Con esta cita del final de El origen de las especies de Darwin, la
investigadora y docente Marianne Wolf (1950) mantiene la esperanza de que los
modos actuales en los que procesamos el lenguaje escrito, con predominio
digital, no precipiten la atrofia de nuestros procesos más esenciales de
pensamiento –análisis crítico, empatía y reflexión– en detrimento de la
convivencia democrática, especialmente en la población joven. Precisamente, el
cerebro humano dispone de plasticidad similar a la de los medios que utilizamos
en las lecturas en pantallas.
Pero no está asegurado el
proceso positivo. Necesita de la colaboración nuestra. Esta neurocientífica, en
Lector, vuelve a casa (2020), alerta
de que podemos crear herramientas que suplan capacidades de nuestro cerebro en
detrimento de la atención y memoria de que dispone en la actualidad, lo que
plantea un futuro que desconocemos. Por si acaso, se centra en la necesidad de
la transmisión oral en las criaturas hasta los cinco años; y en la
simultaneidad de lecturas en papel y lecturas en pantallas entre los cinco y
los diez años.
Todo ello pasa por el Festina lente: «leer rápido (según acostumbramos), hasta tomar conciencia de los pensamientos a comprender, la belleza a apreciar, las cuestiones a recordar, y, si tienes suerte, las ideas a desarrollar». Entonces, la lectura puede contener la alegría que invadía a Dietrich Bonhoeffer en el campo de concentración en sus lecturas, según ha testimoniado en Resistencia y sumisión: cartas y apuntes desde el cautiverio.
Hola Ignacio, una propuesta muy interesante que anoto porque la emoción del papel, sobre todo en los que tenemos unos años, ya empieza a ser algo para recordar.
ResponderEliminarAún sigo escribiendo de tanto en tanto en papel por el gusto de escribir en papel.
Un abrazo
Ya, Conxita, la verdad que me resulta un libro interesante, en especial para quienes se dedican a la enseñanza.
EliminarMe alegro de que todavía saques tiempo para escribir en papel.
Abrazos
Muy interesante, y eso a ver que depara el futuro en estos temas en las nuevas generaciones digitales. Los demás seguiremos haciendo a todo que tampoco está mal.
ResponderEliminarSí, Esther, la verdad que no está de más el atender al papel y a las pantallas. Cada cual con sus características.
EliminarSaludos.
Se supone que estamos en un tiempo "bisagra", efectivamente, y no hay duda de que van cambiando nuestros modos de reaccionar ante las medidas sociales. Tendemos a dejar que piensen otras personas.
ResponderEliminarSaludos
Eso es no de los aspectos sobre los que pretende llamar la atención el libro: que tenemos que propiciar el cerebro lector para que no abandonemos nuestro papel en la construcción de la sociedad.
EliminarSaludos