Escribe Adorno que «dejar hablar
al sufrimiento es la condición de toda verdad». Y esta la vamos construyendo
con los elementos de que disponemos a nuestros alrededor, según seamos más o
menos vulnerables al brillo de los acontecimientos, a la fuerza de quienes exponen
opiniones, a la espectacularidad de los argumentos. A la presentación del
escaparate. Según seamos más o menos proclives a la reflexión.
El filósofo vallisoletano Reyes
Mate, filósofo (ese que nos recuerda con sencillez lo que es la política y lasociedad), impulsor del Instituto de Filosofía del CSIC en los ochenta del
pasado siglo, cree que la filosofía contemporánea olvida con demasiada alegría
que la sociedad actual está construida sobre el sufrimiento, sobre el siglo más
violento de la historia, más devastador, el siglo veinte, sembrado de campos de
exterminio, de armas químicas y nucleares. La Filosofía −¡qué paradoja!−
construye su edificio desechando una piedra: el sufrimiento.
En su reciente libro La piedra desechada (Trotta editorial,
2013) se interroga sobre cómo pensar hoy la patria y el exilio, la música, el
teatro, el tiempo, la política, la religión o la ética. Y de ello concluye que,
para vislumbrar un tiempo de esperanza, el tener en cuenta a figuras como la
víctima, el olvido, la marginación o el trapero, resulta ser la piedra angular,
la imprescindible, la base.
Memoria de la barbarie. Grito de
quienes la sufrieron.
Tienes razón, Ignacio, el siglo 20 está plagado de desatinos.
ResponderEliminarY la filosofía... ¿sin sufrimiento? Menuda farsa, no sería sino palabra hueca.
Un beso
Pues, sí, Mere, parece que quien tiene algo de razón es Reyes Mate.
ResponderEliminarUn abrazo.
Una filosofía basada en el sufrimiento. Pues parece convincente. Si del conocimiento de la verdad se trata, hay algo que, desde luego, no es mentira y que es el sufrimiento.
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