Bookwrite es una aplicación que ayuda a escribir un libro a quien tenga ganas y no sepa como empezar, desde su página web es posible descargársela y empezar a escribir, sólo es necesario tener ganas.
Está en inglés pero su manejo es sencillo.
¡ánimo futuras estrellas del papel o del e-book! ¡qué no se diga! ¿Quién dijo miedo?
Os propongo un inicio:
"Ella era una bibliotecaria guapa, lista, preparada, educada y bien plantada a quien le encantaba trabajar en ese gran templo del saber, todas las mañanas se vestía su coraza de comprensión e ingenio para ofrecer a los usuarios un servicio rápido y eficaz en sus búsquedas de libros muchas veces encriptados en requerimientos indescifrables... ;)" ¡hala a continuar! XD
Fuente: Ubuntu
Para esto necesitamos a nuestra amiga Bipolar
ResponderEliminarYo no es por no ponerme, pero con lo mal que escribo......
ResponderEliminarPero me parece muy buena idea, Mafi tienes que continuar ese relato, no tiene mala pinta, además a ti esto se te da de miedo
Una herramienta muy interesante. ¡Me la bajo!... Gracias x compartir :)
ResponderEliminar"(punto y aparte)
El devenir de usuarios había sido constante durante todo el día. Del último libro colocado en su estantería, se descolgó un boleto de la Lotería Primitiva que había sido utilizado previsiblemente como marca páginas. Antes de apagar el ordenador comprobó la apuesta en internet. ¡Estaba premiado!.
Al día siguiente y al siguiente y, muchos días más, los usuarios echaron de menos a la bibliotecaria guapa, lista, preparada, educada y bien plantada a quien le encantaba trabajar en el gran templo de saber. Pero mucho más le gustaba la costa de Jamaica"
:) MUAKA Ayla
"El camino hacia la biblioteca se contaba entre los mejores momentos del día, especialmente si tenía turno de mañana. El aire fresco, la luz surgiendo en el horizonte, el recuerdo que todavía llevaba su cuerpo del calor de las sábanas, las alegres pedaladas... todo hacía presagiar una prometedora jornada."
ResponderEliminarPor favor!!! qué arte!!! compañeros.... inmejorable continuaciones se ve claramente donde hay un filón.
ResponderEliminar¿tenéis representante? XDD
.... aunque cuando le tocaba trabajar de tarde o los sábados por la mañana, su estado anímico fluctuaba como una veleta, últimamente su decaimiento provenía de la desesperanza a que un día algún administrador valorase su trabajo y tuviera en cuenta sus derechos como cualquier otro trabajador, la cosa estaba chunga, chunga, chunga (creo que esta palabra no tiene valor literario pero pega en el contexto). XDD
ResponderEliminar"Nada, no obstante, lograba tambalearla hasta perder el control de la situación. Deseaba ardientemente poder toparse de frente con ese edil indiferente. Todas las tentativas de encuentro habían fracasado hasta la fecha, pero sabía -su vientre se lo decía- que estaba en el camino adecuado. Por ahora, se apoyaba en la compañía."
ResponderEliminarjijijiji qué bueno lavela!!! ¡qué bueno! "edil indiferente" ayyyy!!!! XDD
ResponderEliminarlavela... ¿el edil indiferente está buenorro?
ResponderEliminar¡Huy, bipo! No tengo ojos para los ediles.
ResponderEliminarY entre edil y edil, la bibliotecaria super garbosa, cansada de tanto frío cultural, empezó a tejer un lienzo de palabras con el que abrigar a los niños de la ignorancia, a los chavales del aburrimiento y a nuestros mayores para que sesteen a gusto. Tuvo la mejor maestra: una gran dama veterana de ocho patas que vivía entre las estanterías persiguiendo enemigos del papel.
ResponderEliminarCon tal ayuda, se dedicó con ahínco a ello. Zurció con hilos de sintaxis las letras hasta formar retales con cuentos y poemas. Y luego los unió para crear un gran manto que cubría su ciudad. Cuando lo agitaba ahuyentaba el polvo de la rancia soberbia, disolvía la niebla sin criterio.
¿Cabe la indiferencia ante tales obras?
Genial, chapaeu!para todos, pero en especial para mi Bipo (soy una incondicional), para Lavela (hay que ver qué gracia tiene cuando quiere) y para Aecagh (por darnos una visión tan poética de la biblioteca, ya que a mí despues de varios días en infantil se me olvida que existe)
ResponderEliminarUn besazo para todos
uauuuuuuu!!!!! qué pasada!!!! esto es impresionante a cual mejor... en un futuro podré decir (con vuestro permiso) yo era amiga de lavela, bipo y aecagh grandes escritores de nuestro tiempo. Besos a todos, mua. XD
ResponderEliminarPero que artistas, sois unos genios, yo también presumiré como Mafi y os mandaré postales desde Jamaica.
