Pasado el novilunio de la
última luna del invierno, entro en Mogador, la blanca ciudad avistada por
marineros y sirenas cuando navegan cerca de las islas Púrpuras. Alberto RuySánchez escribe que «dicen que la ciudad de Mogador no existe, que la llevamos
dentro», asegurando que cuando se habla del cuerpo en Mogador, al llegar al
sexo, se produce un salto extraño en la mente, y por lo tanto, en el lenguaje:
la gente describe inmediatamente lo invisible del acto y del cuerpo. Así que
vuelve a escribir: «Pero otros dicen que sí existe y que, justamente, la
llevamos dentro».
Nueve
veces el asombro (2005) es un libro adecuado para dejar apartada
una floja novela y adentrarse en sus nueve capítulos y en su ofrenda preliminar,
y bañarse en las historias de sus páginas, que son las de la gente de Mogador (Esauira
o As-Sawira), las cuales guardan en telas bordadas, difíciles de leer para los
no iniciados en sus secretos geométricos. «Son las telas de la memoria y quienes las leen nunca cuentan la misma
historia dos veces. Por lo que he llegado a pensar que están vivas. Y que la
memoria, como las nubes, como la Historia, no deja de moverse y tomar formas
extrañas, sorprendentes».
El autor ambienta varias desus obras en esta tierra de mar, en la que el sol (según la antigua astronomía)
desacelera su paso cuando está sobre ella, permaneciendo allí unos instantes
más que sobre cualquier otro lugar. Así cuentan los que ofician recortar nubes. Una isla con
bibliotecas, que custodian libros que cada vez que se abren están listos para
danzarnos por dentro (porque la música de allí está unida a la piel). «Y basta
un parpadeo y un roce de los dedos sobre sus páginas para que alegre y veloz
nos penetre […] y el número de libros conservados en la ciudad es siempre un
múltiplo de sus habitantes».
Salud.
Wow. Me has enganchado. No he leído nada de este autor. Suena filosófico y fascinante.
ResponderEliminarGracias y feliz domingo
No me extraña, Celia, que te entren ganas de conocer alguna de sus obras Tienen ese algo especial
EliminarFeliz día, también, para ti
Con tu entrada, me ha entrado curiosidad por saber de Mogador ¡que lujo que el Sol camine más lento a su paso por esta isla!.
ResponderEliminarUn abrazo
Ya, Conchi, incluso hay lista de espera para poder visitarla. Ya contarás
EliminarUn abrazo
Mogador, destino privilegiado.
ResponderEliminarSaludos.
Me lo imagino, Anónimo. No lo conozco.
EliminarA ver si ahora...
Saludos.