Tiendo a quedarme
sorprendido ante lo que desconozco. Y la experiencia me muestra repetidas veces
que el deslumbramiento que tengo ante el brillo de lo novedoso suele impedirme
calibrar la profundidad de lo que tengo ante los ojos por primera vez. Me ha ocurrido
con un reportaje que incluía El Norte de
Castilla el pasado sábado en el suplemento cultural sobre Japón. Las
imágenes del exotismo del país del Sol Naciente, sus colores atraen sin duda y
prolongan el idilio que tenemos desde Occidente hacia esa cultura. Pero ‒ahí
viene el pero‒ descubro después que
una notable parte de las personalidades que ahí se nos presentan como pioneras
y posibilitadoras actuales de los textos que llegan a nuestras librerías, lo
han hecho y lo hacen sin conocer el idioma japonés, por lo que traducen del
inglés, fundamentalmente, y algo del francés.
De ahí que valore el trabajo
de personas alejadas de la primera fila mediática y traiga a esta bitácora aMontse Watkins (1955-2000), periodista y escritora barcelonesa, que desarrolló
una gran actividad en Japón desde 1985 hasta su muerte, conocedora de este
idioma, del que se constituyó en abanderada de la traducción al español y,
además, de la publicación de las mismas en su editorial Luna Books, activa
desde 1990, trabajando con personas japonesas, tal Ota Masakuni (de Editorial
Gendaikikakushitsu, relacionada con Iberoamérica y España), o con españolas
radicadas allí, tal Elena Gallego Andrade, igualmente conocedoras del japonés,
que trata de perpetuar ahora la memoria de su colega.
Montse Watkins, además,
cumplía con otro de los rasgos que definen a una persona comprometida con su
tiempo: se (pre)ocupó por conocer y mejorar la situación de quienes emigran
desde América Latina a Japón en busca de trabajo (por lo general, descendientes
de quienes habían salido de Japón en una generación anterior), y contribuyó a
la fundación de CATLA (Comité de Apoyo a Trabajadores Latinoamericanos), organización
que trata de resolver problemas y asistir a las necesidades de esta gente
venida de fuera a una sociedad muy centrada en sí misma.
Todo ello lo descubro en Ensayos en homenaje a la traductora e
investigadora Montse Watkins (editado en 2015 por el Departamento de
Estudios Hispánicos de la Universidad de Estudios Extranjeros de Kioto).
[Salud. A la Espera de que
la Vida enseñe la traducción directa a quienes gobiernan la res publica].
Me gusta que se reivindique el papel tan importante que tiene el traductor en una obra y traducir como bien dices no es solo conocer el idioma, es preocuparse de entender la cultura y la manera de vivir del autor y del país, y ese estudio y documentación creo que se refleja en la traducción. Hay traducciones que son terribles y que hacen que un buen libro lo llegues a descartar y otras que ayudan a disfrutar de la buena literatura.
ResponderEliminarUn abrazo
Sí, sí, Conxita. Una traducción puede ser una obra distinta. En el caso que nos ocupa, Japón, parece necesario que se conozca la cultura y el idioma.
EliminarAbrazos.
Totalmente de acuerdo. Tampoco es que pueda decirse que lo oficial no es de calidad, pero hay demasiado tongo y, en el caso que dices, resulta descorazonador que se traduzca del inglés o francés en los círculos "cultos".
ResponderEliminarSaludos.
En ello estamos, Anónimo. A ver si se consigue que los libros indiquen las traducciones originales.
EliminarSaludos.
Si me pudieras escuchar te aplaudiría ; )
ResponderEliminarTienes tantísima razón y me parece tan merecido tu atención a esta escritora/ traductora investigadora que la pena es que como comentas no fuera imprescindible que quien tradujera un poema lo hiciera desde el idioma original porque al pasar de un idioma a otro se va perdiendo sin remedio la esencia de la obra, no digamos cuando hablamos de idiomas comeos chino o el japonés cuya grafía no se refiere a letras o sonidos si no a conceptos. En fin, que enhorabuena por esta reseña tuya a esta investigadora a la que si puedes le haces llegar de mi parte mi carió y admiración ; )
Un abrazo grandísimo y adelante IGNACIO, la gente como tú hace que este mundo sea bastante mejor de lo que parece ; )
Gracias por aplaudir, María.
EliminarLa traducción, efectivamente, precisa de honradez. Ella, unida a los conocimientos, da como fruto bocados apetecibles.
