Al despertar esta mañana me sentía algo abatido. No sé. Era de esas veces que te entra una molesta desazón que atenta contra tu autoestima porque llega una fecha señalada y no sabes qué poner en la bitácora. "Tiene que ser algo impactante", te dices, "de eso que quien lo lea quede con honda impresión, que diga: ¡vaya acierto!". Pero no se me ocurría nada. Así que, después del café, he decidido recurrir al típico Un rey en Nueva York, del harto conocido Chaplin, en cuya cinta el papel del niño anarquista (individualista) queda en manos de su hijo Michael.
Dichosa compra con el 10% de descuento. Salud.
Tu bitácora siempre es interesante, así que no hace falta nada más. A disfrutar de la lectura y del día libre.
ResponderEliminarGracias, esther. Disfruta tú también.
EliminarMe gustó esa gran frase: ¿Hay que ser comunista para leer a Carlos Marx? Cuántas veces músicos y escritores son tomados por movimientos políticos como iconos del régimen cuando en teoría pudieran ser objeto de muchas y variadas interpretaciones. Me parece miserable malograr la imagen de un genio (como ocurriera con Goethe, Wagner y tantos otros cuya figura fue ligada al régimen nazi) y empañar su pensamiento con connotaciones políticas. Eso es manipulación y jamás me prestaré a ello.
ResponderEliminarGracias, Ignacio. Me encantó la escena cinematográfica y conocer al hijo de Chaplin. Un beso
A ti, Mere, y a tus comentarios. La verdad que el vídeo es una pequeña joya, con su dulce final.
EliminarBesos.
Siempre es interesante ver qué hace Chaplin.
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