Los cónsules romanos tomaron la costumbre de enviar aguinaldos, a principios de año, a personas cercanas o relevantes de la sociedad de su tiempo. Para ello se elaboraban unas tablillas rectangulares de marfil con grabados; constituyendo un artículo de lujo, según puede apreciarse en la que mostramos aquí (de Aerobindus, una de las más célebres). Se unían dos tabletas por uno de sus lados y formaban un díptico, el cual se cerraba como las tapas de un libro. Dichas tabellae, en madera o metal, también eran usadas por gente menos pudiente con el mismo objetivo (y siguieron utilizándose hasta el siglo XV, con motivos religiosos y nombres de santos y difuntos; un inicio del memento). Por otro lado, estas pugillares, tabulae o cerae (pues también se recubrían de cera para escribir sobre ellas como cuaderno de notas) parece que son el antecedente del formato del libro actual.
Aquí no vamos a enviar nada tan sofisticado, pero sí deseamos ofrecer un aguinaldo y hemos pensado que nada mejor que un cuadro de la joven pintora mexicana Mariana Palova, Balklova, con rosas desgarradas y pompas por palabras. Pero con luz y ojos claros para emerger de las grietas.
Salud.
Aquí no vamos a enviar nada tan sofisticado, pero sí deseamos ofrecer un aguinaldo y hemos pensado que nada mejor que un cuadro de la joven pintora mexicana Mariana Palova, Balklova, con rosas desgarradas y pompas por palabras. Pero con luz y ojos claros para emerger de las grietas.
Salud.
Oye, no sabría con cuál quedarme, me gusta el cuadro y las tablas también, jeje.
ResponderEliminarGracias por la información.
Un beso.
Qué bonito detalle!
ResponderEliminaryo he sido muy buena ¿o no tanto? bueno no sabría decirlo, pero aún estoy a tiempo de pedirme una para reyes no?, me encantan
No se hable más, Elena, uno de cada para ti.
ResponderEliminarUn beso.
Vale, Ayla, ya no recuerdo lo del pasado año. Así que... también uno de cada para ti.
ResponderEliminarFeliz noche.