(Eso sí; a Montse ya no se le puede dar la enhorabuena, pero seguro que lo agradece; a quien sí se la daré es a Elena Gallego).
Abrazos.
Genial esta entrada que rescata y valora el trabajo de una mujer excepcional, estas mujeres a las que se silencia y se relega al olvido. Fundamental la labor de Montse Watkins y Elena Gallego en sus traducciones directas del japonés, con todo su saber y conocimiento. Un libro mal traducido hace malo al mejor autor, así que las traducciones por favor del idioma original y que se valore a los traductores y estudiosos de la obra como se merecen. Un abrazo
ResponderEliminarEstamos de acuerdo, Esther, en lo que pierden los libros si pasan por varios canales intermedios. Algo que evitan en manos de estas mujeres cuando es desde el japonés.
EliminarUn abrazo.
Hay una larga tradición de mujeres traductoras que han permanecido en la sombra (de los libros). Esta que tu destacas es un excelente ejemplo para mi completamente desconocida.
ResponderEliminarAbrazos.
Sí. Poco a poco va saliendo a la superficie este trabajo tan sepultado.
EliminarAbrazos.
Muchas gracias, Ignacio y Burgostecarios, por esta reseña que rescata la memoria de Montse,
ResponderEliminarwww.montsewatkins.net, su gran labor y legado.
Montse fue pionera a finales del siglo pasado en la traducción de la literatura japonesa al español, y como
hace tres décadas, todavía no se había producido el "boom" (que a tantos beneficia) de la literatura japonesa en España no le quedó otra opción que fundar su propia
editorial en Japón, Luna Books, en la que publicamos por primera vez autores como Kenji Miyazawa, Shimazaki Toson, Mori Ogai, Mushanokoji Saneatsu, etc., y logró publicar veinticinco libros hasta su fallecimiento en 2000.
Por otra parte, investigó sobre la situación de los trabajadores latinoamericanos en Japón, libros suyos como "Pasajeros de un sueño" y "¿El fin del sueño" consiguieron que cambiaran radicalmente las condiciones laborales de los inmigrantes latinoamericanos en Japón y se replantearan algunas leyes obsoletas.
Pero a las instituciones que detentan el poder no les interesa demasiado que se conozcan estos "detalles" y la gran labor literaria y sociológica que llevó a cabo ha sido relegada al olvido al igual que la de muchas mujeres relevantes a lo largo de la historia.
El periodista argentino Fernando Hiriart Tirone escribió un libro (hoy agotado) en 2003 sobre su vida y obra titulado "Tras los pasos de Montse Watkins". Muchas gracias, Fernando.
http://www.montsewatkins.net/libro2.html
Desde aquí quisiera invitar a periodistas y editores del mundo hispano a que se animen a rescatar su memoria y su labor sea reconocida como la de la gran traductora, investigadora y periodista que fue.
Un fuerte abrazo con mi agradecimiento,
Elena Gallego
www.elena-gallego.com
Gracias, Elena, por toda la información que esparces. En realidad, en notable medida, la entrada sobre Montse está tomada de tus páginas.
EliminarUn abrazo.
Ignacio
Muy feliz de saber que en Burgos difunden la labor encomiable y trascendente de Montse Watkins Pedra, y ademas de periodista y escritor soy hijo de bibliotecaria, asi que saber que hay atmosfera de biblioteca me encanta, si bien mi libro biografico sobre montserrat Watkins Pedra esta casi agotado, podria hacerles jjegar a la biblioteca un ejemplar si fuera necesario, enhorabuena para Ignacio y mis respetos y felicitaciones paea Elena Gallego Andrada, que esta difundiendo la obra de esta gran traductora y periodista catalana universal y fue colaboradora de esta mujer que sento un precedente en Japon que merece universalizarse...
ResponderEliminarMuchas gracias, Fernando, por tus palabras y por tu valiosísima labor como difusor del legado de Montse Watkins.
EliminarUn fuerte abrazo, Elena
Gracias, Fernando, y enhorabuena por el estudio.
EliminarEl libro no estaría de más que lo tuviera alguna biblioteca pública española, para que se pudiera prestar entre bibliotecas. Por lo que veo solo está en el Instituto Cervantes. Si no te resulta oneroso, puedes enviármelo o pasárselo a Elena y lo entregamos a la biblioteca pública.
Un abrazo.
Ignacio
Ignacio, disculpa la demora, pero si me escribes la direccion de la biblioteca a mi email, con todo gusto te enviare un libro de Montse Watkins, saludos cordiales...
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