ResponderEliminarMuy buenas las continuaciones, que envidia, ya podía yo tener una pizquita de ese ingenio vuestro, que conste que yo ya presumo de vosotros
ResponderEliminar"Toc, toc. Anochecía. Veía débiles rayos de sol mientras bajaba las persianas del fondo de la sala. ¡Cómo mermaban los días a estas alturas de septiembre! Toc, toc, toc. Se volvió, inclinándose levemente para salvar la estantería, y miró a la ventana del fondo. A través de los cristales, la bibliotecaria vio a quien la esperaba con una vara de gladiolos blancos".
ResponderEliminar".... o eso quiso ver, bonito ramo pensó ¿de quién será el aniversario? ¿quién tendrá la suerte de sorprenderse con una tarjeta? pronto se dio cuenta de que en la biblioteca ya sólo quedaba ella, decidió no abrir porque ya estaba harta de que usuarios tardios intentaran a toda costa devolver documentos fuera de hora... esta vez no se iba a dejar sobornar..." ;)
ResponderEliminar...Las luces de la calle comenzaban a iluminar la austera plazuela delante de la biblioteca. "No puede ser", pensó, "nadie tendría necesidad de regalarme algo hermoso para que le recogiera los libros. Puede depositarlos en el buzón. Además -recapacitó-, ¿quién iba a cambiar unas flores por una devaluada sanción?". Volvió al cuarto de la ropa, cuidando de no exponerse muy a la vista. El corazón palpitaba cada vez con más fuerza. "Debo calmarme", se dijo...
ResponderEliminar... no vaya a ser que mi corazón fluctue de nuevo como La Bolsa y pierda el poco conocimiento que me queda" pensó, marcó con mano temblorosa el código de seguridad y salió decidida por la puerta.
ResponderEliminarEl ramo había sido depositado en la entrada, con una blancura inquietante velaba en el silencio de la noche como un guardia, no había tarjeta...
Tomé el ramo, y, en ese momento, un ruido me alertó. Al volverme lo vi, pegado a la pared. Un hombre corriente, ni alto ni bajo, de cara anodina. Casi grito del susto. Me rogó silencio.
ResponderEliminarQué quieres, pregunté.
Por favor, ayúdame. Haz que vuelva a ser lo que fui. Me han castigado a vivir en esta realidad.
¿Castigado?, ¿y quién te ha castigado?
El hombre que tiene el libro al que pertenezco incurre en retraso. Yo he sido condenado a vagar por tu mundo, mientras la novela no sea devuelta a la biblioteca.
¿Y yo cómo puedo ayudar?
Avisa al moroso. Que devuelva el libro o, de lo contrario, más personajes sufrirán este terrible castigo que cayó sobre mi.
¿Y quién eres tú?
Drácula.
...pero se reconocían rasgos de delicadeza en los detalles (nimios, si se quiere) del conjunto. Cuatro capullos abiertos, plenos, viviendo la noche; y tres por abrir, escondidos, esperando la luz. "¿Quién puede ser?", volvió a preguntarse una vez más. A contraluz, ni siquiera había distinguido si era hombre o mujer quienquera que se hallara al otro lado del cristal. "¡Y si fuera...!" No, no podía ser. Levemente temblororosa, se agachó...
ResponderEliminar...Drácula.... se agachó....
ResponderEliminar"Otra vez lo he vuelto hacer, soy una inconsciente", no puedo hacer volar mi imaginación de esta manera, no tengo que huir de la realidad que me espera, este mundo que me invento 8 horas al día es mi apartado edén de locura que debo acabar cuando cruzo el umbral de la biblioteca", se agachó, recogió el tubo de cartón blanco que algún gamberro había tirado al suelo aunque en el fondo le hubiera gustado acercárselo a la cara y aspirar su perfume...
Jo, ya está???, al final era todo pura imaginación??? yo quiero que esto siga
ResponderEliminar... liviano.
ResponderEliminar"Ya lo habrá cogido. Ya tendrá en sus manos las flores", se decía mientras se apresuraba hacia el centro de la ciudad. "Ha sido una imprudencia el asomarme tanto cuando he tocado por segunda vez. Espero que no me haya reconocido" Los tacones resonaban en las losas de la acera, tatareaba una canción, ignorante de que había aparecido un inoportuno drácula cautivo, mezclando hasta el absurdo los ingredientes de la escena.
A la bibliotecaria, confusa, se le antojaba insondable el sentido de lo que acontecía. En su aturdimiento -pareciéndole la vara florida un tubo de cartón-, la despositó en la papelera de al lado.
La noche...