En estos tiempos de crisis, es muy socorrido buscar placeres cotidianos que no aumenten el gasto habitual. En este país pintan bastos y hasta que la baraja económica nos brinde el as de oros, podemos conformarnos con algo tan sencillo como mojar pan en las salsas que acompañen nuestros platos.
Soy auténtica fan del pan y de esta práctica, mezcla poco aceptada por los médicos debido a historias para no dormir relacionadas con el colesterol. Sin embargo, hoy en día, en vez de salsas, venden en el colmado unos mejunjes preparados que se me antojan más propios de un alquimista que de un cocinero. Por ello propongo un pollito (con salsa fácil y artesana, claro) cuya receta no es muy habitual por estas tierras según tengo entendido. Provengo de la Ribera del Duero y por allí no se acompaña el pollo con vino blanco y limón, al menos en casa de mi abuela, donde se asaba en el antiguo horno de la chapa.
Pollo asado
Se mete el pollo en una bandeja (si es de barro, mejor) previamente eviscerado y regado con aceite de oliva. La temperatura del horno debe ser de 180 ºC en modo de calor por arriba y por abajo. Se deja que coja colorcillo por ambas partes, dándole la vuelta para no dejar cruda ninguna. Entonces, se echa la salsa, cuya composición es: un diente de ajo y un par de ramitas de perejil machacado todo con sal en el mortero. A este majado le añadimos un chorro generoso de vinagre de vino y mezclamos con agua hasta llenar el mortero y vertimos sobre el pollo. Para que cubra toda la superficie de la bandeja, añadimos nuevamente una medida de agua del mortero. Es entonces cuando tenemos que cambiar el modo de hornear por el del ventilador y ver cómo va hirviendo la salsa hasta reducir. Cuando veamos que el pollo está en el punto de tostado, apagamos y servimos calentito.
Ahora queda lo más complicado: elegir el pan. Una torta de aceite, rosca u hogaza serían los adecuados en mi modesta opinión, pero para que hagáis una buena elección y os animéis a elaborarlo en casa, recomiendo el siguiente libro: El aprendiz de panadero de Peter Reinhart.
Soy auténtica fan del pan y de esta práctica, mezcla poco aceptada por los médicos debido a historias para no dormir relacionadas con el colesterol. Sin embargo, hoy en día, en vez de salsas, venden en el colmado unos mejunjes preparados que se me antojan más propios de un alquimista que de un cocinero. Por ello propongo un pollito (con salsa fácil y artesana, claro) cuya receta no es muy habitual por estas tierras según tengo entendido. Provengo de la Ribera del Duero y por allí no se acompaña el pollo con vino blanco y limón, al menos en casa de mi abuela, donde se asaba en el antiguo horno de la chapa.
Pollo asado
Se mete el pollo en una bandeja (si es de barro, mejor) previamente eviscerado y regado con aceite de oliva. La temperatura del horno debe ser de 180 ºC en modo de calor por arriba y por abajo. Se deja que coja colorcillo por ambas partes, dándole la vuelta para no dejar cruda ninguna. Entonces, se echa la salsa, cuya composición es: un diente de ajo y un par de ramitas de perejil machacado todo con sal en el mortero. A este majado le añadimos un chorro generoso de vinagre de vino y mezclamos con agua hasta llenar el mortero y vertimos sobre el pollo. Para que cubra toda la superficie de la bandeja, añadimos nuevamente una medida de agua del mortero. Es entonces cuando tenemos que cambiar el modo de hornear por el del ventilador y ver cómo va hirviendo la salsa hasta reducir. Cuando veamos que el pollo está en el punto de tostado, apagamos y servimos calentito.
Ahora queda lo más complicado: elegir el pan. Una torta de aceite, rosca u hogaza serían los adecuados en mi modesta opinión, pero para que hagáis una buena elección y os animéis a elaborarlo en casa, recomiendo el siguiente libro: El aprendiz de panadero de Peter Reinhart.
Se me ha olvidado comentar dentro del post que la salsa tiene un toque ácido muy interesante pero muy diferente al que se produce cuando lleva limón. Espero que lo probéis ;)
ResponderEliminarTiene buena pinta,habrá que probarlo.
ResponderEliminarEsto de las salsas es un mundo, y siempre es interesante incorporar una nueva al recetario.
Y es que no hay nada como una buena salsa que invite a untar una hogaza o una torta. Porque lo del pan ....
creo que es de lo mejorcito.
Bueno, cada día nos ponemos más de los nervios a media mañana imaginando cómo será sentarse a la mesa con ese manjar.
ResponderEliminarLo dicho: una cocina al lado del 641. ¡Oído!
pregunta tecnológica. ¿Qué es eso de cambiar a ventilador? ¿Es que no se puede seguir igual? El mío no creo que tenga ventilador
ResponderEliminarRespuesta a la pregunta tecnológica: mi antiguo horno, de más de diez años, tenía el modo calor uniforme o con el dibujito del ventilador. Normalmente existen las siguientes modalidades: calor por arriba, por abajo, por ambos sitios, gratinar y luego el que decimos.
ResponderEliminarEn el caso de que no lo tengas, pues con poner el de calor por arriba y por abajo, serviría.
Al pollo que has puesto junto al texto dan ganas de indultarlo. ¡Perdónale mujer!.
ResponderEliminarGracias por estas suculentas y prácticas notas culinarias, que nos hacen salivar cuando las leemos justito antes de ir a comer.
A mi lo que me dan ganas es de trinchar el pollo, estos días de duro trabajo y largas colas de gente mirándote con cara de pocos amigos, necesitan algo para descargar adrenalina y trinchar el pollo como que relaja, no?
ResponderEliminarJa,ja la foto del pollo es mortal, está el pobre acojonaillo, estoy con kapov en que hay que indultarle...
ResponderEliminarEs buena idea lo de las salsas, hmmm, moje,moje... y si no las recetas para tiempos de crisis son muy "buenas",(santas diría yo) el pollo indultao y nos quedamos sólo con la salsa.
el pollo indultao y nos quedamos sólo con la salsa
ResponderEliminarJolines y a quién trincho yo?
¿De verdad Ayla que no se te ocurre nadie a quien trinchar?
ResponderEliminarXDDDD
No me subestimes madre....
ResponderEliminarHmna Ayla, cómo está hoy de agresiva, aunque con tanta presión no me extraña, na.
ResponderEliminarLa receta me parece muy rica y sobre todo lo de mojar, uuuummm que rico y que hambre me está entrando.