lunes, 14 de marzo de 2016

Escarcha en la mañana. Palmeras en la tarde

Los tejados centrales de Punta Brava, junto al parque, amanecen blancos. La escarcha anda más densa en las zonas cercanas al río. «Tienes deformación lectora», me dice la Camarera, «cuando te pones a leer narraciones peculiares, después no te entusiasma nada convencional durante una temporada». Y no le falta razón. La casualidad puso en mis manos (de nuevo) hace poco Las palmeras salvajes, de Faulkner, y (por vez primera) me llevó a leer unos capítulos de Mientras agonizo, obra que contaron con detenimiento en un encuentro propiciado por la Escuela de Escritores de Burgos el pasado sábado, acompañamiento muy digno del banquete (con asado y Ribera) que suelen celebrar cada trimestre, al que hacía tiempo que no me unía.
¿Y qué le voy a hacer? Leer lo que se llama la versión (traducción) que hace Borges en 1940 de Las palmeras salvajes, un año después de su publicación en inglés, no te deja indiferente. Menos si lo condimentas con Mientras agonizo. En las dos obras Faulkner hace lo que le da la gana. Vuelve de lado lo que suponemos que debería estar de frente. Él es ella. Ella es él. Y estas situaciones a Borges ‒caballero católico‒ no le cuadran demasiado, por lo que realiza sus propias componendas sobre el texto, que, por cierto, sorprendentemente (o no) no ha tenido otra traducción al español. ¡Lástima que mi inglés no dé suficiente para leer estas obras en ese idioma sureño en el que escribe el Nobel!
Así que la Camarera me afea el que no disfrute suficientemente La rubia de ojos negros, de Benjamin Black (el negro de John Banville), y el que no realicemos fuego cruzado con las redondas frases del irlandés mientras ella pasea de lado a lado la barra atendiendo a la clientela. «Soy un profesional de perder el tiempo», declamo para ver si responde, pero percibe el artificio. «Hasta entonces había creído que Clare Cavendish podría romperme el corazón, sin darme cuenta de que ya estaba roto».

10 comentarios:

  1. No he leído esas dos de Faulkner. Me las apunto ya. Mil gracias!
    Besos

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    1. La verdad, Celia, que no es literatura fácil, pero son los fundamentos de muchos de los libros que leemos. En fin, que seguro que lo sabes de sobra.

      Besos.

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    1. Ya lo creo, Karin. Dicen que es la "novela" que escribió en su vida.

      Saludos.

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  3. Leí a Faulkner de muy joven y es una cuenta que tengo pendiente, releer y seguir con él.
    ¿Dices que Borges adultera la traducción? Qué feo!!

    Abrazos!!

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    1. Podemos decir que es una versión (pues meterse contra Borges no es fácil), al igual que hace con Whitmann y otras traducciones.

      Abrazos.

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  4. Justo ahora acabo de leer una reseña de la misma obra, no parece para nada una obra de fácil lectura. Cada vez estoy más convencida que los libros tienen un momento para ser leídos y creo que ahora, para mi, no es el de Faulkner.
    Un saludo

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    1. Casualidades, Conxita. Cuando llegue tu momento faulkneriano, seguro que lo disfrutas.

      Un saludo.

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  5. Es curiosa esa deformación lectora. Y, parece, que tiene su lógica.

    Saludos

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