“Nuestro tiempo es, para mí, una época de barbarie total”. “Hay dos tipos de economistas: los que hacen más ricos a los ricos y los que tratamos de hacer menos pobres a los que menos tienen”. (José Luis Sampedro. In memoriam)
Cuando, hace años, la Bibliotecaria me dijo que deberíamos
confeccionar una biblioteca de libros digitales, lo primero que se me ocurrió
comentarle es que teníamos que incluir los de Gene Sharp. Así que fuimos
guardando en marcadores, en favoritos, en nuestra cuenta de delicious, al tiempo que bajando a nuestro libro electrónico,
escogidos títulos de la No Violencia ‒De
la dictadura a la democracia; La
lucha política noviolenta. Criterios y métodos‒, que tiene alojados y
traducidos en la sede web de la Institución Albert Einstein, dedicada a estos
menesteres. Algunos de ellos, clásicos, como los citados, y otros menos
conocidos: La relevancia de Gandhi en el
mundo moderno; El poder de la fe.
No tiene justificación (en un sistema democrático) perseguir
a nadie a su domicilio. Pero tampoco la tiene el que un sistema (corrupto)
cargue sus desajustes sobre la gente más débil, apoyado precisamente en quienes
la representan. Para protestar y cambiar las reglas del juego, Sharp muestra
una serie de acciones no violentas, que recopila de diferentes épocas y
lugares, exponiéndolas en La lucha política noviolenta, una obra que se compone de tres volúmenes en la
versión inglesa y que es resumida, en español, por Jaime González Bernal,
editándose en México e imprimiéndose en Chile, en 1988, con la participación
del propio Gene y de Caridad Inda. Para no alargar esta entrada con la relación
de estas 198 formas, remitimos a la colaboración de José Ignacio Torreblanca, animador de Café Steiner.
Gracias a ti he conocido el foro del Café Steiner. Interesante. Un beso
ResponderEliminarMe alegro, Mere, de que te haya servido la entrada.
ResponderEliminarUn abrazo.
En todas las ocasiones que se le brindaron habló con sinceridad, defendiendo sus puntos de vista, y a las personas que sufren. No tuvo la tentación de distanciarse, lo que, a una edad avanzada, hubiera sido lo más fácil.
ResponderEliminarÉl hablaba de pensamiento propio, de independencia. La educación es una manera de acotar el pensamiento, de encauzar los intereses y los objetivos. Puede que los economistas también necesiten esa independencia de criterio ante los paradigmas de la ciencia en que trabajan.
La verdad que era una persona admirable, ebge, desde muchos puntos de vista. Esa independencia y esa sinceridad que le hicieron desdeñar lo fácil: la ambición por acaparar.
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