sábado, 20 de enero de 2018

Las leyes de la frontera

Mientras camino a la biblioteca del barrio me pregunto cuándo se sabe que una novela está terminada. No sé. Tal vez quien la escribe tiene la percepción de que ya no puede dar más de sí en ese relato. O tal vez es la historia que se está narrando la que de una u otra forma se declara completa. O quizá suceden ambas cosas.
En estas ando ya entre las estanterías y me he alargado hasta las de poesía -en el fondo de la sala, la pobre-. Allí me encuentro con libros que nadie ha llevado a casa y, de uno en uno, voy sacándolos, pues me da cierta pena que no tengan una fecha en su papeleta de préstamo. Me pagan con creces. El de hoy es un desconocido Antonio Hernández (1943), que publicó Lente de agua en 1990. La breve reseña de la parte posterior define su poesía de fascinante y contagiosa, por no decir admirable, ostentosa y esencial. Lo cierto es que la leo con el gusto de quien toma unas patatas cocidas a fuego lento: “No han de ganar la honda luz del tiempo / sino los hombres que poblaron sombras / hasta transfigurarlas: una calle del aire / por el que siempre ya transitaría / con cristales y pétalos, / ley de aquel que ha nacido para amar / y en el amor se daña”. Habla de nuestra Historia.
Pero volvamos al inicio. ¿Cuándo una novela está finalizada? Me refiero, claro está, a la que escribe quien no tiene sujeción a las exigencias del mercado, quien no depende de los anticipos de las editoriales. Es lo que quiero pensar de Javier Cercas y, en concreto, de Las leyes de la frontera, publicada en 2012. Según mi opinión, le sobrarían tranquilamente un centenar de páginas -tiene casi 400-. No del final del libro, sino sobre todo de la segunda parte. La agilidad de su prosa, el acierto de los ambientes, la capacidad de resonancia que produce, parece quedar contrarrestada por la reiteración de ciertos motivos -la diferencia entre la persona y el personaje de su protagonista, fundamentalmente-, cuya evitación podrían haber exprimido el texto y, en nuestra opinión, depurar una historia redonda.
“La literatura es una actividad de sacrificios [a las palabras]”, decía (más o menos) Flaubert.
[Salud. A la espera de que la Vida acerque sacrificios a quienes gobiernan la res publica].

9 comentarios:

  1. Una cuestión interesante esa de preguntar cuándo se sabe que una novela está finalizada. Además, das una opinión concreta sobre "Las leyes de la frontera" (que no he leído).

    Saludos.

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    1. La verdad, Anónimo, que es una novela legible. Tiene su enjundia formal y de contenido, aunque, a mi modo de ver, demasiado extensa.

      Saludos.

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  2. La verdad, Anónimo, que es una novela legible. Tiene su enjundia formal y de contenido, aunque, a mi modo de ver, demasiado extensa.

    Saludos.

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  3. Me ha parecido una preciosidad esa idea de dar una oportunidad en la ficha de préstamos a esos libros que no han sido escogidos, me parece de una gran sensibilidad.
    ¿Cuándo se acaba un libro? Por lo que he escuchado no es fácil decidir que un libro está acabado. Hay autores que se autoimponen finalizarlo y otros con más éxito tienen a las editoriales presionando con fechas de entregas que entonces igual resulta más fácil. Después lo que hacen con las novelas, yo pensaba que era decisión del escritor pero por lo que me contaron son los editores los que deciden sobre muchos aspectos, imagino que sobre la extensión también.
    Besos

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    1. Gracias, Conxita, por las precisiones que haces sobre las novelas de escaparate, es decir, de quienes tienen un cierto éxito y tienen que sujetarse a las indicaciones editoriales.

      Besos.

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  4. Los libros que no encuentran lectores/as... menudo tema, me da pena, son libros perdidos en cierta manera.

    Cercas me gusta, no puedo valorar si le sobran páginas porque no lo he leído pero suele ser un mal general en muchos autores y autoras (por cierto, la fecha debe ser 2012 ¿no?).

    Abrazos!!

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    1. Ya, Laura, en cierto modo perdidos, aunque nunca se sabe a dónde pueden llegar.

      Claro, claro, es 2012. ¡Ando bueno!

      Abrazos

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  5. Es verdad, cómo se delimita la silueta de una novela, su perfil exacto. ¿Lo indica ella misma, como ser vivo que es, o el autor es un dictador que no escucha a nadie más que a sí mismo forzando un camino al que aquélla se resiste? ¿El escritor se aleja de los planes iniciales, si ella se lo pide, o se empeña cerrilmente en ellos?

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    1. Por lo visto, ebge, depende de varios factores: de su capacidad de escucha (como apuntas), de la premura, de las exigencias del mercado...

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