lunes, 8 de noviembre de 2010

Lo sagrado, lo profano y... la monja (Documento)

Marina Pawlowska siente un pálpito en 1643: peregrinará durante el tiempo que duró la vida de Cristo, imitando a quien más admira. Estaba retirada como monja en el Císter y decide salir de los muros y lanzarse al mundo. Lo hará a lo pobre, con la caridad pública, según conviene a la salvación del alma.

Esto es lo que cuentan las leyendas aúreas. Y así parece indicarlo el documento que mostramos a continuación, firmado por Mariana de Austria, madre y regente de Carlos II, dirigido a Francisco Fernández de Madrigal, gobernador de Filipinas. Pero… casi nada es lo que parece. La referida monja viajó bajo la protección de reinas (entre ellas, Cristina de Suecia), conoció países, cortes, personalidades y parece que trabajaba de espía, eso sí, con mucha devoción.

«Madrid, 9 de junio de 1671.
Mariana Paulosca, de nación polaca, que dice ser monja profesa de San Bernardo, me ha representado que tiene hecho voto de peregrinar 33 años por el mundo, de que hasta ahora ha cumplido los 28 por diferentes provincias próximas y remotas, y por lo que desea pasar a esas Islas.
He tenido por bien el concederle la licencia que pide, para que pueda hacer su viaje a la Nueva España, suplicándome la mandase dar cédulas de recomendación para que, luego que llegue a ellas, le deis los despachos que fueren necesarios para que desde esas Islas pueda encaminarse a las partes donde la guiare su devoción, sin que en ello se le ponga impedimento alguno, pues su ánimo no es otro que el de hacer estos viajes en fe de la caridad y limosna de los fieles, como le ha sucedido en los que hasta ahora ha hecho, alentada de la salud y fuerzas que Dios le ha dado para ello, fiando de su divina misericordia se la continuará hasta terminar el tiempo de su romería.
Por vuestra parte, la alentaréis y consolaréis para que pueda continuar su peregrinación, que así es mi voluntad. Yo la Reina».

[Si se desea disfrutar un rato de documentos y de monjas, se puede leer a Jesús Moya, El compás de Santa Clara. Viaje entretenido por un Archivo de Monjas castellano, Villarcayo, 2010]

9 comentarios:

  1. Cucha tú qué lista la monja. Con la excusa de su devoción se recorrió medio mundo. No está mal eso de viajar sin gastar y encima con la protección de una reina.
    Interesante la vida de esta mujer.

    Un beso.

    ResponderEliminar
  2. Yo lo veo muy claro, la idea es ir de albergue, porque no me llega para más(ya sabéis que me han bajado el sueldo) pero si alguien me ofrece un cuatro estrellas por el mismo precio..., lo agradezco, lo disfruto y evito que me llamen tonta, je je je

    ResponderEliminar
  3. A mi si me ofrecen un jamón de jabugo en lugar del Navidul... chico qué quieres? a ver si por ser monja tenía que ser cortita o estúpida... en el fondo todos más papistas que el papa.

    ResponderEliminar
  4. ¡Claro, Elena! Total, de Córdoba a Filipinas hay un paso, ¿no?

    Otro beso.

    ResponderEliminar
  5. Ayla, ya sabes el camino: a monja peregrina y... al cuatro estrellas.

    ResponderEliminar
  6. Ya,Mafi, pero ¡si quieres ganarte la salvación eterna!

    ResponderEliminar
  7. Ayla, ya sabes el camino: a monja peregrina y... al cuatro estrellas.

    Pues no está mal la idea,el convento ya lo cerramos, pero con propuestas así es fácil que resurja, sólo necesitamos patrocinadores para la empresa.

    ResponderEliminar
  8. Muy lista la monja en cuestión, se cansó de vivir encerrada y se lo montó muy bien para conocer mundo y gratis que es lo mejor, ole por
    ella
    Aunque es un poco sospechoso eso de tener los favores de la reina, no???

    ResponderEliminar
  9. Nadia, ya sabes que las reinas son muy generosas.

    Ayla, que te veo con ganas de profesar.

    ResponderEliminar

Nos encantan los comentarios y que nos cuentes lo que quieras.