jueves, 25 de noviembre de 2010

Sueños en La rima del anciano marinero

¡Soñamos tantas veces con un mundo mejor!

Samuel Taylor Coleridge (1772-1834) participó en la idea de una sociedad igualitaria: la Pantisocracia. Desde Inglaterra, su país de nacimiento, marchó a Pensilvania para ponerla en práctica, en unión de varias mujeres y de los poetas Robert Southey y Robert Lowell. Era una persona ocurrente y comunicadora, que podía convencerte fácilmente de lo que había ideado. Pero no le sonreía la realidad. Fracasaba con frecuencia. De hecho, se casó con una de las jóvenes con las que probaba la Pantisocracia, Sara Fricker, y…, al día siguiente de esta unión, se dieron cuenta de que no congeniaban. Al no ser partidario del divorcio, tardó en formalizarlo, a pesar de que llegaron a tomarse auténtica manía. (Su amor, Sarah Hutchinson, no le prestó demasiada atención.)

Tal vez huyendo de estos dos fracasos –el social y el del matrimonio–, colaboró estrechamente con Wordsworth (1770-1850), dando nacimiento en 1798 al influyente Baladas líricas, en la que Coleridge incluye «La rima del anciano marinero», poema en siete cantos, antecedente de otros textos de la literatura universal, tal Moby Dick de Melville. Más adelante, se daría al estudio de la filosofía y continuaría con el consumo de laúdano –opio líquido–; pero esa es otra historia y pertenece al tiempo en que Eliot diría de Coleridge que «ya era un hombre echado a perder. A veces, sin embargo, ser un hombre echado a perder es por sí mismo una vocación».

Se retorció mi cuerpo en ese instante,
con dolorosa angustia,
que me obligó a contar toda mi historia;
y después me dejó libre de pena.

Desde entonces, en horas imprevistas,
esa angustia me vuelve:
y hasta que no se cuente mi relato espectral,
me quema el corazón.

Paso, como la noche, de país en país;
tengo un poder extraño de lenguaje;


Su biznieta, Mary Elizabeth Coleridge (1861-1907), fue poeta -Anodos- y profesora en el Colegio para mujeres obreras de Londres.

[La traducción –enorme– es de José María Valverde y está en Poetas románticos ingleses (BackList, 2010). La ilustración, de G. Doré].

9 comentarios:

  1. Qué raro resulta encontrar a un genio en el mundo del arte que haya tenido una vida ejemplar, tanto familiar, mental y social.

    Besos.

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  2. Todos buscamos la felicidad y esa búsqueda a veces nos despista y no nos deja ver que quizá este en las pequeñas cosas de cada día.
    Por cierto felicidades a Ana María Matute y a lavela que la nombró en su anterior post, yo creo que alguien te dió un soplo porque ahora todos los medios de comunicación hacen eco de sus 85 años y no 84 (si hubiera nacido en 1926 como dicen.

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  3. Sí, Elena. Aunque no sé si la proporción será, más o menos, idéntica a la que tenemos quienes vivimos fuera del mundo del arte.

    Besos también para ti.

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  4. Claro, Ayla. Felicidades a Ana María Matute. Y no es que fuera soplo lo que recibió Lavela, sino que, desde su cofa, se ven los hechos fuera del tiempo.

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  5. y lo que cuesta vivir como un loco en todos los tiempos.

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  6. Siempre más que como cuerdo, Bipo. Saludos.

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  7. La Pantisocracia... una auténtica ilusión.
    Los golpes de la vida son el cincel con que se escriben las historias, mejor si no hubiera tomado laúdano. Bsssss

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  8. Ya, Mafi, pero dicen que tenía una salud muy frágil y, entonces, se tomaba esta droga sin tener muy en cuenta sus efectos.

    También besos para ti.

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  9. Paso, como la noche, de país en país
    Podría haber dicho como el día. Si un caminante busca el Sol puede ser un viajero, si la luna un fugitivo.

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