envenenan" por todos lados y cuesta mucho poder saber qué está pasando realmente y qué es ficción de unos y otros.
Me parece una muy buena opción la que tomaste.
Besos
Gracias, Conxita. Escribir sobre ello o ignorarlo es una decisión algo complicada. Mucho más si se desea hacer en un espacio tan limitado.
EliminarBesos.
Nada me sorprende, aquí todo está contaminado por el nacionalismo. Vivo en un exilio interior para no mosquearme cada dos por tres, no merece la pena.
ResponderEliminarUn abrazo.
No me extraña, Laura. Creo que me sucedería lo mismo.
EliminarY tienes razón, no merece la pena emplear nuestra (hermosa) energía en ello.
Abrazos.
Siempre que paso por aquí, aprendo de tus entradas y esta me recuerda que hace tiempo no voy al teatro, un buen representante de la realidad.
ResponderEliminarUn abrazo
Vale, Ele, pues ya sabes que puedes acercarte cuando lo desees.
EliminarTambién tus espacios son apetecibles.
Abrazos.
Preciosa letra.
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