Le asquea el sistema de castas, la obsesión por publicar a toda costa y el desfile pedante de vacas sagradas que siempre son alabadas aunque sus libros se parezcan más a excrementos de vaca sagrada que a obras dignas de ser consideradas literarias.
El prestigio de un autor (triste) viene determinado hoy en día más fuertemente por el círculo de sujetos "que no leen" que por aquél círculo con cierto "pedegree" literario, y esos autores afamados buscan congraciarse con el mucho más numeroso público que no lee y les ha importado un bledo hacerlo a costa de lo que sea, incluso disolviendo lo literario en sucedáneos, que es lo que abunda, lo que tenemos en todas las estanterías de novedades (bestsellers) y que la masa se está tragando como posesa.
Y que nadie se rasgue las vestiduras porque es lo que hay (y no nos parece ni mal ni bien, como decía Valéry, los problemas que mueren son aquellos que los hombres de una época no inventarían), el bluff vive hoy una época de esplendor, estamos en la era de los medios, de la publicidad (famoseo a toda costa y a vivir que son dos días, eso si, bien, bien, en mansiones a todo lujo y eso hay que pagarlo...), del consumo como promesa...
La academia de la Lengua acaba de añadir "bluf" en el diccionario si bien su definición todavía no ha sido concretada, en su avance (consultable en línea) ofrece dos acepciones:
Una alude a las propagandas falsas y la otra a los prestigios sin fundamento (eso es, si señor).
No diremos nada por no extendernos, del asunto de los premios literarios... consecuencia clara de la situación denunciada.
Una cosa es lo rentable y otra cosa es lo auténtico.
Título: "EL BLUFF DE LA LITERATURA"
Fuente: "el cultural" del mundo, blog "de reojo" de Sergio Molino del Heraldo.es
La cultura se ha convertido en un producto de masas. Además, no interesa que la gente sea crítica, que razone, que cuestione... Sólo tiene prestigio aquello que es políticamente correcto. Se le presta muchísima más atención a un famosillo de nada que a prestigiosos investigadores.
ResponderEliminar¡Así nos va!
por nuestra parte, desde hace tiempo, tenemos una especie de norma a seguir con respecto a bestsellers y compañía: esperar diez años a leer una obra desde que se publica; si aguanta el tirón, pues a lo mejor la hojeamos.
ResponderEliminarYo me hago a todo, aunque de primeras no leo nunca un bestseller si no me lo recomienda alguien o me cuentan que les ha gustado, mismamente hoy me iba a prestar "la mano de Fátima" pero como una buena compañera me ha asegurado que de las 500 páginas, le sobran 200 pues no he perdido el tiempo, jajaja, lo mismito con la trilogia M. es que passsoooooo!!!!!
ResponderEliminarXD
Me ha encantado la entrada, quizá porque últimamente no acierto con las lecturas porque no hay nada que lea y me emocione especialmente.
ResponderEliminarNo suelo despreciar los bestseller sólo porque lo sean, todos nos merecemos una oportunidad y si sirven para que un nuevo lector se suba al carro, a mi parecer ya merecen un premio.
Ah y gracias Mafi.
Yo no digo, ni que sí ni que no a un betseller, aunque reconozco que hay veces que se pasan un poquito, por ejemplo la famosa trilogía, que desde mi punto de vista no ha sido para tanto.
ResponderEliminarLo que sí que tengo claro es que porque me haya gustado el libro de un escritor, sea famosillo o no, no quiere decir que el siguiente también lo vaya a ser.
Me suelo fiar a la hora de los comentarios de la gente sobre todo de mi madre que le encanta leer y solemos coincidir en gustos