Es uno de los caminos
míticos desde hace siglos, ya conocido en años anteriores a nuestra era (cuyo
nombre nos dejó Richthofen en Viejas y
nuevas aproximaciones a la Ruta de la Seda, de 1877). Desde China a Europa
o África, pasando por Mongolia, Persia y Cercano Oriente. Lugares que había
transitado la Ruta de Jade. Ciudades de cuentos y leyendas: Xi’an, Karakorum,
Kashgar, Samarcanda, Cachemira, Tabriz, Astracán, Constantinopla… Las Etimologías de Isidoro de Sevilla, Los viajes de Marco Polo o los relatos
de Ibn Battuta contribuyeron a tejer la maraña de cuentos y leyendas de los
pueblos que habitaban a su vera (del que beben historias recientes como Seda de Baricco). Comerciantes, peregrinos, salteadores, monjes,
ladrones, pilluelos... Importar piedras preciosas, marfil, cristal, perfumes,
tintes o telas. Exportar seda, pieles, cerámica, porcelana, especias, jade,
bronce, laca o hierro.
Comprar a bajo precio en
China, vender a precios desorbitados en Europa; esa era la práctica de los
mercaderes islamistas durante siglos, que tenían en la Ruta de la Seda su
principal fuentes de ingresos, por lo que no dejaban que nadie se entrometiera
en su recorrido. Tal vez, nos suene ello con lo realizado en estos tiempos por
parte de la industria occidental, asentada en salarios de miseria; sin más, por
alguna de las marcas conocidas de ropa en España. Eslabones de la Ruta de la
Seda.
Cuando Estados Unidos
entró en liza en la primera guerra mundial, estaba devolviendo a Europa las
ayudas humanas y tecnológicas que había recibido; a cambio, se convirtió en
líder; Nueva York fue eclipsando a París, Berlín o Londres. China fue primera
potencia mundial durante siglos, hasta que la industrializada Europa
–Inglaterra– encontró la forma de emplear la pólvora de una manera muy
persuasiva. Desde entonces, China es utilizada por Occidente o sirve con sus
macrogranjas para proveer de carne a Rusia. Ahora, con el coronavirus, puede
estar cobrándose ese papel de sirviente y, tras la crisis, alzarse como líder.
La economía manda, la mayoría de las veces más que todo. Se verá que mapa nos queda y qué peajes tenemos que pagar.
ResponderEliminarSeguro que, para la gente de a pie, serán sustanciosos. Lo curioso es que la gente de a pie es, precisamente, la que está dando el callo y mostrando altura de miras.
EliminarSaludos.
Está muy hábilmente "tejida" la anotación.
ResponderEliminarY plantea asuntos de calado.
Saludos.
Gracias, Anónimo.
EliminarSon asuntos que están ahí. Creo que cualquiera los piensa una u otra vez.
Saludos.
Veremos qué pasará después de esta crisis pero sí parece que recuperará el papel que en su momento ya tuvo.
ResponderEliminarMucha salud
Va subiendo enteros. Creo que Estados Unidos no se imagina lo que se le viene encima.
EliminarSalud y un abrazo.
A veces me cuesta pensar más allá del día a día. En febrero, me atreví a decir que era la tercera guerra mundial. Y mucha gente conocida me decía que exageraba.
ResponderEliminarVeremos cómo quedará el mundo entero cuando pase y vendamos a este virus.
Saludos
Interesante, muy interesante tu reflexión. Puede que estés muy acertado, ya me lo ha expuesto de esta forma, alguna que otra persona.
ResponderEliminarBesos