jueves, 8 de abril de 2010

Torremozas. Editora de mujeres

Ya ha llovido bastante desde que nace Ediciones Torremozas. Sucedió en 1982. Lo hizo con la intención de facilitar un cauce de expresión a la poesía escrita por mujeres y al relato corto. Sin ánimos de marginalidad ni de revanchismos. Intentando que los escaparates acogieran estas obras, que las librerías las colocaran en sus estantes, que fueran engrosando los fondos de las bibliotecas públicas, que las pudiéramos adquirir para la mesilla de noche o nos las pudieran prestar para las vacaciones. Que habláramos de ellas. Escasas eran las plumas femeninas disponibles a nuestra vista hasta entonces.

Torremozas encauzó su hacer en tres direcciones: Voces nuevas, inéditas o con alguna publicación sin demasiada difusión. Voces consagradas. Voces recuperadas, para firmas del pasado, muchas de ellas de difícil localización. Después vinieron Voces hispanoamericanas y Poetisas de habla no española, traducidas al efecto. Hoy ya cuenta con nueve colecciones y, lógicamente, su selección de Imprescindibles. Además, lleva los premios Carmen Conde y Voces Nuevas, de poesía, y Ana María Matute, de relato.

Son numerosas las mujeres que han iniciado su carrera literaria pública en esta editorial que ha aportado al panorama poético español una frescura como la que solo puede salir de ciertos cuerpos y de ciertas sensibilidades. (Curiosamente, un año después nace Celeste, también vigente hoy, que acoge muchas plumas femeninas de poesía.)

A día de hoy, la editorial dispone de más de quinientas las publicaciones en su catálogo. Aquí vamos a reseñar la antología que realizó en 2002 Luzmaría Jiménez Faro con el título Poetisas españolas, por creer que es, sin duda, uno de los proyectos por los que no pasa el tiempo. De ella, extraemos este poema de Mercedes Alario:

Es hora ya de desatar las cintas
que asían tus estrellas,
desanudar el sol de medianoche
y soltar las amarras
de aquella embarcación de nuestros sueños.
Mas…
¿Cómo saber, entonces,
si es de día o de noche en nuestras viñas?
¿si mi mundo está creándose de nuevo
o agoniza?
¡Cómo sabremos si amanece Dios!

La literatura española tiene una deuda de gratitud con Luzmaría Jiménez Faro (y su compañero, Antonio Porppeta), iniciadora del proyecto y, ahora, con Marta Porpetta Jiménez, continuadora eficiente del mismo. Desde aquí ponemos nuestro pequeño grano de arena.

4 comentarios:

  1. Enhorabuena a la Editorial Torremozas. Su propio nombre evoca lozanía, frescura, libre de todo artificio. La poesía es ese reducto en el que los poetas desnudan su alma ante sus lectores. Qué gran acto de generosidad

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  2. Torremozas, me encanta el nombre, por supuesto también la iniciativa, aunque no se porqué pero muchas veces lo que pretende la igualdad es discriminatorio, es difícil compensar la balanza.

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  3. Como en otros campos la mujer ha estado relegada en cuanto a publicación literaria, porque durante mucho tiempo los hombres han hecho creer que no valíamos para otra cosa que no fuera limpiar o cuidar niños, pero las cosas están cambiando y me alegro de que haya iniciativas como esta que permitan aflorar joyas literarias como el poeta que nos presentas.

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  4. Creo que las bibliotecas tendrían que adquirir varios de sus libros.

    A veces se ha hecho edición aparte para poder permitir el préstamo en bibliotecas. Claro que esto del préstamo y las/os autoras/es es harina de otro costal.

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