Hace unos días me llegó un correo con la respuesta que había hecho el grupo de practicantes del I Ching Dao de cuál sería la postura correcta como sociedad para el 2022 ante el panorama de pandemia que padecemos. La contestación era el estudio del Hexagrama 6, “El conflicto” (cuyo enlace tengo pendiente de leer). Por aquello de las coincidencias, ocurre que estoy releyendo estos días El Tao del viajero (2011) y he asociado la filosofía de fondo entre estas dos actividades.
Paul Theroux (1941) es de
sobra conocido como novelista y autor de libros de viajes. En El Tao del viajero (2011) reúne temas
que aparecen en los textos de sus últimos cincuenta años y, además, integra a
las personalidades viajeras que le han influido en su caminar, por lo que
desgrana frases (en todos los capítulos) de las mismas. Aquí está la sabiduría
viajera de Freya Starck, de Samuel Johnson, de Vladimir Nabokov, de Evelyn
Waugh, de Mark Twain, de Francis Galton, de Robert Louis Stevenson, etc.
Tao o camino o método o
doctrina de quien viaja, que lleva a una reflexión interna del recorrido de la
vida. ¿Qué es más importante, tener mucho o necesitar poco? Sin duda, lo
primordial es llevarse bien consigo mismo. El subtítulo es significativo: Enseñanzas de vidas en la carretera. «No
puedes transitar el camino hasta haberte convertido tú mismo en el camino». El libro
está plagado de consideraciones sobre la condición de viajero (y su
contraposición, turista), sobre lo forastero, sobre los miedos y neurosis, o
sobre el propio escritor como misántropo.
Desde El gran bazar del ferrocarril (1972), libro que le proporcionó reconocimiento general, Theroux ha encarnado la figura viajera solitaria, optimista, curiosa y también acomodaticia, lo que ha desgranado en su obra posterior, que ahora compendia en este Tao del viajero.
Salud